¿Cómo logran las especies chilenas adaptarse a condiciones tan extremas como las del desierto o los glaciares? ¿Cómo la actividad humana impacta su supervivencia? ¿Cómo se adaptan al cambio climático? Estas son algunas preguntas que busca responder un proyecto que secuenciará el genoma de mil especies nativas de Chile.

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Se trata de un esfuerzo que une a científicos y científicas de ocho universidades del país y también a la ciudadanía: cada persona puede votar por su especie favorita para que sea de las primeras en tener su genoma secuenciado.

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La votación está disponible en la plataforma 100genomas.cl y hasta ahora, el pudú, el cóndor y el huemul son las especies que acumulan más votos.  El gato andino, el ave siete colores o la ranita de Darwin también aparecen en la lista.

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Muchas de estas especies son endémicas, lo que significa que solamente existen en Chile, y en ningún otro lugar del mundo, aportando así a la diversidad de especies disponible en el planeta.

Tal vez uno de los animales menos conocidos de la lista es el Orestias, un pez que vive en las vertientes de salares en el desierto, soportando la altura extrema, la falta de oxígeno y la radiación solar. Este tipo de especie despierta interés entre los científicos para conocer cómo su organismo logra sobrevivir en condiciones que son inhóspitas para la mayoría de los seres vivos.

Así, Chile posee especies únicas, pero muchas de ellas están en peligro de extinción. La información genética de estas “ayuda a su rescate ya que podemos entender qué características ambientales les son detrimentales o favorables”, se explica desde el proyecto.

También permite conocer la diversidad genética que posee cada especie e idear programas de recuperación mediante reproducción dirigida, como se ha hecho con éxito en algunas especies de África. Esto porque las especies con mayor diversidad genética tienen más posibilidades de sobrevivir ante plagas, clima extremo, etc.

Además, se puede usar esta información para el mejoramiento genético de variedades cultivables. Los microorganismos, al ser secuenciados, ofrecen un potencial de suplementos alimenticios, farmacéuticos, componentes industriales y más.