La esperada Ley Karin, que actúa frente a situaciones de violencia sexual, física o psicológica en lugares de trabajo, finalmente fue promulgada como ley por el gobierno del Presidente Gabriel Boric.

La normativa define "como obligación de las empresas y de los órganos del Estado un protocolo de prevención del acoso laboral y/o sexual y la violencia en el trabajo, reforzando un enfoque preventivo que estaba ausente en la regulación".

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¿Qué sanciona?

La nueva legislación modifica el Código del Trabajo y redefine el concepto de acoso sexual por "requerimientos de carácter sexual".

Además, el requerimiento que constataba como sancionables las conductas de manera reiterativa se cambió de tal manera, que solo será necesaria que ocurra una única vez para considerarse hostigamiento.

De esta manera, prácticas como acercamientos no consentidos (besos, abrazos y acciones de la índole), y otras que pongan en riesgo el ambiente laboral (no necesariamente sexuales, como burlas y aislamiento), serán denunciables y los responsables arriesgarían multas de 150 a 300 unidades tributarias mensuales (UTM).

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Exige reglamento interno

De esta manera, la legislación mandata a las empresas con más de 10 trabajadores, sean privadas o públicas, elaborar un reglamento interno que detalle el procedimiento y sanciones frente a faltas de índole violenta que pongan en riesgo el óptimo ambiente laboral.

Por otro lado, las que no superen la cantidad mínima de empleados no están obligadas a disponer de un reglamento, pero sí deberán expresar en el momento de la contratación, los conductos regulares para hacer denuncias, así como los castigos pertinentes de estas faltas.

La ley, que no deja de lado el factor de discriminación de género en los trabajos, expresa el deber de los empleadores de asegurarse de que exista un grato ambiente laboral, fundado en "un trato libre de violencia, ser compatibles con la dignidad de la persona y con perspectiva de género, lo que implicará, una vez aprobado y en vigencia, la adopción de medidas tendientes a promover la igualdad y erradicar la discriminación de género".

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Historia de Karin Salgado

Funcionaria del Hospital Herminda Martín de Chillán, Karin Salgado fue víctima de malos tratos y acoso laboral por sus compañeras, provocando en la joven una fuerte depresión.

El acoso a Karin fue un claro ejemplo de abuso de poder por parte de sus jefas y superioras, quienes alentaron a otras compañeras a no relacionarse con Salgado, e incluso, amenazaron con represalias a quienes lo hicieran luego de que declarara en el contexto de una situación de irregularidad sobre la desaparición de implementos del hospital.

Las resoluciones del caso se tradujeron en un castigo a Salgado, quien se vio afecta a una merma en su sueldo.

El acoso fue tal, que Salgado se quitó la vida el 2019, luego de hacer su último turno en octubre de ese año.

Su impulsora

Sobre esta situación, la diputada Erika Olivera (Demócratas) decidió impulsar una ley que castigara tratos indignos y situaciones de abuso de poder que afectan la experiencia y el ambiente laboral por situaciones de acoso.

“En Chile se ha normalizado este tipo de conductas y cuando alguna víctima se atreve a denunciar, su vida se convierte en un infierno porque los trabajadores no cuentan con ningún tipo de resguardo, apoyo o reparación. Por eso era necesario perfeccionar la ley”, dijo la legisladora. 

Desde el Palacio de La Moneda, donde la norma fue promulgada por el Presidente Gabriel Boric, junto a la ministra del Trabajo, Jeannette Jara; el ministro Secretario General de la Presidencia, Álvaro Elizalde; y la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, enfatizaron que ahora se "reconoce la violencia en el trabajo" con énfasis en la prevención y protección a la víctima durante la investigación, además de acotar los tiempos de esta.