La cara desconocida del calafate: Científicos encuentran potentes propiedades antioxidantes en residuos del fruto
El calafate, fruto endémico de la Patagonia, es utilizado para la elaboración de jugos, mermeladas u otros productos debido a sus propiedades nutricionales y su concentración de antioxidantes, minerales y vitaminas. Por otra parte, cáscaras, semillas y pulpa rica en fibras acaban siendo residuos y etiquetados como subproductos de escaso valor.
Ante esta situación, un equipo de científicos del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, demostró la importancia de estos residuos, ya que en ellos se concentra una fracción del fruto con compuestos antioxidantes altamente bioactivos.
El estudio fue publicado en la revista científica Food Research International y liderado por los académicos del INTA, Dr. Adriano Costa de Camargo, Dr. Omar Porras, y la estudiante del Doctorado en Nutrición y Alimentos, Alina Concepción Álvarez, en colaboración con otros seis investigadores. Además, participó de manera internacional la Universidad de Almería y la Universidad de São Paulo.
Los investigadores comentan que “esta investigación surge a partir del interés por estudiar fracciones fenólicas que no suelen ser analizadas, especialmente aquellas unidas a la matriz de subproductos de frutas”.
Propiedades ocultas
El estudio se enfocó en los compuestos polifenoles que están unidos químicamente a la fibra vegetal. En contraste a los compuestos solubles, estos no se absorben en el intestino delgado, llegando casi intactos al colon.
“Los polifenoles unidos a la fibra han sido tradicionalmente subestimados, como nuestro grupo ha demostrado. Sin embargo, esa característica es la que le permite eludir la digestión y ser biotransformados y/o liberados por la microbiota intestinal, donde pueden ejercer efectos locales mucho más potentes”, apuntó Alina Concepción Álvarez.
A través de un modelo de células intestinales humanas, los investigadores compararon el efecto antioxidante de los compuestos insolubles con el de los extractos libres. Los resultados fueron positivos: se requirió una cantidad hasta mil veces menor de la fracción insoluble para generar el mismo, o incluso mayor, efecto protector frente al estrés oxidativo.
“En términos simples, significa que se requiere una dosis muchísimo menor de esta fracción para provocar un efecto biológico relevante. Esto demuestra que su potencia queda subestimada si solo se consideran los extractos solubles tradicionales estudiados”, añadió Álvarez.
Este hallazgo determina que la funcionalidad de un alimento no depende solo de la cantidad de antioxidantes que contiene, sino también de cómo estos se integran en la matriz alimentaria.
Alimentación funcional y salud
De esta forma, el estudio entrega conocimiento para el desarrollo de nuevos ingredientes orientados a la salud intestinal y metabólica, así como aplicaciones nutracéuticas.
“Nuestros resultados abren la posibilidad de diseñar ingredientes donde la funcionalidad no dependa solo de polifenoles solubles, sino de su asociación con la fibra, lo que podría tener un impacto directo en la protección epitelial y la modulación del estrés oxidativo”, destacan.
Además, el estudio revela el potencial de los subproductos de frutas chilenas en términos de economía circular.
“Chile genera grandes volúmenes de residuos agroindustriales que aún no se valorizan. Subproductos que pueden transformarse en ingredientes de alto impacto, reduciendo desechos y generando nuevas cadenas de valor basadas en biodiversidad local”, puntualizan los investigadores.
El profesor Costa de Camargo advierte que los principales desafíos no son científicos, sino regulatorios y de incentivo público, para avanzar desde la investigación hacia aplicaciones concretas.