Este mes de mayo está batiendo récords por el frío: Santiago está viviendo su ola de frío más larga en 40 años para esta época del año y distintos lugares del sur de Chile amanecieron con heladas y temperaturas de hasta 8° bajo cero.

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Coincidiendo con la inusual baja en las temperaturas, comienza el deterioro en la calidad del aire en ciudades del sur de Chile: Chillán, Puerto Montt y Osorno se mantienen estado de pre emergencia, y Coyahique en emergencia.

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Esta categorización obliga a suspender actividades deportivas al aire libre en escuelas, y también la reducción de emisiones por parte de industrias contaminantes que se encuentren en la zona. En el caso de las comunas bajo emergencia, está prohibido usar más de un calefactor a leña por hogar durante todo el día.

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El frío llega luego del frente de mal tiempo que azotó el centro del país a principios de mes, y llega antes de que se instale el fenómeno de La Niña, que también provocaría una reducción en la temperatura, aunque combinado con sequía.

Recambio de calefactores

El sur de Chile tiene algunas de las ciudades con peor calidad del aire en el mundo, por el uso intensivo de calefactores a leña y la mala aislación de las viviendas. El alto costo de otras fuentes de calefacción es uno de los principales factores para que se mantenga esta realidad, junto con el arraigo cultural con la estufa a leña.

Para hacer frente a la situación, desde el Gobierno se viene aplicando un programa de recambio de calefactores y de reacondicionamiento de viviendas para mejorar la aislación, enfocado en ciudades de los valles centrales de O’Higgins, el Maule y el Ñuble, y de más al sur como Temuco, Valdivia o Coyhaique.

Solo en la región de Los Lagos, desde 2016 se han sustituido más de 5 mil calefactores. El programa se ofrece para personas que entreguen de forma voluntaria sus propios calefactores, a cambio de recibir un artefacto eléctrico, aire acondicionado o una estufa a pellet.

Las postulaciones para el programa en su edición 2024 ya están abiertas Los Ríos, Los Lagos y Aysén, y buscan la entrega de calefactores que no solo sean menos contaminantes sino que también consuman menos energía. La quema de leña afecta tanto como en la contaminación atmosférica como en la salud de las personas dentro del mismo hogar, por el contacto estrecho con el humo.