El candidato del Partido de los Trabajadores (PT) Luiz Inácio Lula da Silva, se convirtió en nuevo presidente de Brasil tras imponerse al ultraderechista y actual gobernante, Jair Bolsonaro, en una reñida segunda vuelta.

Lula logró imponerse en la primera vuelta por un estrecho margen, lo que volvió a repetirse en el balotaje. Incluso Bolsonaro tomó una leve ventaja una vez que comenzó el recuento de votos -a eso de las 17:00 horas de Brasil-, pero cuando se superó el 50% de mesas escrutadas, la tendencia comenzó a revertirse.

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Es así como con un total de 98,61% de mesas escrutadas, Lula logró un 50,82% de los sufragios, mientras que Bolsonaro acumuló el 49,18% de las preferencias.

Lula se apronta a encabezar un segundo período al mando del país, donde asumirá el mandato el 1 de enero próximo.

Denuncias de obstrucción al voto

El hecho que se marcó la jornada eleccionaria fue la obstrucción al voto denunciada por partidarios de Lula, instituciones electorales de Brasil, e incluso por organismos internacionales.

A través de su cuenta de Twitter, Amnistía Internacional Américas alertó que existían a lo menos 514 denuncias por operaciones de la policía brasileña, esto pese a que Alexandre de Moraes, presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) había dispuesto que las policías no debían entorpecer el tránsito en carreteras.

“La policía vial de Brasil estaría incumpliendo determinación de tribunal electoral. Hay denuncias de al menos 514 operaciones contra vehículos llevando a personas a votar”, expresó la organización.

Tras las denuncias, se informó que Moraes se reunió con el jefe de Policía para que ordenara a la policía no intervenir en la jornada de elecciones.

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