Jeannette Jara y el atributo de la autenticidad que remece las primarias oficialistas
Varias veces en los últimos años los diseños electorales en la centroizquierda han chocado abruptamente con la realidad, como ocurrió con Alejando Guillier, Yasna Provoste o Paulina Narváez.
Los procesos sociales y la construcción de opinión pública pueden tomar un curso inesperado para la élite. Es lo que pareciera suceder con el despliegue de Jeannette Jara en desmedro de Carolina Tohá, en el marco de las primarias oficialistas.
Para el análisis estrictamente electoral, Carolina Tohá juega un rol en el Socialismo Democrático muy similar al de Evelyn Matthei en la derecha: Ambas son candidatas con excesivo entrenamiento político; ambas fueron parlamentarias, ministras y alcaldesas, herederas de la elite y reconocidas como lideresas fuertes y vigilantes del orden político en sus respectivas coaliciones.
Tal vez en esa simetría está el riesgo que no les permite destacar y sorprender electoralmente.
La ultraderecha ya tomó ventaja de esa rigidez que evidencia Evelyn Matthei: El candidato Johannes Kaiser tiene una estridencia repleta de aseveraciones falsas o difíciles de probar, con la que fue dopando a su electorado fácil, que, al parecer, poco a poco se le escapará; mientras José Antonio Kast, candidato persistente y experimentado, se vale de un discurso que abusa de una simpleza que a Matthei le sería imposible sostener.
En la primaria oficialista también se juega otro partido, que es representar la fuerza propia en perspectiva parlamentaria. Por una parte, Jaime Mulet intenta articular al “resto del mundo”, a fin de no someterse a una negociación desigual con los grandes partidos, y Gonzalo Winter juega un rol con gran carácter, discurso y diseño. Aunque demoró en aceptar y tomar el riesgo, hace una buena apuesta al futuro, pues el Frente Amplio tiene una larga vida por delante.
Jeannette Jara, candidata del Partido Comunista y Acción Humanista, se puso a prueba como ministra en el largo proceso de la reforma previsional. Aun no siendo la gran reforma que se esperaba inicialmente, se desplegó sin farándula, mostró capacidad de diálogo con los empresarios, con la derecha y con la amplitud de interlocutores de centroizquierda, con quienes eventualmente deberá gobernar, sorteando con inteligencia la repetitiva pauta anticomunista que le suelen desplegar en las entrevistas de prensa.
La primaria está en la recta final y lo que indica la opinión pública es que Jeannette Jara está desafiando el diseño del Socialismo Democrático y eventualmente el de La Moneda.
Jeannette es una candidata cuyo liderazgo vino a madurar justo a tiempo para enfrentar las Elecciones Primarias del 2025. Logra transmitir algo más que sus convicciones de izquierda, una autenticidad que ha caído bien al electorado, que es mucho más que abrazar vecinos en las ferias o construir relatos emotivos. Es la simpleza de quien logra instalar su nombre con naturalidad, sin formatearse.
Su apuesta es tan legítima como incierta.
Viene al caso decir: “La peor lucha es la que no se hace”.
