Una conveniente omisión de los hechos, fue lo que el Gobierno intentó llevar a cabo en el caso del ahora ex Seremi de Bienes Nacionales, Omar Farías. Esto porque según antecedentes revelados por TimeLine, a la historia de lo ocurrido en Antofagasta, según la que Farías fue despedido por conducir en estado de ebriedad, le faltaban significativos e importantes detalles.

Todo comenzó con la versión oficial. Según ella el vehículo particular que conducía Farías, había sido objeto de un control preventivo en el sector sur de la ciudad. En ese momento, Farías fue sometido al alcotest por parte de Carabineros, el cual arrojó positivo. Esto llevó a su vez a que el Intendente Marco Antonio Díaz le solicitara su renuncia.

Eso es lo que fue informado desde el Gobierno, pero desde Carabineros, entregaron detalles no revelados hasta ahora. 

La historia de Carabineros revela primero que el entonces Seremi evitó identificarse al momento del control. Luego, que tampoco entregó los documentos requeridos por la autoridad en estos casos, como su carnet de identidad o su licencia de conducir. Pero eso no fue nada comparado con lo que hizo a continuación.

Según el relato institucional, cuando a Farías se le hizo la solicitud para que se detuviera a un costado del camino, éste hizo caso omiso de la instrucción policial e intentó escapar del lugar, siendo alcanzado tres cuadras más adelante por los mismos efectivos.

Antes de esto, Farías ya había rehusado tomarse el alcotest según relatan los mismos carabineros, a lo que finalmente y tras su detención, accedió. Esta prueba habría arrojado 1.45 aproximadamente, lo que constituye un grave estado de ebriedad, todo lo cual fue confirmado por el mayor Alvaro Muñoz Comisario de la 3a Comisaría de Antofagasta.