Debate presidencial sin grandes choques mientras Jara se desmarca del PC, Matthei esquiva a Kast y ME-O toca tecla SQM
A tres semanas de las elecciones del 16 de noviembre, los ocho aspirantes a La Moneda se enfrentaron este domingo en un nuevo debate presidencial transmitido por Canal 13.
Durante más de dos horas y media, la jornada estuvo marcada por la ausencia de enfrentamientos directos, el predominio de discursos medidos y la decisión de todos los candidatos de mantenerse fieles a sus estrategias sin arriesgar errores que pudieran alterar el escenario electoral.
El encuentro, moderado por los periodistas Soledad Onetto e Iván Valenzuela, contó con la participación de Jeannette Jara (Unidad por Chile), Evelyn Matthei (Chile Vamos), José Antonio Kast (Partido Republicano), Johannes Kaiser (libertario), Franco Parisi (Partido de la Gente), Marco Enríquez-Ominami, Harold Mayne-Nicholls, y Eduardo Artés.
Pese a las expectativas de un debate más confrontacional, el tono general fue contenido. Los comandos de las principales candidaturas coincidieron en el diagnóstico: no hubo ganadores ni perdedores.
El formato, con ocho participantes y bloques temáticos cerrados, dejó poco espacio para los cruces o interpelaciones directas.
Jara marca diferencias con el PC y refuerza perfil propio
La candidata del oficialismo, Jeannette Jara, mantuvo un tono sereno y técnico, centrado en destacar su experiencia como exministra del Trabajo y en enfatizar propuestas en materia de seguridad, pensiones y economía.
No obstante, uno de los momentos más comentados de su participación fue cuando marcó distancia con el Partido Comunista, su propio partido, en dos temas sensibles: el eventual indulto a Mauricio Hernández Norambuena y el control fronterizo por parte de las Fuerzas Armadas.
Sobre el caso del exfrentista, la abanderada fue categórica: “Como candidata a la Presidencia, todos los partidos opinan distintos temas, no solo el mío. Este es un tema que no hemos tratado, pero yo lo veo bastante difícil. Mis prioridades no están puestas en estar dando indultos, sino en solucionar los problemas concretos que viven las personas”, afirmó.
Su postura contrastó con la de algunos sectores de la izquierda que han pedido un indulto presidencial para Hernández Norambuena, condenado por el asesinato de Jaime Guzmán.
En materia de seguridad fronteriza, Jara también se apartó de la línea que el PC ha defendido en el Congreso, al expresar su apoyo al proyecto de ley que faculta a las Fuerzas Armadas a colaborar en el control de las fronteras.
“En este proceso ha habido muchas objeciones porque se colocaban indicaciones que llevaban los proyectos más allá del objetivo principal, pero yo creo que la colaboración de las Fuerzas Armadas es necesaria”, señaló.
Durante el bloque de seguridad, Jara insistió en que su programa no se limita a la construcción de cárceles, sino que busca “perseguir la ruta del dinero sucio” y levantar el secreto bancario para combatir el crimen organizado.
“Cuando situamos la conversación de la seguridad pública en el tema de las cárceles, ya asumimos que alguien cometió un delito. La conversación debe ser más amplia: fortalecer las policías, mejorar los controles fronterizos y perseguir las redes financieras del delito”, afirmó.
La exministra también aprovechó el debate para mencionar su propuesta de bajar en un 20% las cuentas de la luz y establecer un ingreso vital de $750.000, además de recordar su rol en la reforma previsional impulsada durante el actual gobierno.
Desde su comando, encabezado por Darío Quiroga, destacaron que Jara logró mantener el foco en las propuestas concretas y en su tono de liderazgo técnico.
En paralelo, aprovecharon la transmisión para emitir una nueva pieza audiovisual centrada en su legado en materia de pensiones, buscando reforzar su principal logro de gestión ante el electorado.
Matthei y Kast cuidan posiciones en la derecha
Si el bloque oficialista mostró cohesión detrás de la figura de Jara, el panorama en la derecha fue distinto.
Los tres candidatos que representan ese sector —Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Johannes Kaiser— mantuvieron una competencia silenciosa, conscientes de que cualquier gesto de apoyo mutuo podría alterar el equilibrio interno de sus votantes.
El momento más esperado del debate fue la pregunta cruzada entre Kast y Matthei, cuando el republicano la interpeló sobre un eventual apoyo en segunda vuelta.
La candidata de la UDI eludió cualquier compromiso y respondió brevemente: “Ya di vuelta la página”, evitando ahondar en su relación con el líder republicano.
Esa frase, breve pero calculada, fue suficiente para mantener el suspenso sobre su posición en una eventual segunda vuelta.
En el comando de Matthei sostienen que su estrategia es proyectarse como la “única opción viable de la derecha” para enfrentar a Jara, y no quedar subordinada a Kast ni al discurso más radical de Kaiser.
Durante el bloque sobre seguridad, Matthei reiteró su propuesta de construir cárceles de alta seguridad fuera de Santiago, argumentando que los actuales recintos no permiten aislar a los líderes del crimen organizado.
“No se les puede bloquear la señal ni nada, siguen operando desde las cárceles, por eso las vamos a construir en el desierto”, sostuvo.
Por su parte, Kast insistió en su plan de cerrar fronteras a la inmigración ilegal y adoptar medidas inspiradas en el modelo carcelario de El Salvador.
“Es clave recuperar el control de las cárceles, necesitamos aislamiento total para los presos más peligrosos”, dijo el republicano.
Kaiser, en tanto, adoptó un tono más moderado que en debates anteriores, buscando consolidar el avance que ha tenido en las encuestas, donde ya amenaza el segundo lugar de Kast. En el sector, el análisis posterior fue unánime: ninguno de los tres salió fortalecido, pero tampoco debilitado.
Propuestas llamativas y tensiones en el set
El candidato del Partido de la Gente, Franco Parisi, protagonizó uno de los momentos más comentados de la noche al detallar su propuesta de cárceles flotantes o “barcos-cárcel”.
“Se administra igual que una cárcel común: gendarmes a cargo del control interno y la Armada del externo”, explicó.
Aclaró que el costo de arrendar una nave ronda los 4 a 5 millones de dólares, mientras que construirla “cuesta un poco más, pero son proyectos de largo plazo”.
Parisi complementó la idea con la creación de un “batallón evangélico” para la rehabilitación de internos, compuesto por más de mil miembros de iglesias evangélicas. Según él, “ayudarían a recuperar a los presos que se pueden salvar de la flagela de la violencia”.
Sin embargo, el momento más tenso de la noche no lo protagonizó ningún enfrentamiento entre candidatos, sino un cruce entre Marco Enríquez-Ominami y el periodista Iván Valenzuela, moderador del debate.
Durante una pregunta sobre el caso SQM, Valenzuela le consultó al candidato si el exfiscal Patricio Contesse formaba parte de la “conspiración” que él ha denunciado.
ME-O respondió con molestia: “Si a usted no le gusta mi respuesta, no dé su opinión, porque parece que quiere debatir conmigo”.
Más tarde, al ser nuevamente consultado por Parisi sobre el mismo caso, volvió a referirse al periodista, calificándolo de “periodista sin ética”.
Pese al episodio, el intercambio no cambió el tono general del debate, que se mantuvo dentro de la calma y con escasos choques entre los postulantes.
El formato, que incluía tres bloques temáticos (seguridad, economía y contingencia), junto con preguntas cruzadas entre los candidatos, redujo el espacio para las interpelaciones directas.
Según los análisis posteriores, esto favoreció a las candidaturas mejor posicionadas en las encuestas, que prefirieron evitar riesgos.
Los equipos presentes en Canal 13 reconocieron que el ambiente fue más relajado de lo esperado.
En los pasillos, alcaldes, dirigentes y asesores compartieron un cóctel mientras seguían la transmisión en pantallas. Incluso hubo saludos cruzados entre comandos, como el de Isidro Solís (Matthei) con Arturo Squella (Kast), y conversaciones entre Tomás Vodanovic y Claudio Castro del equipo de Jara con Juan Sutil del comando de Matthei.
En definitiva, el debate presidencial confirmó el tono que ha dominado la recta final de la campaña: sin sorpresas, sin confrontaciones abiertas y con los candidatos enfocados en mantener su base electoral.
Jeannette Jara logró reafirmar su perfil de liderazgo moderado dentro de la izquierda, Matthei evitó comprometerse con Kast y cuidó su posición en la derecha, y los aspirantes menores aprovecharon la tribuna para exhibir ideas más simbólicas que viables.
Con tres semanas por delante, la campaña entra en su tramo decisivo con un escenario que parece ya consolidado: Jara lidera las encuestas, mientras Kast, Matthei y Kaiser disputan los últimos puntos que definirán quién la acompañará en la segunda vuelta.