Hace algunos días miles de jóvenes chilenos enfrentaron uno de los desafíos más significativos de su vida académica: la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES). Este proceso marca un hito en el camino hacia la educación universitaria y representa una puerta de entrada a nuevas oportunidades, desafíos y aprendizajes.

La PAES es más que una simple evaluación académica; es una herramienta que intenta medir el esfuerzo de años de formación, pero también revela las desigualdades del sistema educativo y los retos de un contexto global cambiante. Valoro la importancia de este proceso como un momento clave en el desarrollo personal y profesional de cada joven, además de ser un reflejo de los conocimientos que como sociedad decidimos priorizar y evaluar.

En un país dinámico y tectónicamente activo como Chile, el conocimiento en Ciencias de la Tierra no es solo relevante, es esencial, y no solo para quienes estudian carreras asociadas a ello, sino para toda la población. Pero en mis tiempos de estudiante escolar (en los 90´s) no estaban incluidos estos contenidos, ni siquiera en la prueba que yo debí rendir (PAA) para convertirme en una geóloga chilena.

Sin embargo, desde hace más de una década geología forma parte del currículo escolar, y en consecuencia, de las pruebas de acceso a la educación superior. Esto no es casualidad; es el resultado del esfuerzo por integrar una educación que prepare a las nuevas generaciones para enfrentar decisiones cruciales relacionadas con la planificación territorial, los riesgos geológicos y el medio ambiente.

Aunque la incorporación de contenidos geológicos en el currículo comenzó hace más de 25 años, su integración en las pruebas de ingreso universitario ha sido un proceso más reciente y aún en evolución. La inclusión de las ciencias de la Tierra en las evaluaciones comenzó con la PSU (Prueba de Selección Universitaria), que reemplazó a la PAA en 2003.

En la PSU, estos contenidos estaban presentes en algunas versiones de la prueba de Física electiva. Fue con el tiempo, y especialmente con la implementación de la PAES en 2022, que los contenidos de Geología adquirieron mayor relevancia.

Mi participación desde hace casi diez años en la comisión de Física del DEMRE (Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional) para aportar al diseño y revisión de preguntas relacionadas a Ciencias de la Tierra, para PSU y PAES, me ha permitido observar cómo evoluciona este proceso para medir no solo conocimientos técnicos, sino habilidades analíticas y metodologías científicas.

Esto incluye el reconocimiento de variables, la formulación de hipótesis y la definición de objetivos de estudio, entre otros aspectos. Los contenidos de Ciencias de la Tierra ahora están incluidos en las pruebas común y electivo de esa área, y en lo personal ha sido muy enriquecedor participar de este proceso.

Chile tiene enormes desafíos geológicos y ambientales, y es fundamental que las pruebas como la PAES promuevan la formación de ciudadanos informados, capaces de tomar decisiones sustentadas en el conocimiento científico. Cada generación que rinde alguna de estas evaluaciones son los profesionales y líderes que gestionarán el país mañana.

Como científicos(as), debemos contribuir al diseño de herramientas educativas que construyan un futuro más informado y consciente. Seguimos comprometidos con esta tarea, y en lo personal estoy convencida de que la educación no solo es un motor de cambio, sino también la clave para enfrentar los desafíos de un mundo cada vez más complejo.