A partir del 1 de julio, entrará en vigor la nueva normativa de alquiler accesible aprobada en Portugal, que pondrá límite a la inflación que sufren los precios de arriendo en dicho país. 

La presión turística y la llegada de trabajadores de decenas de multinacionales han disparado el valor del mercado, y la nueva legislación hará que las viviendas de un solo ambiente, tipo estudio, cuesten hasta 250 euros, las de dos habitaciones hasta 450 y las de cinco hasta 675 euros. 

Todo esto a través de incentivos fiscales al mundo privado. 

Con el plan que entrará en vigor dentro de 15 días, la idea es que los topes al precio de los alquileres sean en función de la zona del país en el que se encuentre el inmueble y su tamaño.

Ana Pinho, la secretaria de Estado da Habitação (vivienda), de Portugal,  afirmó que “con este programa, las familias pueden conservar dos rentas y media por año. Es un ahorro que no resuelve todos los problemas pero, para muchos hogares, será suficiente para no estar en situación de dificultad”. 

Pero la medida ha generado resquemores entre las inmobiliarias. El presidente da Associação Lisbonense de Propietarios (ALP), Luís Menezes declaró que “el Gobierno con su idea de establecer restricciones absurdas lo que está consiguiendo es desmotivar a los propietarios para que alquilen sus viviendas”.