El presidente de Argentina, Javier Milei, se ha caracterizado por sus desplantes comunicacionales contra la 'casta corrupta, los economistas keynesianos, el Estado parasitario, el banco central promotor de la inflación' y, siguiendo al presidente Trump, también despotrica contra el feminismo, la diversidad sexual y las propuestas medioambientalistas. Obviamente, también ha optado por apoyar a Estados Unidos e Israel en su política internacional, separando a Argentina del Mercosur y América Latina.

Por su apoyo a Netanyahu y a la guerra que libra Israel contra los palestinos Milei fue galardonado con el Premio Génesis 2025, generalmente concedido a miembros de la comunidad judía internacional. Es la primera vez que se otorga a un jefe de Estado.

Quizás la obtención de ese premio, sus avances en la disminución de la inflación en Argentina, y el apoyo recibido por Trump y Musk, lo han llenado de soberbia, atreviéndose a decir en una reunión de liberales fundamentalistas en Praga, que “probablemente me den el premio Nobel de Economía”.

Esta autocandidatura, cree Milei, tiene viabilidad no sólo por su gestión antiinflacionaria, sino porque dice estar escribiendo un libro de economía, de corte “liberal libertario”, con un asesor desconocido, que le asegurará el famoso premio.

Pero todo se derrumbó con la promoción de la $LIBRA, una criptomoneda que resultó ser una estafa y dejó a decenas de miles de inversores incautos con grandes pérdidas en Argentina y otras partes del mundo.

El fiasco de $LIBRA condujo a que sus amigos, inventores del fraude y él mismo, se encuentren investigados por el FBI y los tribunales de justicia estadounidenses. Por su parte, la Fiscalía argentina ha imputado a Milei por los delitos de estafa, tráfico de influencias y negociación incompatible.

Al publicitar y promover la $LIBRA el presidente argentino defraudó a quienes lo consideraban buen economista y persona honrada. Al llevar a la práctica su concepción ideológica “libertaria”, demostró que es un ignorante financiero y está por verse si también es un tramposo.

La estafa ha puesto de manifiesto que la corrupción está presente en el gobierno de Milei. Existen antecedentes que indican incluso solicitudes de coimas de su hermana en favor de quienes buscan reuniones con el presidente, entre ellos los mismos inventores de la estafa, Mauricio Novelli y Haydn Davis; y, todavía, está por aclararse si Milei recibió dineros por la operación $LIBRA.

En suma, ha quedado claro que Milei no es un buen economista, que no sabe de finanzas y deberá olvidarse del Nóbel. Y por si fuera poco, su honradez está en cuestión, lo que hace perder validez a sus argumentos contra la “casta corrupta”. En adelante, la insolencia y los insultos de Milei caerán en el vacío. El tono tendrá que cambiar, porque ha perdido credibilidad, y lo peor, es que su mal comportamiento ha arrastrado al gobierno argentino.

La caída de Milei ha tenido un impacto internacional innegable, con probable impacto en la economía argentina y pérdida de confianza en sus mercados. La promoción de las criptomonedas ha sido un asunto grave, pero el presidente Milei todavía parece tener margen de maniobra. Es que persiste la esperanza en la población que pueda terminar con la inflación y que el país pueda recuperar el empleo y reducir la pobreza.

En efecto, las encuestas de opinión pública indican que la ciudadanía argentina atribuye importancia al tema y cree que Milei es parte de la estafa, pero su apoyo en la opinión pública no baja del 50%.

En el plano internacional, en un intento de lavado de imagen, el gobierno argentino ha publicitado urbi et orbi las recientes reuniones de Milei en el BID, el Banco Mundial y sobre todo su encuentro con el presidente Trump, en la reunión internacional de conservadores, en EE.UU.

Sólo el tiempo dirá si el gobierno “liberal libertario” podrá terminar exitosamente