
Innovación en industria frutícola: Científicos chilenos crean biopackaging que extiende la vida de frutas de exportación
La exportación de frutas chilenas está ad portas de una solución crucial para evitar pérdidas generadas a causa de la pudrición. Y es que el desarrollo de un biopackaging elaborado con celulosa extraída de residuos agrícolas podría cambiar este escenario.
Esta innovación, elaborada por investigadores de la Universidad Católica del Maule, se enfoca en dos desafíos del rubro: el control de hongos y la maduración acelerada por etileno.
El equipo de científicos produjo un embalaje inteligente y compostable que protege las frutas durante su exportación. Además de combatir hongos y etileno, el material también espera reemplazar el plástico en la cadena frutícola.
Aerogel biodegradable
El proyecto “Transferencia de Bio-packaging en base a aerogel de residuos orgánicos”, estuvo a cargo del investigador Rodrigo Andler. Se trata de un aerogel ultraliviano y biodegradable originado de celulosa obtenida de residuos orgánicos.
“Estamos generando un material que no sólo reutiliza desechos de la industria frutícola, sino que también reemplaza el actual material de embalaje que sólo cumple funciones básicas de absorción de humedad. Nuestro aerogel, en cambio, aporta soporte mecánico, capacidad antifúngica y control del etileno”, comentó Andler al medio El Mostrador.
Principalmente, la celulosa presente en el aerogel se obtiene de la manzana: alrededor de un 10% del residuo es transformado en celulosa purificada. Enseguida, esta es combinada con agentes naturales que permiten formar una estructura sólida y porosa. Luego, mediante ultrasonido, congelamiento y liofilización, se obtienen planchas livianas de aerogel, con una alta capacidad de absorción y liberación controlada de compuestos.
“El proceso de secado o liofilización es clave y permite conservar intacta la estructura del material sin dañarlo por calor. Eso nos entrega una matriz ultra porosa y liviana, ideal para nuestras aplicaciones”, añadió el investigador.
Cómo funciona
Este biopackaging funciona gracias a dos mecanismos: incorporando aceites esenciales naturales que se liberan e inhiben el crecimiento de hongos; y su estructura altamente porosa que permite absorber parte del etileno producido por la fruta, retrasando su maduración.
“En nuestras pruebas en cámaras de simulación, el aerogel ha mostrado una reducción de hasta un 20% del etileno presente, lo que ayuda a prolongar la vida postcosecha y reducir pérdidas comerciales. Además, pruebas en condiciones refrigeradas demostraron que la acción antifúngica del material puede inhibir por completo el crecimiento de Botrytis cinerea, uno de los hongos más comunes en la descomposición de frutas”, detalló Andler.
Hacia adelante
Ahora, el equipo está en etapa de validación del producto y postulando a nuevos fondos. “Tenemos un prototipo validado a nivel de laboratorio y con las siguientes acciones pretendemos llegar a un TRL 7. La idea es licenciar la tecnología a empresas del rubro para que puedan adoptarla y contribuir a una exportación más sustentable”, afirmó Andler.
El proyecto cuenta con el respaldo del Gobierno Regional del Maule a través del fondo FIC-R, y colaboraciones con empresas del sector como Surfrut Ltda. y Olivos Exportaciones, quienes han entregado residuos y colaborado en pruebas bajo condiciones de simulación de exportación.
“La importancia de esta innovación va más allá del sector exportador. Apunta a reemplazar materiales de origen petroquímico por soluciones biodegradables y de origen vegetal, con impacto positivo en el medio ambiente. Además, posiciona a Chile como un referente en el desarrollo de tecnologías para packaging activo y sustentable”, finalizó el investigador.