Este miércoles, la ministra de Defensa, Maya Fernández (PS), rompió el silencio asegurando que no renunciará a su cargo tras la polémica originada por la fallida compra por parte del Estado de la casa de su abuelo, el expresidente Salvador Allende.

“Yo estoy acá porque me ha nombrado el Presidente de la República, y estaré hasta el momento en que él lo decida”, fueron parte de sus declaraciones.

El anuncio de la compra de la casa de Allende se haría con el objetivo de convertirla en un museo y perpetuar su valor cultural.

Sin embargo, la transacción infringía dos artículos de la Constitución Política (art. 13 bis y art. 60).

La Carta Magna impide expresamente que ministros celebren contratos con el Estado, por lo tanto, Maya Fernández, quien es una de las propietarias de la vivienda, no podía concretar la venta.

Otra de las propietarias de la casa es la senadora e hija del expresidente, Isabel Allende Bussi, quien tampoco podía celebrar el contrato de compraventa debido a que la Constitución también lo prohibe.

En ese sentido, desde el Partido Republicano anunciaron llevar el caso ante el Tribunal Constitucional instando a que la ministra y la senadora sean removidas o renuncien a sus cargos, tomando en consideración el artículo 13 bis y el artículo 60.

"No participé en ninguna reunión"

La ministra de Estado aseguró que respecto de la compra de la casa y el contrato con el Estado, "no participé en ninguna reunión ni en ningún levantamiento, dado que correspondía a quienes estaban, en este caso, los abogados, ver los temas técnicos”.

Sin embargo, reconoce que el proceso "no fue bien llevado, lo cual yo lo lamento, y siempre uno tiene que hacer autocrítica respecto a los procedimientos”.

Continuó, "de manera personal quisiera decir que yo jamás, desde que murió mi madre y yo heredé lo que le correspondía a ella, con mi hermano, jamás he recibido un peso por esta casa. Creo que es importante. Esto tiene que ver con mi historia", aseguró.

Respecto a la decisión del gobierno de no continuar con el proceso de compra para convertir la casa de Salvador Allende en un museo, la ministra rescató el valor histórico que significa su abuelo para Chile.

"El legado del Presidente no está en su casa, está en su historia”.