En el 2020 la alcaldesa Evelyn Matthei defendió fuertemente la idea de realizar la elección de constituyentes en dos días, argumentando que esto garantizaría una mayor participación ciudadana y una logística más eficiente.

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Sin embargo, hace pocos días criticó con fuerza la propuesta de elección en dos días, afirmando que tal cambio sería terrible, ya que: “la posibilidad de fraude es enorme”

Fuertes declaraciones para cualquier autoridad de Chile, pero incluso más potentes viniendo de alguien que hace 4 años defendía esta medida.

¿Cambió su discurso porque realmente cambió de opinión o porque está empezando a jugar a la política electoral? Me inclino más por la segunda, sin embargo, lo más importante de entender es si esta declaración realmente tiene sustento. Es vital esto, la democracia no es algo que debe quedar en duda.

Veamos si realmente tiene razones de temer

El sistema electoral chileno obviamente ha tenido sus críticos, pero la verdad se relacionan más a la forma en que ha distribuido el poder, como serían las críticas al ex sistema binominal, o se relacionan con las fluctuaciones negativas de participación, donde ha bajado su participación no debido a su transparencia, sino a un descontento con el sistema y los representantes.

A lo largo de los años el sistema electoral chileno ha constituido una de las fortalezas democráticas del país, valiéndose de credibilidad internacional, siendo Chile evaluado positivamente en términos democráticos por múltiples índices, superando a diversos países dentro de nuestra región.

También podemos aprender mucho al ver si estas críticas tienen apoyos sustanciales, ya que sí bien existe cierto apoyo a la alcaldesa, este se vio marcado por un enfoque a las problemáticas prácticas de aplicar este cambio, como sería el tener una mayor movilización de personas y recursos. No a las críticas de fraude, las cuales fueron rechazadas por la gran mayoría del espectro político.

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Esto resulta bastante importante de entender, claramente puede ser válido que existan diferencias de opinión en cuanto a cómo llevar el proceso electoral. Son diferencias prácticas que muchas veces tienen un sustento, en cambio la afirmación de que las posibilidades de fraudes son enormes, solo sirven si existen indicios anteriores de algún tipo de fraude, y en este caso la historia electoral chilena resulta apabullante, transformando la afirmación en una mentira.

Por esto mismo, el apoyar esta declaración de Matthei conlleva promover valores antidemocráticos y socavar la confianza de la ciudadanía.

Es importante mencionar que esto no es un juego que haya empezado Matthei, la crítica a las elecciones en ambientes democráticos es una herramienta clásica de líderes populistas de derecha. Las declaraciones contra sus sistemas electorales suelen centrarse en críticas que buscan socavar la confianza en las instituciones democráticas, muchas veces con el objetivo de consolidar su base de apoyo y aumentar su poder político.

Pensemos en una de las tantas declaraciones de Trump: “Nunca se supo quién ganó las elecciones. Las elecciones están amañadas. La gente está furiosa”. Es una afirmación casi de libro; critica las elecciones y busca mostrar empatía por la gente.

Lo peor es que muchas veces así reconducen las rabias de la gente.

El caso está claro, el cambio parece estar más cercano a una movida política que otra cosa, pero lo más importante es resaltar que esta clase de acciones no pueden tener espacios dentro de la política, el rechazo debe ser total a declaraciones que atentan de tal forma contra la democracia del país, especialmente contra un órgano que ha demostrado integridad.

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Incluso ella fue electa en una elección de dos días. ¿Entonces en ese caso hubo fraude? ¿Qué opinará Evelyn?

Tal vez tenga que cambiarse nuevamente de chaqueta.