En el último tiempo hemos evidenciado varios casos de funcionarios municipales atacados por delincuentes durante procedimientos que han terminado con distintos resultados, los últimos más graves: la muerte de un funcionario Municipal en Macul y hace pocos días en La Cisterna, durante una persecución policial a delincuentes.

Estos casos demuestran, una vez más, que los municipios han adquirido un rol protagónico en materia preventiva a través de sus direcciones de seguridad municipal, en consideración a que cada vez cumplen un rol más estratégico ante una comunidad que exige mayor seguridad en sus barrios.

Patrulleras y patrulleros con calidad de inspectores en móviles de seguridad pública se han transformado en actores claves, aportando a bajar la percepción del temor, en el combate a las incivilidades, la violencia intrafamiliar y la prevención de delitos.

Lo anterior queda reflejado con un dato clasificador, en la Región Metropolitano existen más de 2.000 patrulleras y patrulleros con calidad de inspector según un estudio de la Universidad Alberto Hurtado, lo que, sin duda, ante la gran cantidad de funcionarias y funcionarios debiera transformarse en una herramienta clave para todas las unidades policiales presentes en la región.

Es por esto que llego el momento de mejorar las coordinaciones. Si bien Carabineros definió que es el Departamento OS-14 el encargado de llevar las relaciones con las municipalidades, es imperativo afinar esta alianza y definir funciones claras que complementen la labor policial, más allá del patrullaje mixto.

Estandarizar el acceso a tecnología en materia de seguridad para todas las comunas es clave, para un óptimo desempeño del personal destinado a esta función. Los funcionarios que realizan labor de patrullaje deben tener la calidad de contrata, calidad de inspector, póliza para poder manejar vehículos fiscales, equipamiento táctico de protección personal, tales como como, chaleco y casco antibalas, zapatos de seguridad dialécticos, cámaras GoPro, corporal para contar con medios de prueba y por cierto, seguro de vida en función de lo ocurrido con patrulleros que mientras desarrollaban sus funciones perdieron la vida.

En materia de formación estamos al debe, si bien la Academia de la Subsecretaria de Desarrollo Regional y la Subsecretaría de Prevención del Delito han dado señales, es imperioso instalar competencias en patrulleras y patrulleros que son claves para el correcto desempeño en el trabajo con Carabineros, curso de inspector certificado, curso OS10, cursos de defensa personal, derechos humanos, manejo de evidencia, curso de manejo en situaciones de riesgo, primera respuesta en caso de VIF, RCP, control de hemorragias y primeros auxilios, por nombrar algunos.

Una vez estandarizado lo anterior, es imperativo generar un registro nacional de funcionarios de seguridad pública municipal, con el objetivo de tener control de que cumplen con los mínimos requeridos para realizar esta función, generando un catastro que permita evitar el vinculo de estos actores con causas judiciales pendientes o con el crimen organizado.

La seguridad municipal puede ser un actor relevante en prevención y fiscalización, pero depende de una apuesta robusta que estandarice y perfeccione a las y los funcionarios municipales, quienes son los llamados a transformarse en actores claves para abordar de mejor modo este enorme desafío junto a Carabineros.

Crédito fotografía: Agencia Uno