Pamela Jiles, guaripola de los maltratadores de la patria
No podemos negar el afecto que los prisioneros políticos de la Penitenciaría y la cárcel de Santiago te ofrecimos siempre.
Llegabas todos los sábados para contarnos cómo era y se vestía la calle, lo que escribía la Cheña, la Juanita Rojas, el Libio Pérez, lo que se confabulaba, es que eran tantas cosas juntas. Nosotros entre tantas rejas encerrados nos quedábamos contentos. Pero esos tiempos pasaron. Son la memoria de los que transitamos pasillos, rejas y candados por tantos años.
Los asuntos ahora son muy serios. Son la continuación de todo lo realizado con valentía que nació desde la clase.
Y dejamos constancia que nuestra principal preocupación será trabajar siempre para instalar en este maltratado país un modelo diferente. Todas y cada una de las acciones era detener la dictadura, que los verdugos paguen y volver a iniciar un modelo democrático que supere las ignominia, la traición, el descaro, la apropiación indebida, el abuso.
La cárcel pública ya no existe; la compró un banco, algo parecido a una canción de Sabina.
Salir del hemiciclo durante la votación en el Congrego ayudó a la derecha más recalcitrante. Esa que niega desde siempre todo, que no le gustan los pobres pero se inclinan frente a los empresarios que eluden. Que se esconde tras esa parafernalia que termina finalmente dejando la caja de dinero de Chile con pocos recursos tan necesarios. Entre aquellos hay muchos que aún deben asistir a los tribunales para rendir cuentas por facturas y boletas falsas.
Llama profundamente la atención que el no haber votado deja en el abandono a tus miles de votos. Tu distrito no está en Vitacura, esos que te llevaron a ocupar aquella poltrona parlamentaria que pagamos todos.
Tus antiguos compañeros de fila comunista levantaron la mano para aprobar la idea de legislar, tú no. Te fuiste a cualquier esquina. Eso es dejar abandonados a los valientes de calle Conferencia porque los republicanos te entregaron la guaripola de la desmemoria. Sus hijos son nuestros y están en sus familias con los nietos ya en la escuela.
La izquierda siempre será atacada por el capital, por el imperialismo norteamericano y en Chile por la derecha. Tu voto abandonado sin memoria recuerda el discurso de un tal Orrego cuando gritó, con dineros de la CIA, la ilegalidad del gobierno elegido en 1970.
Guardaste ese precario silencio que nos avergüenza, sencillamente porque te creímos en esos tiempos cuando el Pepone escribía furioso para exigir libertad de prensa, y ahora cuando eres la voz de los que no tienen nada, los sin moneda como tú les llamas despectivamente, los dejas abandonados. Abandonas a los pobres de tu distrito que sencillos se levantan sosteniendo y pensando que ese día y el que viene será mejor porque le creen a Gabriel cuando votaron por él.
Tus pasos con sonidos de tacos no marcan absolutamente ninguna diferencia con los de Kaiser y los Kast. La valoración de todos los chilenos para una vida mejor es una de las grandes batallas a ganar, y en esa estarás siempre en el otro bando. Tu actitud es la más despreciable. Dejar en el abandono a los que se alegraron cuando Gabriel les prometió un mejor bono marzo. Mayores recursos para superar las listas de espera.
Pamela Jiles, te colocaste junto a los que jamás han reconocido los crímenes de lesa humanidad, a los que visitan Punta Peuco y que sostienen que la DINA/CNI fueron valientes patriotas.
Pamela Jiles, sabes que al presidente Gabriel lo elegimos democráticamente y lo tenemos instalado en La Moneda. Vencimos a la extrema derecha, la misma a la que tú silencio parlamentario la hace fuerte y agresiva. Este gobierno sostiene que dos son las grandes urgencias: un nuevo sistema de pensiones y la reforma tributaria, con las cuales estarían los recursos para las urgentes demandas ya históricas de la inmensa mayoría de los chilenos.
Diputada Jiles: en un año más se volverá a colocar en tabla la idea de legislar para la reforma tributaria. Los grupos económicos seguirán eludiendo y robando tributos fundamentales Es el momento que entonces vaya y les hable a sus votantes para que explique su voto en contra y esa espuria alianza con los herederos del golpismo, los que rechazaron, los que se niegan a cambiar la Constitución.
Valoramos tus esfuerzos por los retiros del 10%, pero en una economía como la de Chile sus consecuencias las estamos pagando todos. Sin lugar a dudas una reforma tributaria superaría las tantas y urgentes necesidades. Tú te negaste.
Te debemos recordar que los que llegaron como presos políticos a las cárceles de Chile no hemos cambiado la vereda, y cuando nos volvemos a reencontrar en el listado de las cuentas quedaron muchas que debieron ser saldadas.
Qué lástima, Pamela: no nos duele la falta de tu voto en el Congreso, nos hastió tu traición… eso simplemente: la traición.