La masacre en una mezquita en Christchurch, Nueva Zelanda, ha generado impacto en todo el mundo por la muerte de 49 personas a manos de un fascista y seguidor de Trump que estaba en contra de la inmigración. Las reacciones de políticos y ciudadanos alrededor del mundo han estado con las víctimas y han rechazado este ataqeu xenófobo.

Sin embargo, el senador australiano de ultra derecha, Fraser Anning, no se conmovió por las víctimas e incluso culpó a los mismos inmigrantes musulmanes del brutal ataque. Esto provocó que un joven de 17 años decidiera, en mitad de un despacho en vivo, reventarle un huevo en la cabeza al xenófobo y ultraderechista político australiano.

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El senador respondió al huevo en la cabeza lanzando dos golpes en el rostro al joven, por lo que la gente del lugar tuvo que separarlos para que no continuara la pelea. Luego se denunció que activistas de ultraderecha que se encontraban en el lugar, golpearon y ahorcaron al joven mientras gritaban que lo "eliminaran" a él y a los reporteros que se encontraban en el lugar.

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El Primer ministro australiano condenó los dichos y la reacción del senador. El joven, fue puesto en libertad sin cargos en espera de nuevas investigaciones, han señalado medios de comunicación australianos.