Sebastián Piñera y su gabinete político liderado por el ministro del interior Gonzalo Blumel, sufrieron el traspié más significativo del último tiempo, luego de que la Cámara de Diputadas y Diputados aprobara el retiro de una quinta parte de los fondos de las AFP. "Trabajamos muy intensamente junto a todo el equipo de gobierno para poder convencer a nuestra coalición. Lamentablemente, no pudimos convencerlos a todos", señaló Blumel luego de la votación que marcó un quiebre sin precedentes en el oficialismo.

El trabajo intenso al que se refirió el ministro del Interior, fue asumido por el propio Presidente quien a principios de semana lideró los intentos para convencer a los diputados de su sector a que no aprobaran el retiro del 10% de las AFP, anunciando el fortalecimiento del programa de apoyo a la clase media de manera algo tardía, como muchos le recriminaron y luego incluso se atrevieron a pasarle la factura. También desplegó a su equipo de ministros para explicar los alcances de la iniciativa y participó desde La Moneda en un comité con los presidentes y los jefes de bancada de RN, la UDI y Evópoli, monitoreando el mismo el conteo de votos. Aún así, no les alcanzó.

Pese a los esfuerzos, ni Blumel ni Piñera lograron convencer a los parlamentarios necesarios para revertir el asunto y eso que tuvieron una semana para hacerlos cruzar al otro lado de la línea. La conducción política había fracasado. "El Presidente decidió correr sólo y llegó segundo. Muchos hablan de “Pato Cojo” pero, la verdad sea dicha, no les dará ni para Pato con distemper”, dice a El Desconcierto el abogado y columnista Jorge "Pirincho" Navarrete, sobre el fracaso político que significó la aprobación del retiro de fondos.

El analista considera que "esta es la mayor derrota política del gobierno en general y de Piñera en particular. No previeron lo que se venía en el Congreso, actuaron tarde y mal; para finalmente tratar de salvar los muebles con una maniobra que empeoró todo. El Presidente asume personalmente las negociaciones y decide, por tercera vez, reforzar un anuncio para la clase media con el propósito de revertir el resultado. Más allá de la opinión que tengamos sobre Piñera, coincidamos que hay que ser francamente temerario, o suicida, para dirigirse al país sin tener la certeza de que contaba con los votos para cambiar el resultado".

Para Navarrete el fracaso de Piñera y el gobierno, sin embargo, no supone una herida para toda la derecha. "Dicho sector político mantiene intactas sus influencias y posibilidades. Por lo mismo, es que se ha verificado esta distancia con el gobierno, en un fenómeno que se profundizará de cara a las elecciones que tenemos en el próximo año y medio. Y los ganadores en la derecha son aquellos que flexibilizaron posiciones, no sólo ahora, sino ya hace mucho tiempo: Lavín, Desbordes y Ossandón, por nombrar a los más emblemáticos", señala.

Gloria de La Fuente, directora de Chile 21, coincide en que el resultado de la votación por el retiro de fondos es uno de los golpes políticos más duros que el presidente ha recibido en años. Sin embargo, señala que es necesario esperar a ver "lo que se resuelve en el Senado".

"Yo creo que ya está instalado el debate en la sociedad, entonces va a ser muy difícil que se revierta la votación en el Senado. Lo que más me preocupa allí es cómo se pone racionalidad en el debate con respecto a la sustitución de los fondos, porque yo sigo pensando que la cuenta de la crisis no la tienen por qué pagar las personas", señala.

Sobre la figura de Piñera de La Fuente agrega que "no pudo hacer lo que un Presidente tiene que hacer en Chile, que es ser jefe de Estado, jefe de gobierno y jefe de coalición. Finalmente esta era una votación de quórum muy alto y la votación fue más sustantiva de los 93 votos que se pensaban, finalmente fueron 95. Creo que lo más relevante es que el gobierno tome nota de lo que ha sucedido y que piense en hacer algo que prometió en enero y eso es la reforma real al sistema de pensiones".

Por su parte para el master en comunicación política Mario Álvarez, los intentos infructuosos de Sebastián Piñera y su equipo para revertir la votación, significaron en el mandatario una crisis de autoridad. "La sensación es de una ausencia total de gobierno. A Sebastián Piñera le es cada vez más difícil tomar las vestiduras de la presidencia. A él cada vez le cuesta más verse como presidente e inspirar lo presidencial", señala.

Para la cientista política Javiera Arce, el liderazgo de Piñera está totalmente desgastado: "El descarte de la gran mayoría de las personas que votaron a favor de esto es impresionante. Hay que considerar que hay elecciones pronto y no es muy adecuado para ellos salir apoyando a Piñera".

Arce agrega que de manera inédita parte de la derecha cuestionó duramente al sistema de pensiones. "Es la bancada evangélica la que se descuadra, que es la misma que votó por la Ley de paridad, ese es el sector que apoya a Desbordes, esta derecha más social", indica.

Con respecto al quiebre entre ese sector del oficialismo y el Presidente, Arce agrega que: "el liderazgo de Piñera está más que manoseado, no tiene capacidad de liderazgo en su propia coalición, la gente está arrancando de él y eso se está notando. También, hay poca convicción de esta radicalidad más neoliberal que él quería implementar en su política social y esto esta generando una crisis ideológica", cierra.