No es la permisología: Ni el libre mercado ni las instituciones públicas funcionan
A propósito de la incisiva campaña de prensa en contra de la permisologia, con el argumento de que en Chile es muy difícil obtener permisos para iniciar proyectos de inversión, sin reconocerse que en ocasiones los retrasos se deben a incompetencias técnicas de los privados, ciertos actores del mercado han optado por no solicitarlos, a sabiendas que, según ellos, esa omisión es una simple falta que no afecta a nadie, pues el bien superior es el crecimiento económico: así opera el abusivo neoliberalismo.
Un ejemplo de ello lo observamos con la denuncia formulada por un emprendedor de Mejillones en contra de la empresa Spence, subsidiaria de la minera australiana BHP, la más poderosa del mundo, que utiliza para su proceso extractivo el recurso agua de mar de la desaladora Caitan SpA.
En efecto, la estación de bombeo de la anterior vulneró el Plan Regulador Comunal (PRC) de Mejillones, lo que fue denunciado por el director de obras municipales (DOM) al Tercer Juzgado Civil de Antofagasta, pues la instalación carecía de un permiso y por lo tanto no disponía de una recepción de obras.
Y por si fuera poco, la edificación clandestina se instaló en un terreno fiscal, asunto que fue corroborado por la Seremi de Bienes Nacionales, es decir, BHP ha estado usufructuando ilegalmente de este vital insumo desde el año 2020, fecha en que inició su operación. La ley en estos casos ordena la demolición, pero nadie de la municipalidad de Mejillones ni de región de Antofagasta se atreve a ejercer sus atribuciones.
Una muestra más del desorden institucionalizado que admite las pillerías que se cometen en el territorio nacional.
Lo observamos también con el abyecto episodio de las dunas de Concón y por ello es muy recomendable que los lectores conozcan el informe legal del 2 de marzo de 1994, elaborado por el abogado del Consejo de Defensa del Estado, Pedro Pierry, con motivo de lo sucedido en estas dunas, documento en donde se deja en evidencia los malabares ejercidos por la empresa Sociedad Urbanizadora Reñaca S.A. dueña de 674 hectáreas localizadas entre Reñaca y Concón, compradas a vil precio al Instituto de Normalización Previsional (INP) de la dictadura de Pinochet, ver link.
Por otro lado, todos sabemos que, según la Ley General de Urbanismo y Construcciones (LGUC), está prohibido construir viviendas fuera de los límites urbanos, territorios que son rurales, pero el país está lleno de parcelas de agrado acogidas al DL 3.516, instrumento normativo que nadie obedece, pues las instituciones públicas son benévolas con quienes vulneran sus disposiciones.
En ese cuerpo legal se lee:
"Quienes infringieren lo dispuesto en el presente decreto ley, aun bajo la forma de comunidades, condominios, arrendamientos o cualquier otro cuyo resultado sea la destinación a fines urbanos o habitacionales de los predios señalados en el artículo primero, serán sancionados con una multa a beneficio fiscal, equivalente al 200% del avalúo del predio dividido, vigente al momento de pagarse la multa. Las multas serán aplicables de acuerdo con las normas del Capítulo IV del Título I de la Ley General de Urbanismo y Construcciones"
Para que lo anterior se cumpla, también allí se lee
"En los casos de infracción a lo dispuesto en el inciso tercero del artículo anterior, el Juez de Policía Local, conjuntamente con la aplicación de la multa, procederá a decretar la paralización de las obras o su demolición a costa del infractor, según corresponda" y además, para dejarse en claro que los violadores de la ley tienen las penas del infierno se lee "los actos y contratos otorgados o celebrados en contravención a lo dispuesto en el presente decreto ley serán absolutamente nulos, sin perjuicio de las demás sanciones que procedan en conformidad a la ley".
Tal inocuo DL 3.516 termina señalando que:
"Corresponderá a las Secretarías Regionales Ministeriales de la Vivienda y Urbanismo, a los Servicios Agrícolas que correspondan y a las Municipalidades respectivas, fiscalizar el cumplimiento de lo dispuesto en el presente decreto ley. El Consejo de Defensa del Estado, a requerimiento de cualquiera de los organismos señalados en el inciso anterior, ejercerá las acciones de nulidad que fueren procedentes".
Como se ve, es sumamente estricto dicho instrumento legal, pero nunca se ha sancionado a nadie.
Sabemos que la desidia del Estado, respecto del incumplimiento del DL 3.516, es consecuencia del lobby ejercido por quienes lucran con estas actividades comerciales, lo que ha sucedido por varias decenas de años, pero como la grotesca inacción no podía continuar, más que todo por dictámenes de la Contraloría y por fallos de la Corte Suprema, actualmente se está tramitando una ley en el Congreso Nacional para permitir la edificación de viviendas en los territorios rurales.
En el ámbito de los sectores rurales de las ciudades, hemos sabido que un avispado privado intenta desarrollar un proyecto inmobiliario fuera del límite urbano de la comuna de Olmué, 5a. Región de Valparaíso, disfrazándolo como un desarrollo turístico para la tercera edad.
El inversionista informa a la prensa que su "sustentable" iniciativa considera 60 cabañas, 2 edificios de 4 pisos c/u (sic), con piscinas, canchas de pádel, bowling, salas de reuniones, quinchos, multi canchas y diversos juegos para sus ancianos residentes.
Como el hombre sabe de negocios, eligió un predio rural, que tiene un reducido precio en el mercado y no ha solicitado un anteproyecto en la DOM. Solo se ha dedicado a promocionarlo con suma perspicacia como una imperiosa necesidad para la comuna, esperando que la municipalidad finalmente se lo apruebe.
Los vecinos de la mendaz "explotación turística" se han opuesto a la misma con variados razonamientos, sobre todo del tipo ambiental, haciendo valer la condición agrícola del terreno, y por ello, si él está tan convencido de los atributos del proyecto, debería ejecutarlo en un terreno urbano, y por ende idóneo, de la comuna de Olmué.
Con estos pocos ejemplos se demuestra fehacientemente que ni el libre mercado ni las instituciones públicas funcionan y, como conocedor de la naturaleza humana y del comportamiento atropellador de aquellos que tienen el poder económico, este columnista estima que todo seguirá igual, salvo que se produzca un milagro.