La última entrevista que dio Olof Palme

La última entrevista que dio Olof Palme

Por: Rodrigo Ruiz Encina | 06.03.2016
El 28 de febrero de 1986, Ingvar Ygeman, Director de Redacción de la revista de la Federación de Funcionarios Públicos; y el fotógrafo John Wahlbärj, visitaron al primer ministro Olof Palme para una entrevista, acordada un par de días antes. La entrevista trataría en primer lugar sobre el sector público, pero la conversación también tocó los esfuerzos de paz. A las 15.15 hs. se terminó la entrevista, la última que dio Olof Palme. Ahora se publica íntegramente de nuevo, tal como se pudo leer en el número 9 de la revista “Statsanställd” en 1986.

Ingvar Ygeman: ¿Existe alguna alternativa al sector público - un sector público fuerte, financiado solidariamente a través de los impuestos- que pueda dar garantías a que todos los ciudadanos reciban los servicios que sus necesidades particulares requieren?  

Olof Palme: El sector público es una expresión esencial del grado de civilización de  una sociedad. La educación, el servicio de correo y comunicaciones, el cuidado de los niños, la atención de salud en condiciones iguales para todos; estas son una muestra del grado de civilización de un país. Es una parte imprescindible de nuestras vidas, y por cierto que se financian a través de los impuestos, pero como un jurista norteamericano cuando un hombre joven le reclamaba:

–“¿Considera terribles los impuestos, señor juez?”- y el contestó. “No, para nada, con éstos se compra civilización”.

Tocaste el tema varias veces y asististe a la totalidad de los congresos de la Federación de Empleados Públicos. Puedo citar lo que dijiste en el Congreso de 1973: Vamos a ampliar el sector público, y con eso generamos más empleo. Es decisivo si vamos a seguir aumentando el grado de empleo en Suecia. ¿ Sigues manteniendo esa postura?

– Es correcto. En 1970, el sector público representaba el  43 por ciento del PIB y el año pasado  64,5. Desde la constitución de la Federación de Empleados Públicos, priorizamos la atención en salud y la atención a  diferentes sectores, educación, correo y telecomunicaciones. Esto se hizo con una increíble rapidez en los años 70, aumentando con alrededor de 4 por ciento por año.

– Después llegó la baja de los “burgueses” y la velocidad se ralentizó también por un déficit fiscal grande y la pérdida de estándar de vida ha sido tan grande para la gente que hemos tenido que darles ciertas ventajas mediante el aumento de los salarios reales. Por esas dos simples razones tuvimos que actuar con cuidado en la ampliación del sector público, pero seguirá creciendo.

¿Es posible lograr el pleno empleo sin ampliar el sector público?

– El gran Estudio  que se hizo sobre esto, calculó en 280.000 los nuevos empleos necesarios durante toda la década de los 80 para llegar a un desempleo del 2 por ciento. Anduvo mal al comienzo, pero los últimos tres años hemos generado un gran número de empleos y tanto como 100.000 nuevos empleos de  jornada completa, y esto representa un enorme éxito.

La privatización de Teli está realmente inquietando a los empleados públicos, y hay otros ejemplos. ¿No crees que llegó la hora de parar las privatizaciones y cuidar las Empresas Públicas? (1) 

– Consideramos de total excelencia la Empresa Pública sueca y debemos cuidarla. No debe ser cambiada, aunque pueden surgir casos límite, pero de eso no se puede sacar ninguna conclusión de principio. Quiero subrayar que la Empresa Pública sueca es una organización que funciona bien y que pensamos conservar. No debemos cambiarla.

Tú que viajaste tanto por el mundo, ¿viste algún sector público que funcione mejor que el sueco?

– No, y eso lo señalo siempre cuando estoy en el extranjero. Tenemos una enorme ventaja en nuestro sector público, y es que no es corrupto y es eficiente, pero eso no quita que introdujimos un gran trabajo de renovación para efectivizarlo y descentralizarlo  aún más.

Y si pasamos a las negociaciones sobre los salarios, ¿los empleados públicos deben tener el mismo trato en sus sueldos como los empleados particulares?

– Sí.

El afiliado promedio a la LO(2)  no ha visto mejorado su poder adquisitivo mucho durante los últimos años. ¿Cuándo puedes prometerle un alza real de su nivel de vida de nuevo?

 – Parece que podrá haber un aumento del sueldo real bastante bueno este año si logramos mantener baja la inflación y mantener bajos los aumentos nominales de los sueldos. Así tenemos la mejor oportunidad en 10 años a obtener una mejora relativamente buena del salario real este año.

Hay ruidos en diferentes grupos. Los temas de equidad y redistribución de los ingresos están en primera línea del debate. Pero, ¿está bien que haya debate y presión? ¿No tendría que reforzarse fuertemente la política de equidad y llevar una política que implique dar más a los que viven en condiciones más desfavorables?

Tenemos que tener ese debate, pero para lograr la política de equidad, debemos bajar la inflación y el déficit presupuestario y dar impulso a la economía, y estamos logrando todo eso. Esperamos poder presentar una reforma de política en relación a la familia y una reforma de impuestos que son buenas desde el punto de vista de la equidad. Los que están en mejores condiciones deben participar pagando esto,  y por eso hay un alboroto de los mil diablos, porque la voluntad de pago no es tan grande por ese lado.

Según un estudio, un millón de suecos estaría viviendo por debajo de o en la línea de subsistencia. ¿Cómo ha ocurrido esto y con qué velocidad se podrá corregir?

– Como tú bien sabes, la cosa es así: este estudio no contiene en realidad datos correctos. Contabilizan todos los jóvenes que siguen viviendo en casa; contabilizan a los jubilados que tienen bajos costos de vivienda por los subsidios municipales de vivienda; a todos los que renunciaron a tener un trabajo tiempo completo por diferentes motivos. A todos éstos se les contabiliza con derecho a recibir subsidios sociales. Además, se suma también la norma de subsidio social más o menos en el ingreso promedio de los suecos, y de esa manera la mitad de los suecos son por definición pobres, así que un estudio como éste lleva a una pista equivocada.

Es una lástima, porque es un problema real de que mucha gente esté teniendo que pedir subsidios sociales y que hayamos perdido bastante del poder de los sueldos reales, y que a mucha gente le cueste tener la nariz sobre el nivel del agua, porque así es, y esto es un problema serio que estamos estudiando ahora; preguntándonos el porqué, y aquí vamos a hacer algo con eso.

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En este debate en los lugares de trabajo, sobre los temas de equidad, se percibe algo de un nuevo viento de izquierda. ¿Crees que hay una nueva ola de izquierda en la política ahora? ¿Habrá terminado la ola neoliberal?

– Nos dimos cuenta durante el verano que estos neoliberales están perdiendo terreno. Los predicadores neoliberales no se atrevieron a defender su política neoliberal porque la gente quería la política del bienestar. Lo que ahora está emergiendo son exigencias de una redistribución más justa. Los neoliberales dicen tener la solución del mercado de problemas, la libertad. Donde se probó esa política, fracasó, como en Inglaterra que ahora tiene 14 por ciento de desempleados. No logran resolver los problemas económicos, y la gente le da la espalda al neoliberalismo, y los que generan empleo y bienestar, de nuevo se vuelven atractivos. Es lo que está sucediendo ahora, creo yo.

Vi el otro día lo mal que le fue a la socialdemocracia en las elecciones municipales. ¿Crees que el gobierno y la dirección socialdemócrata deberían escuchar más al movimiento?

– Si, he reflexionado mucho sobre el porqué nos fue tan mal en las elecciones municipales. Debemos escuchar más a las opiniones locales, aunque a veces no hay que escuchar, por ejemplo al Partido de Escania(3), a ellos habría que “cazar” más bien. Pero hay tantas opiniones locales que valen la pena escuchar, y aquí tenemos que mejorar, y esto es una de las ideas con la nueva ofensiva. Es importante, porque este Partido debe estar muy atento, percibiendo  el estado de ánimo de la gente.

Tenemos un gobierno socialdemócrata que mucho más rápido de lo esperado avanzó en restaurar una economía venida abajo- una hazaña que despierta admiración incluso lejos de Suecia- a través de lo que podriamos llamar la política de la Tercera Vía. ¿Cómo quieres describir esta etapa?

– Levantamos el país de la crisis, que estaba llevándonos cuesta abajo. Logramos hacer que la economía reflotara; empezamos a reducir el déficit, subimos el empleo y conservamos el bienestar, y esto es algo único, porque creo que ningún país logró esto. Ahora tenemos que seguir combatiendo el déficit y bajar la inflación. Después tocamos de nuevo tierra firme y podemos levantar la mirada hacia el futuro. Esto ha sido muy estimulante, porque nos ha ido mejor de lo que pensábamos. Fue un enorme juego de equilibro cuando lanzamos la política de crisis.

Cuando termine el mandato de este gobierno, ¿cómo crees que podrás resumir el resultado de la política? ¿Qué significó para Suecia y para los ciudadanos?

– Yo creo que lo habremos logrado, bajando la inflación y logrando una redistribución más equitativa,  aumentando sobre todo los sueldos reales, volviendo a introducir la jubilación parcial -65% para todos-, y mejorando las condiciones de las familias con hijos. Con eso, se puede decir que Suecia está en condiciones más fuertes, económicamente hablando. Habremos empezado a tener una mayor equidad, protegiendo el empleo, es lo que yo espero.

En un viaje reciente, me encontré con un interés fuerte en el extranjero por la política de la Tercera Vía. ¿Percibes este interés?

– Con enorme fuerza. Cuando Mitterand estuvo aquí, estudió por ejemplo nuestros Equipos Juveniles(4), que fueron lanzados en Francia como una gran cosa, y recientemente dijo en un discurso “que esto me enseñó Olof Palme cuando estuve en Suecia”. El líder de los Laboristas, Kinnock, vino aquí a estudiar, González y Papandreou vinieron a estudiar. Y creo que si lo logramos, esto implicará un gran estímulo, sobre todo para el movimiento obrero en Europa, que nos sigue con expectativa.

Si avanzamos un poco más, suponiendo razonablemente que Uds. también gobernarán durante el próximo mandato. ¿Qué nos esperaría?

– De eso trata la nueva ofensiva por la justicia. Arrancaremos en nueve áreas nuevas  para iniciar ampliamente una discusión sobre cómo nos cuidamos unos a otros, el sector público, el trabajo, la educación, el día laboral, el medio ambiente, la democracia en el futuro, la política de paz y solidaridad, y muchas otras cosas.

Después lanzaremos la política de los años 90, bien arraigada en el movimiento, después de una discusión amplia. Tengo grandes expectativas sobre todo esto.

Y a nivel internacional, un área que tocamos tangencialmente varias veces durante esta entrevista; ¿Qué haremos con la ONU?

– Hay que fortalecer a la ONU, y aquí todos los Estados tienen una responsabilidad, particularmente los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. La mala conciencia entre sus miembros llevó a que la ONU muchas veces se haya reducido a un espectador encadenado. Esto tenemos que cambiar, y la cooperación tendrá que mejorar. Y después el Consejo de Seguridad de manera rutinaria debe poder controlar la seguridad internacional. Hay que tratar con mayor rapidez las crisis emergentes, y debemos todos apoyar políticamente  las operaciones de paz de la ONU. Y es mucho más seguro y eficiente usar fuerzas de la ONU que esas multinacionales.

Se puede hacer mucho con pequeños medios. Ahora que empezamos a tener un respaldo popular tan grande en el tema de la paz, también deseo que algo similar pudiera iniciarse para fortalecer a la ONU. Debemos pensar de manera ofensiva,  y las decepciones del pasado no deberían tirarnos para abajo. Lo importante son las posibilidades que tiene la ONU en el futuro.

Entonces la última pregunta; ¿Cómo ves la posibilidad de lograr la paz y la distensión en el mundo?

– Durante mucho tiempo, la situación entre las superpotencias ha sido de hielo, pero ahora se puede visualizar señales claras de un real glasnost, y la situación internacional está mejor. Las desconfianzas ceden como la niebla una mañana temprano de primavera. Constatamos que hay varias iniciativas de distensión.

Cada vez más personas se comprometen en el tema de la paz, y esto es bueno, porque una opinión amplia popular aumenta drásticamente las posibilidades de paz y distensión. Se inició el diálogo entre las superpotencias, y parece que hay acuerdo en que una guerra nuclear no pueda realizarse nunca.

La Conferencia de Estocolmo entró en una etapa más activa, y no se puede sino dar la bienvenida a la decisión de la Unión Soviética a prolongar la moratoria de las explosiones nucleares.

Tengamos la esperanza de una paralización mutua y controlada de las explosiones nucleares. Esto nos daría la oportunidad y el tiempo de conversar y reflexionar. Se puede reforzar el control, y está claro que podemos vivir con más seguridad si todos los ensayos nucleares pararan.

Veo 1986 como el año de las grandes oportunidades. Debemos contribuir todos constructivamente para que las oportunidades evidentes se hagan realidad.

NOTAS

(1) Las empresas públicas que Olof Palme quería conservar eran entidades públicas gestionadas como empresas comerciales, como Ferrocarriles del Estado, el Correo, Televerket (comunicaciones). Se puede decir que eran Autoridades Públicas con derecho a hacer negocios. Ahora casi todas las empresas públicas son derechamente empresas privadas. Se menciona en la entrevista a Teli, que era la industria de Televerket,  que se convirtió en empresa particular en 1983 (y que fue vendida a Ericsson en 1993).

(2) Organización laboral equivalente a la CUT chilena. NdT.

(3) Skånepartiet (Partido de Escania) es un partido político local, fundado en 1979; antisocialista y opositora a la presencia de islam y a la inmigración.

(4) Los Equipos Juveniles fueron promulgados en 1984. No se trataba de deporte, sino que dio a los jóvenes el derecho a tener por ley algunas horas de trabajo al día en el sector público.

Versión original en sueco: http://sekotidningen.se/artikel/olof-palmes-sista-intervju/

Traducción al español: Anna-Karin Gauding