El lunes 4 de mayo, la Dirección Regional de Sernapesca Aysén presentó una denuncia ante el Ministerio Público por el hallazgo de un cadáver de ballena al interior de un centro de cultivo de salmón de la empresa Australis Mar.

De acuerdo a lo informado, el cetáceo muerto corresponde a una ballena Sei, (Balaenoptera borealis) de aproximadamente 15 metros de longitud, el cual varó enmallado al costado de una de las balsas jaula del centro de cultivo.

La ballena sei o ballena boba, se encuentra catalogada en peligro de extinción por la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), instrumento que constituye el inventario sobre el estado de conservación de especies más exhaustivo del mundo.

Se estima que en el planeta solo quedan 60.000 individuos de esta especie. La tasa de mortalidad más alta observada en cetáceos a nivel mundial es por captura incidental y enmallamiento en redes de pesca. Existen, además, otras problemáticas de origen antrópico que afectan su conservación, como las colisiones contra grandes barcos, la contaminación por insecticidas y fertilizantes utilizados en la agricultura, la contaminación por plásticos y la reducción de las poblaciones de krill, principal alimento de muchas de las ballenas, debido al aumento de la temperatura de los océanos por el cambio climático.

En el caso de la zona sur de país, las ballenas deben, además, enfrentar la sobreposición de espacio que se ha generado entre estos mamíferos marinos y la infraestructura asociada a la salmonicultura.

En este sentido, desde WWF Chile indicaron que el hallazgo del ejemplar muerto es una situación gravísima que debe ser investigada para establecer las responsabilidades que pudieran existir y las sanciones, según corresponda.

Para la organización, de confirmarse la muerte por enmalle, “este constituiría el primer caso registrado de interacción negativa con resultado letal entre la actividad salmonicultora y cetáceos en Chile, si bien ya existen antecedentes de otras situaciones similares, como la ocurrida el año pasado en la misma región con una ballena jorobada, donde el propio personal del centro de cultivo logró liberar al animal”.

Por ello, desde la organización hicieron un llamado a fortalecer reportes de impactos salmonicultores sobre mamíferos marinos, señalando que es importante que la industria y las empresas compartan y publiquen los resultados de los monitoreos de impacto que sus instalaciones generan sobre los mamíferos marinos. Recordando que se trata de una información que las empresas están obligadas a levantar en el marco de las exigencias de importaciones de productos del mar de Estados Unidos, como parte de los requerimientos estipulados en el Marine Mammal Protection Act.

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