Fortalecer la convivencia educativa para una sociedad más democrática y equitativa
Hace unos días conmemoramos el Día de la Convivencia Educativa en una enriquecedora jornada de diálogo con estudiantes, apoderados, docentes y asistentes de la educación en la escuela Capitán Pastene de La Florida. Allí pudimos constatar, una vez más, cómo la convivencia es parte esencial del trabajo pedagógico diario, y cómo iniciativas inclusivas impactan positivamente en el clima escolar y la asistencia.
Esta experiencia refleja nuestra convicción profunda de que a convivir se aprende.
La convivencia educativa no es solo una dimensión organizativa de la escuela, es parte central del proceso formativo, que nos enseña a vivir en comunidad, a construir ciudadanía y vínculos desde el respeto, la empatía y la colaboración. Es, por tanto, una dimensión clave del desarrollo integral de niñas, niños y jóvenes.
Por eso, desde 2022 hemos fortalecido esta agenda a través de diversas iniciativas: la actualización de la Política Nacional de Convivencia Educativa, la Estrategia Nacional de Salud Mental y el proyecto de ley sobre Convivencia, Buen Trato y Bienestar, hoy en tramitación en el Congreso. Esta propuesta legislativa permitirá a los establecimientos contar con mejores herramientas para prevenir y abordar situaciones de violencia y acoso, reforzando el bienestar de toda la comunidad educativa.
Un pilar central de esta agenda, plasmada en el Plan de Reactivación Educativa, es el programa A Convivir Se Aprende, que ha llegado a 2.795 comunidades educativas en todo el país. Esta iniciativa considera acompañamiento, formación y trabajo en red a equipos de gestión y convivencia, promoviendo un enfoque preventivo y participativo.
El programa está siendo un aporte a las escuelas: una reciente evaluación realizada por el Centro de Sistemas Públicos de la Universidad de Chile muestra hallazgos contundentes. El 95% de los equipos escolares participantes señala haber fortalecido sus conocimientos y herramientas en convivencia; un 89% considera que el programa ha mejorado las prácticas de gestión en esta área, y cerca del 90% valora positivamente el trabajo en red y las jornadas de formación.
En el marco del Día de la Convivencia Educativa 2025, reafirmamos que aprender a convivir en comunidad es una competencia esencial tanto para el desarrollo integral de las personas, como para el fortalecimiento de sociedades más democráticas, justas y fraternas. La recuperación de aprendizajes, la salud mental y la protección de los derechos de estudiantes, docentes, asistentes de la educación y de toda la comunidad educativa son prioridades que estamos abordando como un compromiso transversal y desde una mirada integral.
La convivencia educativa es un proceso en constante construcción, que requiere del compromiso de todas y todos: estudiantes, equipo educativo, familias y autoridades. Fortalecer la convivencia educativa es una tarea país, por lo que reiteramos nuestro compromiso con seguir trabajando conjuntamente por un sistema educativo que fomente el respeto, la empatía, el buen trato, la valoración de la diversidad, la inclusión y la colaboración.
