Una lata de cerveza, un escupo en el suelo y un dron de vigilancia fueron los elementos primordiales que posibilitaron la detención y el envió a prisión de tres de los cuatro sospechosos acusados del triple homicidio de uniformados de Carabineros en la localidad de Cañete, en abril de este año.

Fue el Juzgado de Garantía de Cañete que decretó la cautelar de prisión preventiva para Nicolás Rivas Paillao (19), y los hermanos Felipe (29) y Yeferson Antihuen (19), imputados por otros cuatro delitos por porte ilegal de armas, traslado de restos humanos, robo con violencia e incendio de un vehículo.

Las pruebas en contra de los sospechosos se componen de elementos balísticos, testimoniales, genéticos y localizaciones de llamadas.

El juez, Cristián Rosenberg de la Fuente, indicó que "el tribunal no pone en duda (...) las conclusiones de aquellas pericias de carácter balístico y de la autopsia entonces realizada de estos funcionarios policiales y la forma en que habrían sido asesinados en este caso”.

Tras un operativo meticuloso en las regiones Metropolitana y del Biobío, el lunes pasado se detuvo a los sospechosos del crimen, y el día martes inició la audiencia de formalización, que se extendió hasta este miércoles.

Respecto a la medida cautelar, el magistrado sustentó su decisión en que "existe un alto riesgo que las personas puedan reincidir o eludir la acción de la justicia”.

Por lo tanto, los hermanos Antihuen junto a Nicolás Rivas cumplirán la cautelar en la Cárcel de Alta Seguridad de la Región Metropolitana, al menos durante el plazo establecido de investigación, que es de 6 meses.

La cerveza y el dron

Vigilados sigilosamente por un dron del personal policial en junio pasado, uno de los sospechosos, Tomás Antihuen, quién actualmente se encuentra prófugo, fue captado bebiendo una lata de cerveza junto a un amigo en un cerro ubicado en el sector de Quidico, en la Región del Biobío.

Tras dejar los desechos en el lugar y retirarse, el personal policial acudió al sector para recolectar ambas latas de cerveza, las que fueron entregadas al Laboratorio de Genética para ser analizadas.

El informe confirmó la identidad de Tomás, al encontrar material genético en uno los desechos analizados y compararlo con una polera utilizada por el sospechoso durante un ataque a un carro policial con bombas molotov fuera de un museo en Cañete, y cuya detención ocurrió en julio de 2020.

El escupo

A fines de junio, el sospechoso, Yeferson Antihuen, caminaba por una calle cercana al lugar donde residía, en la población La Pincoya, en la comuna de Huechuraba.

Tras escupir al suelo, y luego de que abandonara el lugar, fue cuando acudió el personal policial para tomar una muestra del desecho.

El análisis del laboratorio concluyó que el contenido genético era el mismo que se encontró en un cartucho, en el sitio del triple homicidio.