
Reunión Trump-Putin mantiene en vilo a todo el mundo: Potencias nucleares se juntan en medio de tensión
La esperada cumbre entre Donald Trump y Vladímir Putin en Alaska, el primer cara a cara desde la invasión rusa de Ucrania entre los dos mandatarios, llega precedida de un mar de incertidumbres ante la falta de concreción sobre cómo abordar una salida del conflicto ucraniano y la inclinación del estadounidense a tomar la palabra del ruso como buena.
La base militar de Elmendorf-Richardson en Anchorage será el escenario de un encuentro que Trump lleva buscando desde que llegó al poder en enero, aunque según la Casa Blanca en esta ocasión el primer paso lo ha dado Putin, que cruzará el viernes el estrecho de Bering para un histórico encuentro en la antigua colonia rusa.
El mundo mira con temor a las potencias nucleares
"El presidente ha acordado celebrar este encuentro a petición del presidente Putin y el objetivo de la reunión para el presidente (Trump) es salir de ahí con un mejor entendimiento sobre cómo poner fin a esta guerra", aseguró el martes la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
La portavoz explicó que este va a ser un "ejercicio de escucha", algo que rebaja las expectativas de la reunión, que no incluirá al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
Este miércoles, Trump dijo que esta reunión servirá para "ver dónde estamos" y que si el encuentro va bien irá seguido de "un segundo rápidamente", que sí podría devenir en resultados claros sobre un alto el fuego y un proceso de paz para Ucrania.
Trump vs Putin
Para llegar a la cumbre del viernes en Alaska, territorio ruso hasta 1867, Trump ha enviado casi media docena de veces a su representante Steve Witkoff a reunirse con Putin, con quien ha pasado largas horas y que ha obtenido muestras de buena voluntad como la liberación de prisioneros estadounidenses detenidos en Rusia.
Trump llega a Alaska confiado de su capacidad de leer a Putin, un exagente del KGB que es visto con buenos ojos en algunas facciones del movimiento MAGA (Make America Great Again - Haz a Estados Unidos grande otra vez".
"Probablemente en los dos primeros minutos sabré exactamente si se puede conseguir un acuerdo o no", aseguró el mandatario el lunes.
Esa confianza de Trump no parece ser compartida por los socios europeos que este miércoles celebraron una reunión "de emergencia" con Zelenski para reforzar las posiciones de defensa de los intereses ucranianos frente a Putin, como la necesidad de que toda concesión territorial sea aprobada por el ucraniano.
Desde que llegó al poder en enero, Trump ha pasado de dar más peso a la palabra de Putin que a la de Zelenski —con quien protagonizó a finales de febrero, en el Despacho Oval, un tenso episodio en el que le llegó a decir que no tenía "cartas" en la negociación de paz— a declarar que está perdiendo la paciencia con el líder ruso, a quien acusa de decir muchas "tonterías" y advierte de que enfrentará "consecuencias muy serias" si no detiene los bombardeos contra ciudades ucranianas.
Un cara a cara privado
Los detalles de la reunión de Anchorage aún están siendo negociados, pero según la Casa Blanca se desarrollará principalmente sin asesores, con Trump y Putin protagonizando la conversación, que podría alargarse durante varias horas y culminará con una rueda de prensa, aunque no está claro si será conjunta.
La última vez que Trump se vio largo y tendido con Putin fue en Osaka en 2019, aunque por aquel entonces el conflicto en Ucrania no ocupaba el centro de la conversación. Esta reunión es la primera que ocurre entre ambos líderes desde la invasión rusa a gran escala de Ucrania en febrero de 2022.
En junio de 2021, el entonces presidente Joe Biden se reunió durante unas tres horas con Putin en Ginebra y por aquel entonces el debate tampoco se centró en una guerra en Ucrania que amenaza la estabilidad de Europa y puede acabar arrastrando a la OTAN a un conflicto más amplio y en el que hasta ahora han muerto más de 13.000 civiles, según Naciones Unidas.
Trump se embarca el viernes en un nuevo intento de Washington por acercar posturas con Putin, quien ha dominado el poder en Rusia en diferentes facetas desde hace más de dos décadas, y que podría ordenar una nueva ofensiva a gran escala en Ucrania en otoño.
El presidente Barack Obama, quien enfadó a Putin cuando rebajó a Rusia a una simple "potencia regional", intento antes un deshielo que no se materializó, pero que consiguió avances con el entonces presidente ruso, Dmitri Medvédev, en la no proliferación nuclear.
El nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START, en inglés) fue suspendido unilateralmente por Putin en 2023, lo que acabó por agriar las relaciones con Washington durante la Presidencia de Biden.
Desde entonces, la guerra de Ucrania ha acabado por alejar a Washington y Moscú, pese a que Trump confía que su capacidad de negociador será más que suficiente para desenredar la madeja de las relaciones con Rusia e iniciar un nuevo deshielo en esta reunión en el Ártico