Valentina Olivares, la candidata del Frente Amplio que hace dupla con Pamela Jiles en el distrito 12
Un mote con huesillo en medio del recorrido por la Feria Manuel Rodríguez de La Florida, donde reparte volantes y explica las propuestas de su programa, sirve como refresco y también como excusa. La mañana está bonita, así que es momento para dejar registro: saca su celular, pone la cámara invertida, elige la opción "boomerang" y directo a Instagram Stories.
Es mediodía del domingo 24 de septiembre. El equipo de cinco personas que la acompaña conversa con los feriantes y les expone la idea de una ley anticorrupción que pretende regular y detener el tráfico de influencias en la política. Al mismo tiempo, invitan a participar del plebiscito digital del Frente Amplio, el cual amplió su plazo hasta el martes 26 y donde esperan que la ciudadanía sea parte de la elaboración del proyecto presidencial de Beatriz Sánchez.
Las ferias y los puerta a puerta marcan sus fines de semana, pero a la vorágine de la campaña se suman también otras actividades que ocupan su tiempo: es investigadora del think tank Fundación Crea y panelista de Sonar Informativo, el programa matutino de la 105.3 FM conducido por Daniel Matamala y Rafael Cavada, donde cada jueves se enfrasca en álgidas discusiones sobre la contingencia con Julio Isamit (UDI).
Ese es más o menos un resumen de los días de Valentina Olivares Gray (28), sicóloga de la U. de Chile, militante de Nueva Democracia (ND) y quien este año debuta como candidata al Congreso por el distrito 12 (La Florida, Puente Alto, La Pintana, Pirque y San José de Maipo). Un espacio electoral difícil, donde enfrentará a pesos pesados de la talla de Camila Vallejo (PC), Osvaldo Andrade (PS) y Ximena Ossandón (RN). Eso sin contar las cartas del FA que disputarán un escaño: Miguel Crispi (RD), Karina Oliva (Poder), Andrea Salazar (MA) y Pamela Jiles (PH).
Justamente esta última es quien hace dupla con Olivares. El subpacto de Nueva Democracia con el Partido Humanista las convirtió en aliadas y justamente esa relación, su ideario político y su trayectoria como dirigenta son los temas que dialoga con El Desconcierto. Con seis meses de campaña en el cuerpo -su precandidatura comenzó en marzo-, asegura que su principal foco es el trabajo territorial. "El Frente Amplio es mucho más que la mesa de negociación y es mucho más que las listas parlamentarias", enfatiza.
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https://twitter.com/valentinaolivar/status/899413628444712960
-Ese trabajo territorial del que hablas, ¿surge a partir de la candidatura o es de antes?
-Nosotros, desde Nueva Democracia, llevamos un buen rato trabajando en el distrito. En La Pintana tenemos vínculos con organizaciones de la Villa San Rafael o la Quinto Centenario que vienen de hace mucho tiempo. En Puente Alto, en el sector de Villa Independencia y zonas aledañas, participamos de las juntas de vecinos. La Florida es la comuna de origen de varios dirigentes nuestros, como Daniel Andrade, que es actualmente presidente Fech.
-Te lo pregunto porque al Frente Amplio se le critica mucho su falta de calle.
-El proceso de construcción social de nuestra generación, si bien en los medios aparece solamente vinculado a lo estudiantil, en realidad ha sido mucho más que eso. Ha sido un proceso que nos ha permitido construir en los movimientos territoriales, en las luchas por la recuperación de la vivienda y hoy esta candidatura, que nosotros consideramos que es una de las candidaturas fuertes del distrito, está construyendo una buena dupla con Pamela Jiles.
-¿Qué tal hasta ahora esa alianza? ¿Cómo ha sido afrontar la campaña en conjunto con ella?
-Pamela es un aporte súper importante. Nosotros no vemos su trayectoria como algo que sea inconsistente con lo que propone el Frente Amplio, por el contrario, es una mujer de izquierda que ha sido bien consecuente con esos principios y que ha hecho algo de lo cual nuestra generación ha aprendido en los últimos años: ocupar los medios de comunicación como un espacio para disputar sentidos comunes que durante muchas décadas estuvieron conducidos por los sectores de derecha más conservadores del país.
-Sin embargo, hay una crítica que afirma que Jiles es una aparecida, que irrumpió en el escenario electoral por sobre los acuerdos y que no tiene trabajo en los territorios.
-Nosotros igual estamos haciendo un trabajo territorial fuerte, todas las candidaturas del Frente Amplio. No existe nadie que esté en condiciones de ponerse como poseedor de la verdad respecto a las luchas sociales porque la oportunidad que hoy tiene el Frente Amplio para constituirse como una alternativa política de cambio profundo y esperanzador a largo plazo en Chile es el fruto de lo que ha pasado en la última década, pero también es el fruto de lo que ha construido la generación de nuestros padres o incluso la de nuestros abuelos.
-¿Estas generaciones anteriores participan activamente en el Frente Amplio?
-Lo que pasa hoy a nivel de los Frente Amplio territoriales, pienso específicamente en los de Puente Alto y La Florida, es que gente que a lo mejor no ha sido rostro de las movilizaciones estudiantiles o sociales de la última década se está sumando. Se han incorporado dirigentes o activistas que pelearon contra la dictadura y que luego, ante la desesperanza que trajo la Concertación, se fueron para la casa a tratar de hacer lo mejor posible a través de sus profesiones, de sus barrios o de sus espacios más pequeños. Esa es una generación que, gracias al Frente Amplio, se ha vuelto a activar, por lo tanto no creo que estemos en condiciones de ponerle veto a la gente que luchó mucho antes que nosotros y no podemos sino tener las puertas abiertas para aprender, para compartir y para proyectar una alternativa de país en conjunto.
-Pero en el caso de Pamela Jiles ella es sobre todo rostro, y en los últimos días ha estado envuelta en polémicas como la que tuvo con Carmen Hertz sobre el secreto de la Comisión Valech o sus opiniones sobre el caso Sergio Melnick v/s Beatriz Sánchez. ¿Qué opinas del estilo que tiene la candidata?
-Ella es una mujer sin pelos en la lengua, una mujer fuerte y coherente, y la gente la valora por eso. Hay que entender que la unidad, los consensos y los acuerdos colectivos requieren de cierta diversidad sobre la cual construir esas definiciones, por lo cual no debiera ser motivo de escándalo o críticas el hecho que los diferentes liderazgos del Frente Amplio manifiesten su opinión sobre la coyuntura cuando estos no vulneran los acuerdos colectivos. Y en el caso de la Pamela, todas sus intervenciones se dan dentro del marco de acuerdos comunes.
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Una democracia nueva
Valentina nació en Valparaíso. Sus papás se conocieron cuando estudiaban en la PUCV y ambos participaban en las movilizaciones contra la dictadura de Pinochet (su papá, Cristián Olivares, formó parte de la primera federación democrática de dicha universidad). Pero al volver la democracia, la falta de oportunidades laborales obligó a la familia Olivares Gray a emigrar.
Llegó a Concepicón con 9 años. Casi toda su adolescencia la vivió en la capital de la VIII Región, pero cuando tenía 15 su familia se mudó a Puerto Varas. En esa ciudad, cuando iba en tercero medio, participó activamente de la Revolución Pingüina. En 2007 se vino a vivir a Santiago para estudiar Sociología en la U. de Chile, donde entró a militar a las Juventudes Comunistas.
En 2009, y tras varias discrepancias con la línea del PC, abandona el partido para formar el Colectivo Praxis junto a otros compañeros, donde generó vínculos con el Partido Igualdad. En 2011 participó de la creación de la Unión Nacional Estudiantil (UNE), siendo parte de su primera mesa directiva, entre 2012 y 2015. A mediados de 2014 ingresa a Fundación Crea y en 2016 forma parte de constitución de la plataforma política Nueva Democracia.
-¿Cuál es la importancia que tiene tu organización dentro del Frente Amplio?
-Nueva Democracia es una organización que quiere que el Frente Amplio sea una alternativa política, institucional y social. Nuestra misión dentro del FA es que avancemos en esa dirección, para nosotros como ND es fundamental el desarrollo y fortalecimiento de los movimientos sociales. Ese es un criterio básico de nosotros para construir política en conjunto, pues consideramos que todas las organizaciones con las que nos encontremos son aliadas y hermanas de lucha. y en segundo lugar tiene que ver con la dirección de los cambios que hoy Chile necesita. Nosotros estamos en un proceso en el que tenemos que hacernos cargo de dos o tres demandas al menos: modificar profundamente la estructura del país porque produce desigualdad, la recuperación de derechos sociales colectivos como educación, salud y vivienda, y limpiar la política de las malas prácticas.
-¿Cómo pretenden hacerse cargo de esa tarea cuando la sociedad está en otra?
-Esta idea de que la gente no está ni ahí con la política no es verdad. No está ni ahí con los actores que ocupan la institucionalidad política. Eso lo señala muy bien un magullado y citado informe del PNUD, el cual dice que hay un proceso de politización en Chile, donde las problemáticas del espacio público y de la vida en común son relevantes para toda la gente y, por lo tanto, tenemos que hacer que esa politización se transforme en proyecto político, en participación activa y en disputa de las instituciones. Al mismo tiempo que disputamos esos sentidos comunes, tenemos que ser capaces de construir y de enraizar este programa que tiene un componente de refundación imporante. Ahí yo creo que es verdad que esa síntesis el Frente Amplio aún no la tiene, en ese sentido hay diferencias de lectura, pero creo que es difícil hablar de diferencias de estrategia todavía, porque hay un proceso de maduración que tenemos que atravesar la mayoría de las fuerzas políticas para sentarnos a hablar en esos términos.
-La candidatura de Beatriz Sánchez abarca desde el Partido Libertal hasta Ukamau. ¿Están realmente todos las organizaciones detrás del mismo objetivo?
-En el programa y en el trabajo en torno a la candidatura hay un compromiso de todas las fuerzas que es parejo. Lo que sí creo que hay diferencias en la participación en las otras tareas del Frente Amplio como la construcción de organizaciones en el territorio. En esa dirección hay organizaciones como Ukamau, Igualdad, SOL o sectores de RD y MA. Pero hay otros movimientos que no tienen esa trayectoria y no están del todo claro que en esa dirección es la que hay que avanzar, porque si no construimos bases sociales es súper difícil que podamos llevar a cabo los cambios que Chile necesita. No es un problema de la candidata, sino de algunos sectores del Frente Amplio que no han hecho del todo eco esta urgencia de acompañar el trabajo electoral con el trabajo de construcción social.
-¿Te parece que el Frente Amplio es un movimiento elitista?
-No.
-¿Por qué no?
-Porque la visibilidad que hemos tenido en algunos sectores o de algunos liderazgos efectivamente provienen de sectores socioeconómicos más altos, pero no podemos hacer una política de clase con la ficha Casen. Tu nivel de ingresos no define tu posición de clase, y eso los marxistas los sabemos. Lo segundo es que hay una gran parte del Frente Amplio que es muy distinta a lo que se ve en los medios de la élite. Eso no se ve, lamentablemente.
-¿Y por qué no se ve?
-Tenemos un desafío de transformar esa construcción social que tenemos en los territorios, que es diversa y un lugar de encuentro de diferentes trayectorias militantes, en capacidad de movilización electoral. Ahí sí yo creo que tenemos una brecha importante, porque el Frente Amplio -y esto quedó súper claro en las primarias- no logró crecer más allá de los centros urbanos y los sectores con mayor capital cultural. Hay una brecha entre el trabajo político social, que es diverso, versus el fenómeno electoral. Y esa brecha tenemos que apostar a superar en nuestras candidaturas de aquí a noviembre.
Es un mito que el distrito es de derecha
-¿Eres feminista?
-Sí, del 2009.
-¿Qué pasó ese año?
-Hay muchas mujeres militantes activistas que somos feministas hace mucho antes que apareciera con fuerza el movimiento, pero yo creo que en la trayectoria de todas nosotras hay puntos de inflexión en que esa experiencia de opresión se transforma en conciencia política. Yo creo que el 2009, más que transformarme en una militante feminista, mi militancia adquirió el compromiso feminista porque pude traducir en el encuentro con otras compañeras, en el fondo, estas experiencias de opresión.
-¿Y el Frente Amplio es feminista? Lo pregunto en la práctica, no en el discurso.
-Yo te cambiaría el foco. Aun con la deficiencia feminista del Frente Amplio, estamos 10 mil años más adelante que las fuerzas políticas tradicionales. Tenemos mecanismos que nos permiten monitorear y resguardarnos de muchas prácticas machistas que no son solamente el acoso o la agresión física y sexual, sino también con la diversidad de liderazgos o los roles que vamos cumpliendo las compañeras en en la organización, pero lo más importante y lo más urgente hoy día es cómo logramos construir un feminismo que salga del espacio universitario. Porque en los sectores más acomodados es más fácil conciliar los cambios culturales con los cambios económicos e institucionales.
-¿Te parece que el feminismo todavía no ha logrado expandirse hacia los sectores más populares?
-No, aún no. Y esa es una deuda súper importante. Lo que pasa en La Pintana, en Puente Alto, en La Florida o en las comunas que son representativas de Chile es que muchas veces es imposible hablar de co-crianza porque no hay otro que críe, son jefaturas de hogar femeninas donde está la madre y/o la abuela y donde problemáticas como la violencia machista y las desigualdades económicas son la agenda más urgente. Nos falta mucho en esa dirección.
-El distrito 12 es uno de los más competitivos del país. ¿Qué posibilidades hay que tu candidatura o las del Frente Amplio saquen una buena votación?
-Estamos haciendo un esfuerzo importante de coordinación de las candidaturas y de los territorios porque nos interesa que el despliegue sea con la mayor unidad posible.
-Está difícil igual.
-Es que el carácter del distrito se parece mucho a Chile porque es súper diverso socioeconómicamente: hay sectores con mucha segregación, otros que han tenido una trayectoria más meritocrática y otros con identidades muy distintas. La relación con el barrio y con el entorno en Puente Alto es muy distinta que en La Florida, que a su vez es distinta que en La Pintana, en San José de Maipo o en Pirque. Esto es muy sintomático de la crisis del proyecto de la transición. Son comunas que históricamente se identificaban con la centro izquierda y cuando la Concertación pierde fuerza -porque abandonó y desechó la construcción de organizaciones sociales y que la ciudadanía participara como un componente del desarrollo político del país-, aparecieron estos liderazgos populistas de centro derecha como la alternativa de recambio.
-Como Ossandón.
-Sí, pero no es un distrito ideológica o identitariamente de derecha, eso es un mito. La derecha logró de manera muy hábil instalarse como alternativa de recambio en un momento y hoy el desafío que tenemos como Frente Amplio es demostrar que no basta con tal o cual personaje sino que necesitamos un proyecto político que pueda liderar los cambios que Chile necesita. Y eso no es sólo una invitación a votar, sino también a que la gente se involucre.
-En este distrito compite Camila Vallejo.
-Yo veo el carácter de la disputa en este sentido: por mucha relación personal que podamos tener con liderazgos como el de Camila Vallejo o el de algunos actores dentro de la Nueva Mayoría, están fracasando, no lograron constituirse como un proyecto que sustituyera la Concertación. Ante eso, vemos súper difícil confiar en un proyecto que tiene intereses tan contrapuestos en su interior. Yo veo que la construcción de una alternativa de izquierda, progresista, que pueda recuperar derechos sociales, que pueda aportar a la reconstrucción de barrios activos, de ciudades amables y que pueda renovar de verdad la política no está en la Nueva Mayoría, está en el Frente Amplio.