Un taxista que trabaja en el aeropuerto de Santiago, enfrentó recientemente una difícil situación.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, todo comenzó cuando decidió denunciar irregularidades dentro de la Asociación Gremial de Taxis Frecuentes del aeropuerto, de la cual es socio.

Estas irregularidades incluían problemas como la manipulación de registros y falta de rendición de cuentas hacia los conductores.

A raíz de estas denuncias, asegura haber sido víctima de hostigamientos y represalias por parte de la directiva de la asociación.

El punto crítico ocurrió cuando fue acusado de manera falsa por otro conductor de haber proferido un insulto.

Esta acusación llevó a que la asociación lo sancionara con la suspensión de su acceso al estacionamiento oficial del aeropuerto durante un mes.

Según el taxista, esta medida es injusta y arbitraria, pues su única base fue un hecho que no ocurrió.

Además, destaca que otros conductores han recibido sanciones mucho más leves por infracciones más graves.

La suspensión no solo impactó su trabajo, sino también el sustento económico de su familia, ya que lo dejó sin poder operar normalmente en el aeropuerto, su principal fuente de ingresos.

Ante esta situación, el hombre presentó un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Santiago, alegando que la sanción violó sus derechos fundamentales, como su derecho a la igualdad y a trabajar sin ser discriminado.

También solicitó que se deje sin efecto la sanción y que se tomen medidas para evitar futuros hostigamientos.

La Corte de Apelaciones admitió a trámite su recurso y solicitó a la asociación que entregue un informe detallando los antecedentes del caso en un plazo de cinco días.

Este es el primer paso en el proceso judicial, y este hombre espera que la justicia determine que la sanción fue arbitraria y se revoque.