Acampadas globales en solidaridad con Palestina: Estudiantes contra el genocidio
Empezamos a ver cómo el 17 de abril estudiantes de la Universidad de Columbia en Nueva York desplegaron en su campus un campamento-protesta contra el genocidio en Gaza, una acampada indefinida en la que pedían que la universidad rompiera sus lazos con cualquier empresa o sujeto individual relacionado con el genocidio israelí en Gaza, lo que viene a ser la desinversión, y también la amnistía para los estudiantes sancionados por las protestas.
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Prontamente las protestas se extendieron a otras universidades a lo largo de Estados Unidos (ver aquí), en las que estudiantes pro palestinos replicaron la acción de realizar acampadas en solidaridad con el pueblo palestino, oponiendose al genocidio en Gaza por parte de las fuerzas de ocupación israelís.
Pero, en la ya mencionada Universidad de Columbia -donde comenzó todo-, las autoridades universitarias no solo no han aceptado ninguna de las demandas sino que inclusive el rectorado ha amenazado con expulsar a los estudiantes que participan de las acampadas, así como a quienes ocupan el edificio Hamilton Hall.
Cabe mencionar que el Hamilton Hall es el principal edificio administrativo de la Universidad de Columbia, y fue ocupado la mañana del 30 de abril, después de trece días de acampada/protesta en el campus. En la ocasión, y ya una vez dentro del edificio, el estudiantado desplegó una bandera Palestina y una pancarta con la que "renombraba" el edificio como: Hind’s Hall, en honor a Hind Rajab, una niña de seis años asesinada por el ejército de Israel después de haber pedido ayuda durante días desde un coche rodeada de los cadáveres de sus familiares.
El Hamilton Hall fue desalojado esa misma noche por la policía de Nueva York. Situación que coincidió también con el 56º aniversario de un desalojo similar, y en el mismo lugar, en aquella ocasión la protesta que realizaban los estudiantes era contra el racismo y la guerra de Vietnam.
Hasta el momento hay más de cincuenta personas detenidas según ha informado Reuters, y se ha llevado a cabo el desalojo total del campamento en apoyo a Palestina. Algunos de los arrestos masivos a estudiantes y a profesores ya han dado la vuelta al mundo por las redes sociales.
La solidaridad se extiende
Los lazos del estado genocida de Israel con algunos gobiernos europeos también son evidentes, por ejemplo a través de la venta de armamento militar, como es en el caso del Estado español. O por el uso de sistemas informáticos y tecnológicos, como el realizado por parte de muchas universidades.
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En la Universidad de la Sorbona, en París, el 29 de abril la policía desalojó rápidamente a los estudiantes que pretendían acampar en su interior para denunciar también el genocidio por parte de Israel en Gaza, clamando que “Francia es cómplice de los crímenes de guerra israelíes”.
El mismo lunes, se inició la primera acampada por Palestina en el Estado español, concretamente en la Universidad de Valencia (ver aquí). La acampada se está llevando de forma indefinida y según el comunicado inicial, se inicia “en solidaridad con el pueblo palestino y para contribuir al fin del genocidio que perpetúa el Estado colonial de Israel en Gaza”.
Los estudiantes enarbolan siete reivindicaciones: primero piden al gobierno español el fin de la compra-venta de armas y el cese de las relaciones con Israel, es decir, la ruptura de los acuerdos culturales, académicos y deportivos. También piden que España se sume a la iniciativa sudafricana, que denuncia a Israel por “genocidio” en Gaza, ante la Corte Internacional de Justicia. En tercer lugar, “recuperar la jurisdicción universal”, es decir, que la justicia española pueda investigar los crímenes del derecho internacional en cualquier país. Y por último, poner fin a la persecución y criminalización de la solidaridad con Palestina y, derogar la Ley Mordaza -ley que en el Estado español facilita la impunidad policial y la persecución y represión de movilizaciones sociales-, y la Ley de Extranjería.
A la Universidad de Valencia le piden que se comprometa a no firmar ningún acuerdo ni convenio con las instituciones israelíes hasta que no se ponga fin a los crímenes de lesa humanidad contra el pueblo palestino y a la violación sistemática de los Derechos Humanos. También, que ponga fin a las colaboraciones y contratos con las empresas cómplices del genocidio, como HP, Agua Eden, el Banco Santander o AXA. Y, finalmente, que firme nuevos acuerdos y convenios con universidades palestinas.
La acampada también responde a la negativa del estudiantado a “no querer que en nuestro nombre nuestras instituciones académicas sean cómplices del genocidio palestino”. Y han recordado al escritor palestino Ghassan Kanafani, asesinado por el Mossad israelí junto a su sobrina en 1972, en Beirut, quien decía que “la causa palestina no es solo la causa del pueblo palestino, sino la causa de cada revolucionaria, esté donde esté, por ser la causa de las masas explotadas y oprimidas de nuestro tiempo”.
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Actualmente se espera que con, el paso de los días, también se lleven a cabo otras acampadas en universidades del resto del Estado español (de hecho, ya se han anunciado en varias ciudades) y del mundo, las que pueden seguirse aquí (ver link).