Asado en escuela de Gendarmería termina en amenaza con sable, insultos y mucho consumo de alcohol

Asado en escuela de Gendarmería termina en amenaza con sable, insultos y mucho consumo de alcohol

Por: Carolina Ceballos | 04.05.2020
Los hechos refieren a una intensa actividad efectuada el viernes en dependencias de la institución que terminaron con un funcionario evidentemente alterado intentando agredir a sus superiores. La puesta en escena consideró, además, el hallazgo de casi 90 latas y botellas de distintos tipos de bebidas alcohólicas.

La información que publica hoy el portal de Biobío alude a una intensa jornada vivida por un grupo de gendarmes que a eso de la medianoche del 1 de mayo hizo que el capitán del Grupo Especial Antimotines (GEAM) de Gendarmería alertara a sus superiores de que algo estaba ocurriendo. Las señales eran evidentes, se escuchaban gritos, desórdenes y discusiones en las habitaciones de la escuela institucional emplazada en la comuna de San Bernardo, donde se hospedaba personal de refuerzo proveniente de regiones.

Llamados telefónicos llevaron a un capitán y al subdirector del recinto a trasladarse hasta el lugar para constatar in situ, lo que estaba sucediendo. Lo primero que hicieron, fue tratar de ingresar a las habitaciones, pero un grupo de funcionarios los detuvo. Tras un intenso forcejeo, lograron entrar y presenciar la escena.

En lo concreto, uno de los gendarmes se paseaba en ropa interior y botas institucionales. Otros, se veían pasados de copas y alterados, mientras casi un centenar de latas y botellas de alcohol figuraban entre el curioso hallazgo efectuado en el dormitorio, consigna este portal.

Lo que vino a continuación fue una discusión que empezó a subir en intensidad rápidamente y terminó con amenazas, insultos y hasta un intento de agresión con el sable institucional, según el relato posterior de uno de los involucrados en el episodio que motivó a Gendarmería a abrir un sumario que ya se encuentra en curso.

El relato exhaustivo de los hechos que terminaron en sumario institucional 

De acuerdo al parte de Gendarmería al que accedió esta emisora, a eso de las 19:50 horas del viernes último, el suboficial Óscar Martínez y otros funcionarios dieron inicio a un asado. Sin mediar permiso instalaron la parrilla frente a la Cancha 1 de la escuela, hicieron unos choripanes, cocinaron pollo y compartieron una variedad de bebidas alcohólicas.

En este contexto, el oficial de guardia acompañado de un cabo segundo de apellido Vega llegaron hasta el lugar y consultaron a los involucrados si disponían de la autorización para desarrollar esta actividad.

La respuesta de Martínez fue categórica. “No voy a estar pidiendo permiso para hacer un asado, yo no soy alumno”, le habría dicho de acuerdo a lo que se consigna en el mencionado informe.

Como se le solicitó que pusiera fin a la actividad y devolviera la parrilla, el aludido habría contestado con una amenaza:“Démonos los teléfonos y arreglamos afuera”.

Lo mismo habría sucedido con otro funcionario, específicamente un sargento primero que también le pidió explicaciones a Martínez por el desarrollo de una actividad no autorizada.

“Yo no estoy ni ahí con esas weas, porque no soy alumno y si tanto webean, nos vamos para otra unidad penal”, estipula el parte que habría dicho un decidido Martínez.

La cuestionada junta continuó en las habitaciones donde el grupo proveniente de regiones, que se encontraba prestando apoyo en la Cárcel de Puente Alto, se alojaba.

De acuerdo al parte, posteriormente el capitán Víctor Ulloa, del Grupo Especial Antimotines (GEAM), llamó al mayor Edison Olivares a eso de la medianoche, porque en los dormitorios de esa repartición se escuchaban fuertes gritos y discusiones, lo que derivó en la concurrencia al lugar del capitán Christian Osses, quien llegó acompañado del cabo segundo Vega, a quien Martínez ya había insultado en la tarde, y un gendarme segundo de apellido Barrera, quien portaba una GoPro institucional.

En el acceso a las dependencias, se encontraron con uno de los tres funcionarios vistiendo una polera, bóxer y botas institucionales. Mientras se acercaban, vieron al suboficial Martínez acompañado de otros gendarmes, quienes le impidieron la entrada al cuarto a través de un intenso forcejeo.

Los uniformados, finalmente lograron hacer ingreso y una vez en el interior el capitán Osses encontró una botella de whisky vacía y a Martínez y sus amigos con el ánimo evidentemente alterado.

El informe asegura que estos “mantenían un fuerte hálito alcohólico, agresividad y dificultad en su movilidad, además de mantener en todo momento una actitud prepotente y desafiante al personal”.

Los insultos y amenazas comenzaron nuevamente. “¿Quién soy vo weón? Nadie te conoce”, asegura el parte que decía Martínez. “Anda a trabajar a Puente (Alto) y arreglamos allá”, sostuvo luego para cerrar con un “no toy ni ahí con pegarle a un oficial o al que sea” (sic).

La intensidad del encuentro iba en peligrosa escalada. Tanto así que el capitán Osses llamó de vuelta al mayor Edison Olivares para contarle lo ocurrido. El destinatario del contacto telefónico se comunicó con el subdirector de la escuela, Héctor Labrín, quien dijo que iría personalmente a resolver el tema.

A las 00:44 de la madrugada se constituyó junto al mayor Edison Olivares y el capitán Osses, además del cabo segundo Vega, a quien los involucrados en el asado ya habían insultado en dos oportunidades. Instalados en el lugar de los hechos, pudieron constatar lo que ya le habían informado, el fuerte olor a alcohol y a cigarro. Siguieron mirando y de un basurero azul sacaron 78 latas y 10 botellas de cerveza, otras dos de vodka, dos de whisky, una de pisco y una de vino tinto vacías.

El suboficial Martínez, asegura el informe, mantenía su actitud desafiante y agresiva y, de hecho, “sin provocación alguna insultó verbalmente” al capitán Osses y a Vega, a quienes incluso se atrevió a cuestionar sus respectivas trayectorias profesionales.

“Finalmente, intentó agredirlos utilizando su sable institucional, el cual desenvainó al interior”, agrega el reporte. Afortunadamente no logró concretar “sus intenciones, al ser retenido por parte del mismo personal de refuerzo de regiones que habitaba las dependencias”.

Pero era tal su nivel de irritabilidad que lanzó un manotazo “con evidentes intenciones de agredir en el rostro al capitán Osses”, quien lo esquivó y se retiró del lugar junto a sus acompañantes.

Debido a la gravedad de lo ocurrido, Gendarmería inició un sumario para determinar las responsabilidades, informó la teniente coronel Helen Leal, directora de la escuela en la que se desató el altercado.

“Gendarmería de Chile, como institución, reprocha tajantemente este tipo de situaciones, porque enlodan la imagen institucional. Y mayor aún, no representan a los más de 20 mil funcionarios de Gendarmería que con motivo de la contingencia sanitaria han trabajado de manera comprometida y abnegada en cada uno de los penales del país”, dijo Leal a través de un comunicado emitido por la institución citado por la emisora que dio a conocer esta noticia en su web.