Generación plateada invisibilizada: "Marcas y servicios no se interesan por ellos" porque "jubilarse es desaparecer"

"América Latina durante mucho tiempo se consideró joven. Y eso lo repetimos tantas veces, que lo terminamos creyendo sin ninguna duda. La Revolución de la Longevidad llegó como un tsunami – la ciencia nos revela que, en ocasiones, los tsunamis tienen un valor positivo: redistribuyen nutrientes en las regiones costeras, crean nuevos hábitats, cambian el paisaje y brindan nuevas oportunidades económicas y de estudio...", asegura en una nota introductoria un trabajo de Tsunami Latam que hace sólo un par de años ya anticipaba un desafiante escenario respecto de la población mayor.

Respecto de Chile, puntualmente, este planteaba que "el país lidera las discusiones respecto a los desafíos sociales derivados de la longevidad", a lo que sumaba una proyección relevante.

"En 2030, Chile será el país con mayor proporción de personas mayores de la región", recalcó este trabajo académico.

Desde otros abordajes, como el de Cadem, se plantea que, por ejemplo, en nuestro territorio 58% de los adultos mayores cree que ninguna institución se preocupa por ellos, pese a ser cada vez más influyentes y longevos, las marcas y servicios, al parecer, no se interesan en este segmento de la población.

Y en el contexto de su último estudio, “Generación plateada”, se evidencia una paradoja, ya que mientras los adultos mayores ganan presencia e independencia, su percepción de invisibilidad no disminuye.

Se prioriza lo joven

A nivel regional, en tanto, sobre "70 % de los adultos mayores se sienten ignorados por las marcas”, planteó el trabajo recopilativo de Tsunami Latam.

Desde OpenSeniors, iniciativa de OpenBeauchef, dependiente de la Universidad de Chile y enfocada en el impulso de la economía plateada a través de nuevas soluciones para personas mayores, tienen claro el diagnóstico.

“El problema no es la edad, es el enfoque con el que las empresas y las instituciones miran a este grupo. Se diseñan servicios priorizando lo joven, lo rápido, lo aspiracional desde un modelo que asocia la vejez con dependencia, deterioro o desinterés, dejando fuera a millones de personas que aún quieren aportar, decidir y vivir plenamente".

La falta de representación, reflexiona desde esta entidad, Alejandro Pantoja, "va más allá del marketing. En el mercado laboral, las personas mayores siguen enfrentando discriminación por edad, pese a su experiencia y trayectoria".

“Hay una expectativa cultural de que jubilarse es desaparecer. Pero eso ya no tiene sentido. Estamos viviendo más y queremos seguir activos. Necesitamos un nuevo contrato social que reconozca eso”, releva.

Incluso, en opinión de Pantoja, “no tiene sentido tener una mayor expectativa de vida, sin garantizar que esa vida tenga sentido, vínculos y oportunidades”.

Existe una mirada prejuiciosa y estereotipada

Consultado al respecto, Pantoja dialoga con El Desconcierto relevando la realidad que enfrentan adultos mayores y jubilados en nuestro país, apuntando a los desafíos pendientes en una sociedad que envejece aceleradamente.

- 58% de los adultos mayores siente que ninguna institución se preocupa por ellos, asegura un reporte de Cadem, ¿cómo se puede entender esta realidad en un país que está envejeciendo aceleradamente?

-La verdad es que no se puede entender. La tendencia demográfica hacia el envejecimiento poblacional lleva años siendo estudiada y analizada, sin embargo, solo los resultados del último Censo, han puesto el tema sobre la mesa de manera más visible, porque no se pueden desconocer ni mirar hacia el lado. En nuestro país las personas mayores solo han sido tema desde el punto de vista de las pensiones y en temáticas más asistencialistas pensando en la población mayor con más dependencia.

Por supuesto, hay desafíos sociales importantes de resolver además, como en salud (mental y física), vivienda, cuidados, abandono, etc., que aún no se resuelven como base mínima, pero el punto es que dentro del universo de personas de más de 60 años existen grupos con intereses, motivaciones, y problemáticas muy distintas, y eso no está siendo reconocido ni abordado por las empresas ni las instituciones públicas.

- ¿Qué señales debiera dar el mercado y el país, a nivel de políticas públicas para los jubilados de Chile?

-Partir por reconocer, que entre los 60 y los 90 o más años, hay un mundo de desafíos y oportunidades muy distintas que el edadismo nos impide ver, provocando una mirada prejuiciosa y estereotipada que deja problemas sin resolver, fallando en una sociedad poco inclusiva y justa.

Esos problemas pueden ser abordados desde la colaboración público-privada, cada uno asumiendo el mejor rol que tienen. El privado ofreciendo productos y servicios que atiendan necesidades específicas del segmento; otorgando oportunidades para la participación e integración laboral transmitiendo su experiencia; y mejorando la accesibilidad de las soluciones y canales digitales.

Y el Estado, generando las condiciones e incentivos para que lo anterior ocurra promoviendo la inclusión laboral; fortaleciendo la capacitación y alfabetización en nuevas tecnologías; fomentando el emprendimiento y acceso a financiamiento; abordando la economía del cuidado; y por cierto, velando por los derechos de las personas mayores, su dignidad, independencia, autonomía, su no discriminación y su participación e inclusión en la sociedad, con prioridad en la población mayor más necesitada.

-¿Qué tan difícil es ser jubilado en Chile actualmente?

Creo que es muy difícil. Si pensamos en las personas mayores más vulnerables: el deficiente acceso a salud; la situación de abandono y soledad; y pensiones que no alcanzan para nuestro costo de vida cotidiano, esta etapa de la vida se vuelve cuesta arriba y poco feliz.

Pero en el resto de la población mayor, con menor necesidad, también hay una sensación de abandono por parte de la sociedad: no hay oportunidades de empleo; no hay acceso a crédito y productos financieros; no hay espacios para la participación activa; y no hay productos (más allá de pegamento para placas dentales, o pañales para adultos) que atiendan necesidades específicas de los y las mayores. Los jubilados en Chile, están invisibilizados por la sociedad misma.