Más de 500 intoxicaciones en lo que va del año: ¿Quién contamina la bahía de Quintero?
Dificultad para respirar, cefaleas y dolor abdominal son algunos de los síntomas de intoxicación con los que cientos de personas de Quintero y Puchuncaví han llegado a urgencias en los últimos días, afectadas por la contaminación en el aire.
En lo que va del año, hay reportes de más de 500 personas intoxicadas en la zona. Esto ocurre a cuatro años de que un fallo histórico de la Corte Suprema apuntara a la negligencia estatal y ordenara medidas claras para medir los contaminantes, gestionar los episodios de contaminación y proteger a la población.
Un nuevo estudio, realizado por el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) da claridad sobre las fuentes contaminantes que siguen generando estos episodios, y sobre la capacidad instalada en el país para determinar las empresas que contaminan.
El origen de la contaminación.
“Con el estudio identificamos que los últimos episodios han estado relacionados a contaminantes orgánicos volátiles (COVs), que se originan en el proceso de descarga, almacenamiento y traslado de combustibles gaseosos y líquidos que llegan al país a través de la bahía de Quintero”, explica Rodrigo Seguel, uno de los investigadores del estudio.
Seguel también apunta a la refinería de Concon, que se ubica al sur de Quintero. “Aunque la evidencia todavía no es concluyente creemos que esa es otra fuente de contaminación y si se aplicara el principio precautorio hay que poner atención a lo que está sucediendo allí”, aclara.
Una tercera conclusión del estudio, es que “con las capacidades técnicas actuales que hay en el país y que tiene el Estado, es posible identificar las industrias que están generando cada episodio, y establecer las responsabilidades. Hoy en día se cierra todo el polo industrial, y eso mismo esconde al verdadero origen de la contaminación”, explica.
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No solo las termoeléctricas
El estudio apunta a que los episodios de contaminación más recientes en la zona no están relacionados a contaminantes de las termoeléctricas a carbón, como el SO2, sino a estos COVs. “Las termoeléctricas han disminuido bastante su producción en estos últimos años, y eso dejó en evidencia este otro tipo de episodios”, sostiene Seguel.
Estos compuestos no están relacionados a una chimenea, por ejemplo, sino a fuentes difusas que suceden al descargar el gas natural licuado y el petróleo que ingresa en la bahía, almacenarlo y cargarlo en los camiones.
“Allí tienes a empresas como Gasmar o GNL Quintero que importan el gas, y empresas como Enap o Copec que importan combustibles líquidos como bencina y diésel”, ejemplifica.
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Benceno y COVs
Tras los últimos episodios de contaminación en la bahía, se dio a conocer que uno de los compuestos que superaron los niveles establecidos en el aire es el Benceno. Se trata de un COV que ha sido clasificado por la OMS como cancerígeno.
También es el único COV para el cual el país cuenta con un anteproyecto de norma, publicada en el Diario Oficial en marzo, y que por ende habilita a medir el compuesto y establecer un límite máximo de concentración de éste en el aire sobre el cual habrá fiscalizaciones y sanciones.
Se trata de una norma que está recién en aplicación a partir de su anteproyecto, y que se elaboró a partir de las intoxicaciones masivas ocurridas en Quintero y Puchuncaví en el 2018.
“A partir de esta norma, el Ministerio de Medio Ambiente va a instalar en los próximos meses sistemas de monitoreo. No es algo inmediato, pero lo bueno es que esos sistemas también pueden medir otros COV para los cuales aún no hay norma, pero es importante desarrollarla”, comenta Seguel.
“Cuando las empresas se encuentran con estas nuevas normas, van a tener que invertir dinero para mejorar sus procesos y poder cumplirlas, y así es como se va protegiendo a la población”, concluye el investigador.