Entre las más de mil enmiendas al anteproyecto de nueva constitución que se discuten estas semanas, llamó la atención una propuesta por la UDI, que entra en antagonismo con el compromiso adquirido por Chile a través del Acuerdo de París, de alcanzar la carbono neutralidad al 2050.

“El Estado promoverá las fuentes de energía renovable, así como también la reutilización y reciclaje de los residuos, en conformidad con la ley”, lee el anteproyecto. Pero la enmienda presentada por el partido de derecha busca agregar el impulso a las energías no renovables como un deber del Estado.

Así lo acusaron figuras del mundo científico y ambiental en los últimos días a través de redes sociales. “Constitucionalizar los combustibles fósiles, ese nivel”, acotó la ex convencional y ecóloga antofagastina, Cristina Dorador.

“¿Qué hace que la UDI quiera volver al pasado de esta forma? ¿Por qué querer privilegiar energías más caras, contaminantes y que causan inestabilidad económica? ¿Por qué no apostar por Chile y sus energías? Eso sí sería ser patriota”, manifestó el ex ministro de Medio Ambiente Marcelo Mena.

Las energías no renovables comprenden los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural), cuya quema emite gases de efecto invernadero que han desencadenado la crisis climática actual, y la energía nuclear.

El desarrollo de energía nuclear en Chile fue descartado en el segundo gobierno de Sebastián Piñera luego de un largo análisis, dado el bajo costo y alta disponibilidad de energías renovables en el país, que tienen menos impactos y riesgos que la nuclear, sobre todo por la cantidad de sismos que ocurren en el país.

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