Boric vs Boric: Contraste entre la imagen del Presidente en Chile y en el extranjero

Boric vs Boric: Contraste entre la imagen del Presidente en Chile y en el extranjero

Por: Sebastián Reyes | 24.09.2022
En el marco de su visita a Nueva York y su ponencia ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, la gran diferencia entre la percepción nacional e internacional del mandatario chileno se evidenció con más fuerza que nunca. Para entender este fenómeno, El Desconcierto conversa con tres voces que analizan las dos caras de Gabriel Boric.

Esta semana el Presidente Gabriel Boric fue un héroe y un villano, algo así como el famoso personaje creado por Robert Louis Stevenson: Dr. Jekyll y su alter ego, Mr. Hyde. Para Bloomberg, el mandatario fue quien “electrizó” esta semana la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sin embargo, al mismo tiempo, también fue el gobernante con un 38% de aprobación, según la última encuesta Cadem.

Boric fue quien entabló reuniones con grandes líderes del mundo en representación de Chile, como Emmanuel Macron, Justin Trudeau, Pedro Sánchez, Jacinda Ardern y Barack Obama, pero también fue quien pidió “bordes más claros” en el nuevo proceso constituyente, contrariando a su propio bloque oficialista y sumando más inestabilidad a una coalición ya disminuida tras la derrota del Apruebo en el Plebiscito.

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¿Qué explica que Gabriel Boric viva dos realidades distintas, aplaudido en el extranjero y cuestionado en Chile? ¿Por qué se generan esas imágenes tan disímiles entre sí? El Desconcierto recogió tres miradas distintas para entender por qué el jefe de La Moneda es levantado como un modelo a seguir y un gran liderazgo en todos los países menos en uno: el suyo.

Gabriel para el mundo

“Hizo sonar la alarma sobre el riesgo de disturbios sociales, recordando a sus colegas más experimentados reunidos en las Naciones Unidas que el descontento que estalló localmente puede repetirse en todo el mundo”, destacó el medio estadounidense Bloomberg, luego de que el Presidente Boric diera su discurso este martes 20 de septiembre en la ONU.

El diario norteamericano describió como “electrizante” la intervención del joven mandatario ante sus pares, quien al día siguiente se reunió bilateralmente con varios de sus colegas, como Jacynda Ardern y Justin Trudeau, líderes progresistas de Nueva Zelanda y Canadá, respectivamente, con quienes frecuentemente se equipara al Presidente chileno. Durante la tarde a la conmemoración del 50° aniversario del discurso de Salvador Allende Gossens en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.

De acuerdo a Paula Walker, exdirectora de Comunicaciones del gobierno de Michelle Bachelet, su éxito internacional tiene que ver con que “el Presidente representa —y ha sido protagonista— de una buena historia política”. Además, destaca que “proyecta cercanía, no es perfecto y se percibe que habla de manera veraz. Es un líder en sintonía con los tiempos”.

“Para el país es un orgullo que el Presidente destaque por su juventud, energía, carisma, entusiasmo, oratoria. Puede promover el potencial de Chile para invertir y atraer capitales para seguir impulsando el desarrollo, cooperación, integración e investigaciones para generar más y mejor conocimiento”, asegura la periodista.

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Por su parte, el excanciller Heraldo Muñoz califica la visita a Nueva York del Presidente como un “gran éxito”. También destaca que su aparición en la ONU estuviera precedida por una larga entrevista y su fotografía en la portada de la revista Time, a finales de agosto. “Es muy importante que su imagen sea buena. Reafirma el  denominado poder blando, que resulta relevante para un país relativamente pequeño como el nuestro”, afirma.

En tanto, para el analista político del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile, Marcel Aubry, Boric tiene dos características interesantes: su edad y su posición política. “En combinación, transmiten una imagen de renovación de la izquierda. Para quienes están atentos al desarrollo político en los países, es relevante. A esto se suma que su imagen opera en continuidad parcial con el alto perfil internacional que han desarrollado los presidentes chilenos en los últimos veinte años”, explica.

“Es muy importante la imagen que se construye, pues se asocia con la forma en que otros actores internacionales (gobiernos, inversionistas, organizaciones, entre otros) se relacionan con Chile. Lo principal en lo que él podría avanzar es en asociar su imagen a causas de interés global”, concluye el sociólogo.

Gabriel para Chile

En medio de los elogios internacionales del miércoles, la noticia que mandaba en Chile era el caso de la exjefa de asesores del segundo piso de La Moneda, Lucía Dammert, quien fue vinculada por el sitio Interferencia con el juicio a Genaro García Luna, ex secretario general del gobierno de México investigado por el FBI por relacionarse con el cártel de Sinaloa.

Fue mientras Gabriel Boric se encontraba reunido con el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass —alrededor del mediodía—, que el Gobierno de Chile difundió un comunicado de prensa desmintiendo al medio, con fuentes oficiales del Estado norteamericano, a lo que el director del diario aludido respondió acusando un intento de “coartación de la libertad de prensa” por parte del Ejecutivo.

Paralelamente, y en medio de esta importante gira, Boric se vio obligado a mandar de vuelta al país a su ministra de Defensa, Maya Fernández, debido al escándalo que provocó el hackeo masivo al Estado Mayor Conjunto (EMCO), con una filtración de 400 mil correos electrónicos de las Fuerzas Armadas. Si bien el hecho en sí mismo es preocupante, el mayor problema político para el oficialismo es que, de acuerdo a las primeras informaciones, el Gobierno habría conocido desde mayo que el EMCO era vulnerable en su ámbito de seguridad cibernética, lo que le ha valido otra ola de cuestionamientos mediáticos.

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Todo esto sumado a que la última Cadem, publicada el domingo 18 de septiembre, sostiene que sólo un 38% de los encuestados aprueba la gestión del Presidente, frente a un 57% que la desaprueba. Además, la medición arroja que un 31% cree que el mandatario fue el “principal perdedor” tras el Plebiscito.

Sobre esto, Muñoz estima que “muchas veces los presidentes son más queridos o apreciados en el exterior que en sus propios países. Algo de eso también le sucedió a los expresidentes Bachelet y Lagos. Sin ir más allá, Barack Obama gozaba de gran prestigio internacional, pero internamente, en EE.UU., enfrentó severas dificultades políticas y una dura oposición”.

Por su parte, Walker hace una distinción, y separa la mirada del pueblo de Chile de la de los medios nacionales. “El Presidente es popular, la gente lo quiere y se nota cuando está en terreno. La mirada de la prensa nacional, sus análisis, son más rudos que los de la prensa internacional. La distancia siempre hace ver las cosas con perspectiva”, reflexiona.

Por último, para Aubry, la diferencia entre los perfiles del Presidente hacia afuera y hacia adentro se explica porque “en las percepciones en el extranjero tienen mínima relevancia los conflictos con la oposición, pues el mundo se concentra en su figura, mientras que en Chile es principalmente representante de un sector político en particular, quien promueve una agenda gubernativa específica que recibe resistencia”.

Las polémicas diplomáticas y el TPP-11

Aparte de las críticas que surgen en el ámbito nacional por su gestión, hay otros factores que amenazan con bajar a Gabriel Boric desde el pedestal donde lo tiene la comunidad internacional.

Y es que durante las últimas semanas también han causado ruido los impasses diplomáticos que ha tenido el Gobierno: las declaraciones del embajador de Chile en España, Javier Velasco, cuestionando a las políticas de los gobiernos de los últimos 30 años, y la reprogramación de la presentación de cartas credenciales del embajador designado de Israel, Gil Artzyeli.

Además, la discusión y posterior decisión que tome el Congreso de Chile sobre el TPP-11, también asoma como algo que podría eventualmente añadir más preocupaciones internacionales al Ejecutivo.

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Sin embargo, para Paula Walker, los impasses “no son más que eso”, y no influirán a largo plazo en la imagen del Presidente o de su Gobierno. Y, si bien reconoce que habrá que esperar para ver lo que ocurre con el TPP-11, la comunicadora manifiesta que el principal riesgo diplomático es que Boric “tiene cierta tendencia a extremar sus intervenciones, muy al límite cuando de temas internacionales se trata”.

Por otro lado, para Marcel Aubry, “una imagen clara, que dé confianza, debería amortiguar el efecto de los distintos impasses que se den”. En ese sentido, uno de los problemas que asoman a vista del analista, fuera de los episodios aislados, es que Boric “no sea percibido como un actor que ayude a impulsar agendas de interés global. Recordemos que la imagen se construye para varias audiencias al mismo tiempo y el intento de mejorar con una en particular no necesariamente afecta favorablemente la imagen con otra”.

Finalmente, Heraldo Muñoz apunta a que “entre los riesgos para la diplomacia están la tendencia del Presidente a improvisar. Esto tiene el lado positivo de salirse de los moldes estrictos del protocolo, pero representa el riesgo de cometer errores. Y el Presidente ya acumula varios”.

No obstante, señala que “si se enmienda el rumbo en política exterior y se terminan los errores no forzados, no debiera haber un impacto permanente”. Para eso, dice el extimonel del PPD, “hay que escuchar más las voces de los profesionales y de quienes tienen recorrido en política exterior”, agregando que “si no se ratifica el TPP-11, eso sí tendría un efecto negativo para Chile”.

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