Vivimos en una era marcada por el avance científico y tecnológico; a través de la Inteligencia Artificial podemos crear imágenes y contenidos casi perfectos de manera inmediata.

Los smartphones y dispositivos como relojes y tabletas cuentan cada vez con más accesorios para facilitarnos el diario vivir y conectarnos con nuestros hogares, artefactos y entre nosotros/as con rapidez y a grandes escalas. La ciencia e innovación ha logrado progresos inimaginables para preceder y controlar nuestro entorno.

Pero, a pesar del desarrollo que hemos evidenciado de manera exponencial en las últimas décadas, se hace casi paradójico pensar que sectores de la población aún no alcanzan el reconocimiento y ejercicio pleno de sus derechos humanos.

En pleno 2024 aún siguen siendo cuestionados los Derechos Sexuales y Reproductivos de las mujeres y personas gestantes, la capacidad de decidir y de ser autónomas y responsables con nuestros cuerpos. Junio comenzó con la realización de la tercera Cuenta Pública del Presidente de la República, Gabriel Boric, con una noticia que remeció el escenario político.

Durante su discurso, el mandatario aseveró que durante el segundo semestre de este 2024 ingresarán un proyecto de ley de aborto legal, el cual será sometido al proceso correspondiente de discusión, siempre y cuando este compromiso logre avances y no retrocesos.

Aunque la iniciativa desató una eufórica ovación en la sala, parlamentarios opositores al gobierno no tardaron en dar a conocer su molestia e hicieron abandono de la ceremonia, haciendo gestos de negatividad ante el proyecto anunciado. Esto sin duda nos da un anticipo de cómo se viene el escenario de la discusión de este importante avance para las mujeres de nuestro país.

Si somos conscientes de la diversidad de realidades que enfrentan las personas con capacidad de gestar en nuestro país, sin dejarnos llevar por nuestras visiones y creencias personales y más bien concebimos esta posibilidad como un Derecho, este anuncio debiese ser recibido con la mayor de las alegrías y el orgullo de contar con un avance de esta naturaleza en nuestro territorio, pero se sabe que los conservadurismos acérrimos, y la miopía de algunos sectores, serán los que obstaculicen el desarrollo de nuestra sociedad.

Desde las organizaciones de la sociedad civil estaremos atentas a la contingencia, asegurándonos de que no existan retrocesos en la materia. Discutir sobre proyectos como este le hacen bien a nuestra democracia y a la política en materia de derechos, pero este camino no puede significar retroceder y volver a discutir iniciativas que ya tuvieron un largo proceso de diálogo y que finalmente fueron aprobadas, como lo es la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en tres causales (IVE).

Esperamos que este nuevo proyecto de ley al menos logre que los/as tomadores/as de decisiones se sienten a conversar de manera respetuosa y consciente de la relevancia de los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos, logrando un acuerdo que sea acorde a la realidad que vivimos las personas con capacidad de gestar.

Mientras esto no suceda, debemos permanecer enfocadas en mejorar las carencias que la actual Ley IVE presenta, mejorar los procesos de formación a los equipos de salud y el acceso a la información respecto a esta norma de la República.

Siempre avanzar y jamás retroceder en materia de Derechos Humanos.

Autora de la columna: Débora Solís, Directora Ejecutiva de APROFA

Crédito de la foto: Agencia Uno