Una madre de un niño diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista (TEA), durante años, luchó para que la Isapre Nueva Más Vida cubriera las terapias que su hijo necesita como parte de su tratamiento, pero siempre se encontró con topes y limitaciones en las bonificaciones del plan de salud.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, estas restricciones no solo afectaron el bienestar de su hijo, sino que también generaron altos costos que la familia tuvo que asumir.

Cansada de la situación, la madre llevó su caso a la Corte de Apelaciones de Concepción. Argumentó que las terapias necesarias para su hijo están reconocidas como parte de la salud mental y que, según la Ley 21.331, las Isapres deben garantizar igualdad de cobertura entre la salud mental y la salud física.

También señaló que el trato desigual al plan de su familia era injusto y una violación de sus derechos como usuaria.

La Isapre defendió su postura diciendo que el plan de salud de la madre fue contratado en 2015, antes de que entrara en vigencia la Ley 21.331, y que por eso no estaban obligados a modificarlo.

Además, señalaron que el reclamo debía resolverse por otras vías y no a través de un recurso legal como el que presentó la madre.

Finalmente, la Corte de Apelaciones falló a favor de la madre. Determinó que las restricciones aplicadas por la Isapre eran discriminatorias y que la Ley 21.331 exige que todos los planes de salud, sin importar cuándo fueron contratados, garanticen igualdad de cobertura entre las prestaciones de salud física y mental.

El tribunal ordenó a la Isapre realizar los ajustes necesarios para que el plan de salud de la madre y su hijo incluya una cobertura igualitaria en consultas, terapias y hospitalizaciones relacionadas con la salud mental, eliminando los topes que los perjudicaban.