143 miembros del club "Deportivo Bancario" de la ciudad de Osorno se encontraron repentinamente expulsados de la institución.

La razón detrás de esta medida fue simple: no habían pagado sus cuotas durante más de seis meses. Sin embargo, lo que siguió fue una batalla legal que puso en tela de juicio el derecho a un debido proceso y la equidad en la toma de decisiones.

Los socios afectados se sintieron abrumados por la noticia de su expulsión, especialmente porque no se les permitió defenderse de los cargos en su contra e interpusieron un recurso de amparo ante la Corte de Valdivia. 

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Recibieron una carta de notificación que simplemente confirmaba la medida tomada en su contra, sin brindarles la oportunidad de presentar su versión de los hechos o de ofrecer pruebas que pudieran cambiar el curso de los acontecimientos.

Por otro lado, el club defendió su decisión argumentando que estaban aplicando las reglas establecidas en sus estatutos internos: sin pago de cuotas, no podía mantenerse la membresía. Sin embargo, la Corte de Valdivia tomó una posición diferente.

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Tras un minucioso análisis del caso, la Corte de Valdivia determinó que la expulsión de los socios fue injusta. La carta de notificación no ofrecía una oportunidad adecuada para que los afectados presentaran sus descargos ni para que ejercieran su derecho a un debido proceso.

La buena noticia llegó cuando la Corte Suprema confirmó la decisión de la Corte de Valdivia. Esto significaba que los socios del "Deportivo Bancario" vieron cómo se dejó sin efecto la expulsión.

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