Hace algunas semanas, el despido arbitrario del dirigente sindical Juan Guerra de Radio ADN desató la molestia y solidaridad del gremio. Durante estos días, ya se ha conocido la noticia de las renuncias de los periodistas Fernando Paulsen y Beatriz Sánchez a la emisora y otras renuncias parecen estar siendo contempladas.

En entrevista con ElDesconcierto.cl, Claudio Silva se refirió al escenario que hoy enfrentan los trabajadores de Radio ADN y de los otros espacios mediáticos donde se replica el abuso de poder y la concentración de la propiedad.

El despido del dirigente sindical Juan Guerra detonó el malestar de los trabajadores de la radio, ¿hay otros antecedentes que vincule a la empresa a prácticas antisindicales?

Sí, este caso fue especial porque se trata de un dirigente, pero esto tiene que ver con otras cosas que han pasado antes. El temor de los trabajadores que no se suman al sindicato en las otras radios, por ejemplo, o que sus trabajadores no participen de las actividades fuera de la radio o del sindicato. Hemos intentado hacer algunas juntas y a ellos les piden no relacionarse y que no utilicen las redes sociales para difundirnos.

Tenemos un par de denuncias de trabajadores que nos han comentado que sus jefes directos les han dicho ‘oye, estás usando mucho el Twitter para difundir cosas del sindicato' y en la gerencia eso está mal evaluado. El gerente de la empresa tiene una cuenta en Twitter, de hecho, que no usa, solamente lo tiene y a muy poca gente, entre los que sigue, está el sindicato. Cosas como ésa, pero además otras como la entrega de beneficios que están conseguidos por el sindicato al resto de la empresa, lo que no corresponde -porque ellos tendrían que pagar un porcentaje de la cuota- pero como tienen divididos en muchos rut a los trabajadores y son muchas empresas…

Esa ya es una típica práctica antisindical.

Claro. De hecho, los trabajadores de las otras emisoras son todos personales externos. Nadie trabaja en los lugares donde supuestamente trabajan. Ellos se desempeñan en compañías equis para prestarle servicios a las radios. Por ejemplo, en Radio Uno, todas las personas que salen al aire y producen lo que va a salir, no son trabajadores de radio Uno. En Radio Corazón, todos los trabajadores que se desempeñan ahí no son trabajadores de Radio Corazón y eso pasa en todas las otras emisoras de ADN.

¿Fue esa denuncia por el multirut lo que desató la molestia de los directivos y el despido del dirigente sindical Juan Guerra?

Claro. Nosotros, a mediados de mayo, interpusimos una demanda por unidad de rut en la ley antigua. Luego de manifestarles varias veces que podrían solucionar el problema en un solo lugar, para no interferir con su sistema tributario y de administración –que no era nuestra intención, sino defender el derecho a sindicalizarse- ellos no quisieron, entonces no nos quedó otra alternativa que ir a la demanda.

La presentación nuestra es sólida y tiene muchas pruebas. Yo creo que ellos sienten que se les pueden venir muchas complicaciones a partir de esto y evidentemente quieren generar una situación de descontrol en el sindicato y desde el inicio han tratado de declarar que la directiva actual y que el sindicato está en falta, que no somos los legales representantes y los abogados corporativos así lo dijeron frente a la jueza en el cierre del caso, del cual estamos esperando el fallo.

Nosotros, con la nueva dirección, creemos que en diciembre va a haber un buen número de gente despedida, obviamente del sindicato de Radio ADN. Este es un sindicato que tiene un 90 por ciento de sindicalización y, a raíz de todos los problemas antes y tras lo ocurrido con Juan Guerra, hemos aumentado la participación. Pero si tú echas al 25 por ciento de la gente del sindicato y tienes desmovilizada a la gente de las otras emisoras, generas un escenario ideal para que no se sume mucha gente y cualquier negociación futura tenga menos fuerza de la que quisiéramos.

Creo que ellos iniciaron este proceso de ataque al sindicato, pero también el ataque a la radio porque el despido de Juan tiene condiciones especiales: no se le consultó al director ni al director de prensa, provocó un vacío que ha generado varios conflictos y la posibilidad de que el nuevo director esté pensando en armar equipos a su antojo, con un discurso bastante pro empresa. Tenemos la sensación de que hemos pasado de una dirección periodística a una dirección más bien comercial.

Nos preocupa esta situación, porque el proyecto periodístico se afecta con este asunto y quienes queremos a la radio tenemos un compromiso con esa idea de periodismo y no sabemos cuál viene.

¿Cómo ven la salida de rostros como Fernando Paulsen y Beatriz Sánchez? ¿Cuál es el ambiente de trabajo ante tantas renuncias?

La verdad es que la sensación en la radio es como de desmotivación, en términos de que lo que estabas haciendo ha perdido fuerza. Durante la semana pasada, Juan Guerra tuvo una conciliación con la empresa y le propusimos a la empresa dejar todo en cero y que hubiera una reincorporación inmediata, pero la empresa no quiso.

Nosotros pensábamos conversar con los rostros y evitar su salida, tratar de generar más estabilidad pero no lo pudimos hacer. Yo creo que, más allá de que Fernando Paulsen en un par de años igual se iba a ir, él se va por lo que pasó ahora, lo mismo parece ser el caso de la Bea Sánchez.

Nosotros valoramos esa situación porque hoy día, que la gente actúe bajo esos principios, más allá de que puedan tener seguridad laboral y un nombre para conseguir trabajo fácilmente, es súper rescatable. No creo que sea un denominador común dentro de los medios de comunicación y menos de los rostros, que tienen beneficios especiales.

Se habla de la posibilidad de más renuncias, ¿crees que eso pase?

Yo no podría hablar de nombres, pero sí hay rumores de que habría más renuncias y al parecer vinculadas al área de prensa, en el área de deportes también hay rostros potentes y gente que tiene todo un discurso social o ideológico, pero creemos que no va a haber una manifestación de apoyo a lo sucedido. En general, los rostros del área de deportes nunca han estado interesados en conocer lo que pasa en el sindicato, aunque cuando estuvimos en huelga ellos expresaron solidaridad, pero no ha sido un factor importante en términos de compromiso.

Nosotros no quisiéramos que hubiera partidas de rostros, nos parece que los errores que aquí se están cometiendo no son ni de los periodistas de renombre ni de los trabajadores, sino que de los gerentes. Del señor Ricardo Berdicheski (director ejecutivo de Ibero Americana Radio Chile), de Sergio Schlesinger (director de Operaciones), quienes son los que deberían salir de la empresa. Nosotros le escribimos a PRISA, pero no hemos tenido respuesta de ellos.

Han acudido a la Cámara de Diputados a denunciar lo ocurrido y piensan hacerlo pronto en tribunales. ¿Cuál es el objetivo? ¿quieren marcan un precedente en cuanto a estos abusos, tan comunes en los medios?

Nosotros estuvimos el martes en la Comisión de Trabajo e hicimos una denuncia súper clara, nos llamó la atención el interés que hubo de diputados de diversas bancadas. Ellos celebraron que nosotros siguiéramos los caminos oficiales y que fuéramos a tribunales. Nosotros tenemos abogados del sindicato y vamos a presentar la demanda, pero no lo hemos hecho aún porque no tenemos abogado exclusivo y los tiempos de la tramitación son más lentos.

El mismo martes, se comunicaron conmigo la Seremi Metropolitana del Ministerio del Trabajo para generar una reunión para revisar el caso. Ellos quieren intervenir en la situación y nosotros estamos esperando una reunión que podría desarrollarse durante el viernes. Esperamos que haya una gestión para generar una instancia de protección a Juan Guerra y después, eventualmente, presentar los antecedentes ante el tribunal con otros avales.

En este escenario de precarización, despidos, cierre de medios, ¿cuál es el análisis que hacen de lo que ocurre y por qué estamos trabajando en estas condiciones?

Yo tengo una opinión personal, no es la opinión del sindicato. Creo que se conjugan dos factores centrales: la mercantilización de la educación y la aparición de innumerables escuelas de periodismo que generan una sobreoferta de profesionales en el área. En el Colegio de Periodistas tenían estimaciones de que por año se titulaban cerca de 1200 profesionales del área y había como 400 puestos de trabajo por año, entonces se genera una masa de cesantía.

A eso se le suma el abuso y mal uso del artículo 22 del Código Laboral, que plantea que los trabajadores de los medios no tienen supervisión, no tienen horario fijo, no tienen jefes, lo que es una falsedad. El mundo de las comunicaciones no es muy diferente de las forestales, de las papeleras, al del cobre y a otros tantos. Es menos manos, más horas, menos salarios.

Esa dinámica se suma a una crisis de medios, que tiene que ver con el desate total del mercado en la propiedad de los medios. Ellos obtienen medios de comunicación para generar líneas de pensamiento e informativas. En el mundo escrito, pero también en televisión, si tú miras la programación te vas a encontrar con escaso programa donde se genere crítica u opinión de manera amplia y diversa.

Estamos enfrentados a ese proceso. El país necesita discutir una ley de medios que garantice determinadas cuestiones, como la no concentración de la propiedad, pero también con el avisaje estatal tiene que haber un control. Podría ser una buena forma de democratizar los medios de comunicación, pero reitera los niveles de concentración de propiedad. Espero que las iniciativas de medios electrónicos puedan atacar un poco ese proceso y acelerarlo, aunque Internet hoy sigue apareciendo más cercana a la elite, no es tan transversal.

Los trabajadores de la comunicación enfrentamos muchos problemas. Ha sido así durante años, ¿por qué cuesta tanto articularse y cuán necesario es hacerlo hoy?

Creo que los periodistas somos grandes culpables de que el derecho a la información no sea hoy día un tema. No hemos querido ser garantes ni sostenedores absolutos de tal derecho, cuando lo queramos o no, éramos apenas transmisores de ese derecho. Tenemos que hacernos cargo de ese error que hemos cometido durante muchos años. Creo que se está iniciando un proceso interesante a pesar de que en Chile tenemos una muy baja participación y sindicalización en todo. Pero hay una creciente aparición de sindicatos en los medios de comunicación y hemos tenido reuniones gracias al apoyo del Colegio de Periodistas y hay un intento de generar una coordinadora de medios. La semana pasada se fijaron algunos objetivos inmediatos para ir avanzando hacia allá.

Esperemos que se concrete porque lo necesitamos es participar en el debate público, ser una voz representativa de un buen número de trabajadores y ciudadanos de este país. Tenemos claro que es un proceso largo y que estamos frente a un sujeto social que ya quiere ser parte de los cambios y hacerse responsable del trabajo que eso requiere. Hay que agradecer a los estudiantes que desde el 2006, en adelante, han generado una ola de transformaciones y nosotros tenemos que estar ahí, participando.