Malos negocios

Hacer negocios supone dos partes que se tratan con respeto, en condiciones favorables para ello. De manera que si una de las partes, el cliente o el vendedor, actúa agresiva o prepotentemente es posible que el negocio a la larga fracase.

El comercio internacional de Chile hasta el momento ha sido exitoso, no solo por el cobre, que es su principal producto de exportación, sino por muchos productos, siendo sus principales compradores EE.UU. y China.

Como sabemos los acuerdos de libre comercio son tratados internacionales y están basados en el respeto y buena fe. Si ello no sucede pueden surgir problemas de difícil solución. Una forma habitual de no respetar los tratados es subiendo aranceles aduaneros mediante medidas pararancelarias.

Puede suceder que un país teniendo cobre, por ejemplo, no lo explota por razones de costos y le resulte más barato importarlo. Pero, también puede suceder que subiendo las tasas de importación a los productos importados le convenga ahora producirlos.

Eso ha sucedido muchas veces en las relaciones económicas internacionales. Y es el riesgo a que ahora la economía nacional está expuesta. Sobre si todo si se desconocen los fundamentos reales de jefes de Estados que promuevan cambios arancelarios inconsultos. En todo caso es recurrente culpar a otros de tus propios errores.

Realidad literaria

En un cuento Oscar Wilde trata de mostrar un poco el funcionamiento del mundo, a veces algunas personas acumulan tanta riqueza que no son capaces de disfrutar de las cosas más valiosas, la sonrisa de un niño, el gesto cariñoso de la gratitud o el sentirse bien a través de la generosidad. Sin duda que todos tienen derecho a gozar de su trabajo, y nadie tiene derecho a dañar el fruto de ese esfuerzo.

El gigante egoísta de Wilde también era prejuicioso y le desagradaba el ruido y desorden. Sin duda que el ciudadano promedio en todas partes esta aburrido de tanto delito, pero no hay indicios que sean los inmigrantes los responsables de ello. Al contrario, los índices demuestran que son los que menos cometen delitos.

Tampoco hay indicios que le quiten empleos al trabajador local, de hecho, los inmigrantes ocupan empleos que los locales no desean. Es un fenómeno universal. La ausencia de esa mano de obra que ahora algunos pretenden expulsar de varios países, paralizará las economías.

Contrarevolución

Las revoluciones liberales tuvieron el mérito de sacar del absolutismo a millones de personas, y en sus proclamas se prometía la libertad para todos. Por cierto, fue un proceso lento, evolutivo y contradictorio. Muchos lisa y llanamente no fueron respetados como seres humanos, incluidas las mujeres blancas, los trabajadores, las personas de color, y todo ello sin perjuicio del imperialismo y sus consecuencias de sometimiento y muertes.

Pero hoy pareciera que estamos en presencia de una contrarrevolución. Es cierto que todos los Estados tienen derecho adoptar leyes y aplicarlas, pero también los Estados deben respetar los derechos de las personas, cualquiera sea su condición, raza o nacionalidad. y cuando se adoptan decisiones que pueden tener efectos en otros Estados, no debe olvidarse el derecho internacional.

Fundamentales son la Carta de Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), la Declaración Americana de Derechos del Hombre de 1948 y la Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1970, entre otras.

Gran importancia reviste la prohibición de aplicar discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, "opinión política" o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición, contenida en el artículo N°2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Todo ello reafirma que no puede privarse a ninguna persona del ejercicio de los derechos que "se desprenden de la dignidad inherente de la persona humana", pues ningún Estado, bajo pretexto alguno, puede ofender esa dignidad esencial a la condición de los hombres y mujeres.

Sin llorar

El discurso patriotero de algunos populistas en el orbe puede haber sido escuchado por muchos como una verdad. Sin embargo, sus opositores han denunciado que es un error, una ignorancia, un prejuicio sin base alguna, un engaño.

Pretender mantener relaciones amistosas con otros Estados al tiempo que se les amenaza con aumento de aranceles, intervenciones militares o sanciones, o se actúa sin diplomacia, puede conducir al aislamiento, una tendencia humana no exclusiva.

Es ampliamente conocido que el proteccionismo, el mercantilismo y el aislamiento en las políticas públicas pueden tener cierto éxito en el corto plazo, pero en general, son consideradas como estrategias que pueden tener consecuencias negativas en el largo plazo.

Algunos creen que el proteccionismo puede ayudar a proteger la industria nacional de la competencia extranjera y puede ayudar a crear empleos en la industria nacional. Sin embargo, la experiencia histórica muestra lo contrario.

En efecto, el proteccionismo puede llevar a un aumento de los precios de los productos nacionales y reducir la competencia en el mercado nacional. Además, puede llevar a romper relaciones comerciales por parte de otros países.

El mercantilismo puede hacer que la economía nacional dependa demasiado de las exportaciones, pero, puede reducir la diversificación económica nacional y llevar a conflictos comerciales con otros países. El aislamiento puede reducir el comercio internacional y limitar el acceso a mercados y recursos externos y reducir la innovación y la transferencia de tecnología (ver link).

Cohesión necesaria

Es contraproducente que alguien pueda aprovechar un ataque a la economía exportadora del país para obtener pequeñas ganancias políticas. Sin duda que un gobierno debe adoptar medidas para matizar los efectos de una decisión que pueda afectar nuestras exportaciones.

El bloqueo como forma de intentar resolver los conflictos viola el derecho internacional y agrava las relaciones entre Estados. No parece evidente, pero es una agresión frente a la cual un Estado debe defenderse y por ello requiere de la cohesión patriótica, la adopción de medidas de prevención, incluso impositivas.

Es de esperar que no lleguemos a ello. Puede que, como en el cuento de Oscar Wilde, un día el gigante se despierte y vea que llegó la primavera y que la paz es más hermosa que la guerra económica propuesta.