Con el anuncio Obama aplacó cualquier presión que la comunidad indocumentada pudiera hacerle por su falsa promesa de campaña electoral. Con la Acción Ejecutiva las grandes mayorías quedaron fuera, dejó en el limbo a los trabajadores agrícolas que son sin discusión alguna quienes ponen las frutas y verduras en las mesas de las familias estadounidenses, con esta falta de respeto Obama dejó muy claro que los nadies siguen siendo los más explotados, con su única función de servir de trampolín para cualquier político y ejército de mequetrefes.

La Acción Ejecutiva es algo mínimo, faltó a su promesa, su pequeña “contribución” a la tranquilidad de las familias indocumentadas es una bofetada para todos aquellos que no tienen hijos de nacionalidad estadounidense. El mensaje es claro: “su esfuerzo no nos interesa, -sus impuestos sí- ustedes siguen siendo invisibles para el sistema y serán nuestra prioridad en las deportaciones.” El capitalismo no hace nada por amor, por respeto, ni por humanidad, éste siempre es azadón, sino puede sacar ventaja la estocada es mortal. Así fue esta Acción Ejecutiva, una traición a la comunidad indocumentada y a aquellos que dieron su voto por él. Pudo ser más amplia, pudo ser justa y honesta, pero no: fue avara.

Porque así de descarado fue el engaño que las deportaciones se aceleraron, si antes los policías racistas se ensañaban con la comunidad indocumentada, después de aquel anuncio ovacionado por los medios de comunicación fieles a la Casa Blanca –y enemigos acérrimos de Cuba y Venezuela– hoy trabajan a sus anchas, libres de todo cuestionamiento, porque Obama dejó claro que seres humanos en este país son solo quienes tienen hijos estadounidenses, los otros son parias; una simple materia de deportación.

Para aquellos que se cuestionaban por qué tanta bulla con la migración masiva de niños y adolescentes centroamericanos en el verano del 2014, ahí está la respuesta. Estas cantidades de migrantes de todas las edades siempre han estado ahí, pero era necesario organizar desde la Casa Blanca una presión de este tipo para que Obama se viera ante la opinión pública como el ser justo y humanitario que no dejaría en el desamparo a estos niños, y que haría hasta lo imposible por darles refugio en Estados Unidos, entonces se sacó de la manga su Acción Ejecutiva, porque sabía de sobra que la Reforma Migratoria era puro embuste de oratoria electoral y que jamás se haría realidad. Viajaron presidentes centroamericanos al país a recibir su limosna y con ésta las instrucciones.

Tal como se esperaba las aguas se calmaron, los periodistas dejaron de cuestionar, los defensores de derechos humanos de la comunidad indocumentada se dieron por bien servidos, con esta Acción Ejecutiva muchos lograron su cometido: escalar en posiciones laborales, en política su mayoría, y se olvidaron de los parias.

Obama sabía muy bien que el Partido Republicano se iba a posicionar en el Senado en las recientes elecciones, siendo estos los eternos opositores de todo trato humano a la comunidad indocumentada, son estos que usan saco y corbata y que por dentro llevan la vestimenta del ku klux klan, entre ellos se cuentan policías, gobernadores y alcaldes. Gente que desde sus posiciones de trabajo arremete contra la comunidad indocumentada.

Están haciendo lo que se esperaba, dieron carpetazo a la Reforma Migratoria y con esto la terminaron de sepultar y buscan a toda costa vetar la Acción Ejecutiva. Mientras desfallecen estos estiras y encoges en el Senado, las luces están ahora en el caso Cuba-Estados Unidos. Otro Nobel de la Paz para Obama piden algunos. Con lo acontecido en estas conversaciones entre Estados Unidos y Cuba, es un ejemplo más del mismo proceder de azadón de la Acción Ejecutiva, dio lo mínimo y lo importante lo dejó en el limbo. Porque lo que urge es que quite el bloqueo económico y por el contrario se anda vanagloriando con el insípido acercamiento que tiene más de avaricia que de honestidad.

Aquí lo único cierto es que a dos meses de anunciada la Acción Ejecutiva, las deportaciones siguen a pasos acelerados, y pocos hablan de una Reforma Migratoria –para organizarse y llevarle flores al cementerio–,  los beneficiados están satisfechos y con esto viene el silencio y la complacencia, se olvida la solidaridad y la empatía. Desaparecen las necesidades y la seguridad de los otros.

Aquellos “respetados” defensores de derechos de migrantes que hacían huelgas de hambre, organizaban marchas, que buscaban entrevistas en los medios de comunicación, que hacían de todo para llamar la atención y llorar –lágrimas de cocodrilo- la injusticia del día a día del indocumentado, hoy se le ve con sus zapatos de charol, sus dientes relucientes y las sonrisas plácidas, han ganado ellos a costillas de los indocumentados. A algunos se les ve de cónsules fieles representantes del Ministerio de Exteriores de sus países de origen, otros andan rasgando las paredes del Senado estadounidense, muchos se posesionaron en organizaciones “culturales” donde se mueven jugosas cantidades de dinero.

Les ayudó el trampolín del lomo de los indocumentados, que no olviden nunca que lo que tienen no les costó esfuerzo propio, lo lograron a traición. Lo lograron gracias a la puñalada por la espalda que dieron a los millones de indocumentados que les otorgaron su voto de confianza. Aquí calza muy bien aquella frase: “solo el pueblo defiende al pueblo.” Pero dudo que esos millones de indocumentados se vuelvan a levantar para hacer escuchar su voz. La Acción Ejecutiva fue certera, un zarpazo al corazón.

Descanse en paz la Reforma Migratoria.