En momentos en que la carrera por encontrar una vacuna que le ponga atajo a la pandemia del coronavirus está desatada alrededor del mundo, con testeos diversos alusivos a varias fórmulas, quienes están abocados a su combate en primera línea, trabajando con los pacientes afectados por el peligroso virus, han logrado detectar un nuevo síntoma que se adiciona a la decena de señales de la presencia de coronavirus en el cuerpo humano.

Específicamente se está hablando de la disfagia orofaríngea, que en términos simples se traduce en la dificultad para tragar alimentos y los líquidos, lo que conlleva una consecuencia que puede ser muy perjudicial para quienes se encuentren afectos a ella.

Hablamos de la malnutrición, la desnutrición y la sarcopenia, pérdida de masa muscular, lo que se ha comprobado a partir de un estudio efectuado con 265 personas en Barcelona, España.

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Adicionalmente a la mala calidad de vida que la presencia implica, producto de que quienes no pueden tragar deben ser alimentados a través de sondas conectadas directamente al estómago o al esófago, la disfagia orofaríngea incluso puede causar la muerte si el alimento llegara a filtrarse hacia los pulmones de un paciente, lo que podría provocarle una neumonía por aspiración.

Al respecto y el declaraciones recogidas por Europa Press, el presidente fundador de la Sociedad Europea de Trastornos de Deglución, Pere Clavé, ha dejado claro que las consecuencias del no diagnostico de la disfagia en pacientes COVID-19 y, como consecuencia de lo anterior, su carencia de abordaje terapéutico, pueden redundar en una mayor incidencia de sobreinfecciones respiratorias, neumonía aspirativa, deshidratación y reintubación de afectados por el virus incluso post UCI, lo que a su vez podría traducirse en una prolongación de los días de hospitalización, lo que hasta podría causar su deceso.

"El abordaje simultáneo, precoz y universal de la disfagia y el riesgo nutricional en estos pacientes mejora la evolución clínica" de quienes se encuentran internados, además de quienes han sido dados de alta, agrega el especialista y director de Investigación del Hospital de Mataró, Consorci Sanitari del Maresme, en Barcelona.