
"No vamos a llegar a ningún acuerdo": abogados de conserje agredido en Vitacura advierten a prófugo Martín de los Santos
La madrugada del sábado 17 de mayo, Guillermo Oyarzún cumplía un turno nocturno más como conserje en un edificio de Vitacura.
Llevaba más de 20 años trabajando en ese lugar. A las tres de la mañana, todo cambió.
“Me estaba fumando un cigarro y en eso había una gritería para el lado de (avenida) Vitacura. Y aparece este compadre con un celular en la mano. Dije: ‘este ha robado algo’”, contó Oyarzún a la prensa.
El agresor, identificado como Martín de los Santos, de 34 años, lo encaró de forma violenta. “Me mira y me dice: ‘no me toque’. ‘No te he tocado, pasa’, dije yo. Me di vuelta para mirar los cabros que estaban adentro y siento el combo seco, y el otro al tiro”, relató el adulto mayor.
La golpiza le provocó cinco fracturas faciales y la pérdida total de visión en el ojo derecho y del sentido del olfato. Fue hospitalizado durante 15 días en la Mutual de Seguridad.
Según detalló su familia, “el ojo se le hundió cuatro milímetros”, y la recuperación ha sido lenta y dolorosa.
Una primera reacción judicial insuficiente
Pese a la brutalidad de la agresión, De los Santos fue formalizado inicialmente solo por lesiones graves, quedando con medidas cautelares de firma mensual y arraigo nacional.
El cambio vino tras la presentación de nuevos antecedentes, entre ellos la epicrisis médica y el video de seguridad, lo que permitió que el tribunal decretara prisión preventiva en una audiencia posterior.
“Al momento del control de detención no estaba el video, no estaban los informes médicos”, explicó Marlén Quintanilla, abogada querellante, en entrevista con El Desconcierto. “La jueza falla conforme a eso. Incluso el Ministerio Público no pidió ni siquiera el arraigo nacional”.
La abogada detalló que el nuevo cuadro clínico fue clave para el cambio de medidas: “Don Guillermo pierde un gran porcentaje en la visión del ojo derecho, y además fue sometido a una cirugía maxilofacial desde la boca hacia el rostro. Tenía la mandíbula desprendida, una fractura en la ceja, el pómulo (…) estaba molido, para decirlo de manera simple”.
Felipe Silva Pérez, también abogado querellante, fue enfático: “Este tipo le movió un ojo hacia atrás, tuvieron que operarle alrededor del ojo. Esto podría haber terminado en muerte fácilmente. Solo la intervención de una tercera persona evitó eso”.
Un imputado sin control de impulsos y ahora prófugo
Durante la audiencia donde se decretó la prisión preventiva, De los Santos increpó a la jueza Cecilia Villanueva, acusándola de actuar bajo presión mediática.
Para los abogados querellantes, su actitud confirmó el perfil de una persona violenta y sin control.
“Fue una actitud que dejó bastante que desear”, señaló Quintanilla. “Es una persona que claramente no tiene control de sus impulsos ni de su ira, y eso lo demostró también en la audiencia, estando sobrio”.
Silva coincidió: “No me llamó la atención. Es la forma en que él resuelve los conflictos. Hizo un berrinche y una pataleta. Sus intervenciones no le sirvieron para defenderse, todo lo contrario, se expuso solo. El derecho a guardar silencio es sagrado para los imputados, y él habló solo en su perjuicio”.
Tras decretarse la prisión preventiva, De los Santos no fue ubicado en su domicilio. Desde entonces está prófugo, y según ha trascendido, podría estar en Brasil, México o Chillán.
“Esperamos que esté en Chile, pero ha sido mentiroso en audiencia. Todo ha sido muy raro”, dijo Silva.
Quintanilla confirmó que durante el día de la audiencia no sabían de su paradero. “Parece ser que no va a estar fácil. No tenemos información oficial de que haya sido detenido”.
Una defensa sin pruebas y llena de contradicciones
Previo a la audiencia clave, la defensa de De los Santos presentó una querella por lesiones y amenazas en su contra, argumentando que habría sido víctima de sumisión química en un club nocturno antes del ataque. Según sus abogados, eso justificaría su conducta.
“Solo buscaban generar dudas. Pero no se logró. No hay pruebas, solo inconsistencias”, indicó Silva. “No se acompañó ningún examen toxicológico, ni parte médico. Decir que lo drogaron no basta, hay que probarlo”.
Quintanilla fue más directa: “Dio una versión en la querella, luego hizo un live contando otra historia, con contradicciones tremendas. Solo da para pensar que la historia que mantiene es inventada”.
Silva agregó que también investigaron esa versión: “Dijo que le habían fracturado costillas y fisurado el codo. El informe médico no tiene nada de eso. No hay constancia de que se haya hecho atención médica. Y si fue drogado, el más interesado en pedir exámenes debía ser él”.
Ambos coincidieron en que la estrategia fue un intento de desviar el foco. “Fue una historia ventajosa para tratar de justificar un hecho. Pero una persona que intenta justificar algo así, sin mostrar arrepentimiento, solo agrava su situación”, afirmó Silva.
Un caso que pudo terminar en tragedia: “Para nosotros esto es un homicidio frustrado”
Uno de los puntos clave planteados por los abogados querellantes fue la diferencia entre la calificación jurídica del Ministerio Público —lesiones graves— y la que ellos sostienen: homicidio simple en carácter de frustrado.
“Cuando yo presento la querella, efectivamente solicitamos, junto con la misma, la revisión de cautelares”, explicó Marlén Quintanilla en entrevista con El Desconcierto.
“Nosotros teníamos antecedentes nuevos que hacían valer estas cautelares y que por eso pedíamos la prisión preventiva”, agregó.
Entre esos antecedentes está no solo la magnitud de las lesiones, sino la intencionalidad del ataque.
“Nosotros creemos en la intención de matar, que fue obstaculizada por un tercero. De no haber mediado la intervención de un tercero, probablemente don Guillermo estaría contando otra historia”, advirtió la abogada.
Además, recalcaron que en la querella “se desglosan bastante, al menos cuatro agravantes, que en definitiva podrían, en algún juicio, agravar una eventual condena”.
Silva reforzó el punto: “Esto no fue un par de combos fuertes: con esto casi mata a alguien”.
Delitos anteriores y una conducta que se repite
Pese a no contar con condenas penales, De los Santos ha enfrentado antes causas por agresiones.
“Tuvo una causa por lesiones en Pichilemu en 2023. Terminó con un acuerdo reparatorio: pagó 9 millones a las víctimas para que no se divulgara la denuncia”, explicó Quintanilla. “Eso demuestra cómo opera”.
Silva complementó: “Ha tenido suerte. Ha podido pagar para intentar dejar sin rastro hechos de violencia. Pero su agresividad ha ido en escalada. Esta vez casi mató a un señor. ¿Qué vamos a esperar? ¿Que mate a un niño?”.
En ese contexto, los querellantes insisten en que debe haber una respuesta penal firme. “Este tipo tiene plata, puede pagar abogados. Pero eso no significa que no sea peligroso”, sentenció Silva. “Mientras no se trate con seriedad, va a seguir siendo un peligro para todos”.
El objetivo: una condena efectiva y reparación moral
Ambos abogados coincidieron en que llevarán el caso hasta juicio oral y que rechazarán cualquier salida alternativa.
“No vamos a llegar a ningún acuerdo. Este daño es irreversible”, subrayó Quintanilla. “Guillermo no volverá a trabajar. Ni siquiera quiere salir de su casa. El daño psicológico que tiene es enorme”.
Consultados por una posible demanda civil, confirmaron que ya están trabajando en ello. “Estamos evaluando si presentar la demanda junto al proceso penal o después. Pero sin duda habrá una indemnización de perjuicios”, adelantó Silva.
“Creemos que debe ser una indemnización muy alta. No se trata solo de las lesiones, sino de la vejación sufrida”, agregó.
Sobre la reacción del sistema penal en la primera audiencia, la abogada fue categórica: “La ley es igual para todos. No puede ser que un Larraín o un Martín de los Santos tenga un trato distinto solo por tener un apellido importante. Si esto lo hubiera hecho una persona pobre, ya estaría preso”.
Silva, por su parte, aseguró: “Por lo menos en la resolución de prisión preventiva se sintió que no hay dos sistemas de justicia. Eso fue una sensación de justicia enorme para la familia”.
Sin coordinación con la Fiscalía y con el caso en sus manos
Desde el inicio del proceso, los abogados querellantes han asumido gran parte del trabajo de impulso procesal sin apoyo constante del Ministerio Público.
Así lo detalló la abogada Marlén Quintanilla: “Coordinación con el Ministerio Público hasta el día de hoy no ha habido mucha. Nosotros como querellante hemos hecho todas las gestiones a nivel interno”.
La abogada explicó que incluso debieron trasladar personalmente a la víctima para obtener antecedentes clínicos.
“Me encargué personalmente de que trasladaran a don Guillermo para que le dieran la ficha clínica, porque el Ministerio Público la pidió, pero por carta certificada se le iba a tener en un mes más”, indicó.
También gestionaron atención médica urgente, ya que “la Mutual recién ahora el 25 tiene hora con el oftalmólogo, nosotros no podíamos esperar eso”.
Aun así, valoraron que en la audiencia de revisión de medidas cautelares “el Ministerio Público apoyó la decisión de la parte querellante, y yo creo que era lo mínimo que podía hacer también”, dijo Quintanilla.
“Esto no es venganza”: los querellantes y el objetivo de una pena efectiva
Para los abogados Felipe Silva y Marlén Quintanilla, el objetivo principal del proceso penal no es la represalia, sino garantizar que una persona violenta como Martín de los Santos no continúe actuando con impunidad.
“Nosotros, por lo menos cuando representamos a alguien, nuestra visión a futuro no es una justicia de venganza ni de querer causar daño a alguien que hizo un daño horrible”, explicó Silva.
“Pero sí nos parece que tiene que haber un mensaje claro, y que esta persona tiene que ser condenada o estar fuera del alcance de las víctimas y de la sociedad, mientras no cambie su manera de ser”.
La abogada querellante fue clara: “Pretendemos llevar esta causa a instancias de juicio oral y efectivamente darle una sensación de justicia, porque ya el daño de don Guillermo es un daño irreversible”.
Y agregó: “Más allá de que el imputado tenga sus papeles limpios, la ley es igual para todos. No hay que hacer diferencias”.
“Vamos a buscar la máxima pena”: las agravantes que podrían endurecer la condena
En la querella presentada por la familia de Guillermo Oyarzún se invocaron diversas agravantes que podrían influir en una futura sentencia.
Según explicó Marlén Quintanilla, “hay una al menos que hasta la misma magistrada dijo que estaba acreditada, que es la del artículo 12 del Código Penal en su número 22: actuar en contra de una persona adulta mayor”.
Además, según detallaron en audiencia, De los Santos enfrentaría otras causas con antecedentes similares.
“El fiscal lo que pudo advertir hoy en audiencia es que había por lo menos dos causas con lesiones graves, una con lesiones leves”, dijo Silva.
Una de esas fue resuelta mediante acuerdo reparatorio, lo que está prohibido por ley en casos de violencia grave.
En palabras del abogado: “Este gallo le pegó una patada primero en las rodillas a un carabinero, lo amenazó, y después lo volvió a hacer adentro. Si le dan los cinco años, que era lo que correspondía, siendo la calificación jurídica más suave que pueda haber, ya con eso tiene cárcel”.
La familia exige justicia: “Somos pobres, pero decentes”
La esposa de Guillermo, María Vidal, ha sido clara. “No era mi marido, era una bolsa machucada. Su cara era como un globo, machucado por todos lados”.
La indignación es aún mayor luego de que el imputado intentara ofrecerles una parcela para evitar el juicio.
“¿Para qué queremos una parcela? Nosotros no queremos nada de él. Lo único que queremos es justicia”, afirmó.
“Nos está mirando como no sé qué cosa. Él se topó con otra clase de familia. Somos pobres, pero aquí la gente es decente. No vamos a dejar que venga a pisotear nuestra dignidad”, agregó.
El hijo del conserje, Héctor Oyarzún, también expresó su rabia: “Vamos a llegar hasta la última. Martín de los Santos tiene que estar en la cárcel. Si mi papá hubiese sido el que golpeó a alguien de Vitacura, estaría preso desde el día uno”.