Detectan nuevos virus en pingüinos en un amplio sector de la Antártica
Investigadores chilenos lograron determinar la existencia de tres nuevos avulavirus en pingüinos con una amplia distribución en la península Antártica.
La investigación, que estuvo a cargo del Dr. Víctor Neira, procesó más de 500 muestras de pingüinos, convirtiéndose en uno de los estudios serológicos más grandes que se han publicado hasta la fecha respecto a cualquier enfermedad en aves en la Antártica.
"Nunca se han procesado tantas muestras para entender bien una enfermedad. Aquí incluimos muestras de las Shetlands del Sur, de la isla Doumer (base Yelcho) y de la isla Avian (refugio Guesalaga) y otras cuatro localidades a lo largo de la península Antártica. Encontramos evidencias de los virus a más de 800 km del lugar original. Esto quiere decir que esos virus no son realmente de ahí no más, sino que están distribuidos a lo largo de la Península", comenta el profesor en Virología animal, de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, de la Universidad de Chile. Los virus han sido denominados avulavirus aviar 17, 18 y 19, fueron detectados en tres especies de pingüinos: adelia (Pygoscelis adeliae), barbijo (Psygoscelis antarcticus) y papúa (Psygoscelis papua).
El hallazgo principal fue no sólo confirmar la existencia de estos tres avulavirus, sino constatar que tienen una amplia distribución que va desde las islas Shetlands hasta la bahía Margarita, más allá del círculo polar antártico. Esto puede indicar que son virus endémicos dentro de las poblaciones de pingüinos y que también se mueven de un lugar a otro.
Para Neira, el siguiente paso es saber si estos virus causan alguna infección que sea dañina para los animales o son parte de su viroma normal. En este sentido, el año 2018 lograron aislar uno de estos virus desde la tráquea de un pingüino que tenía sintomatología respiratoria, aunque aún no se confirma su asociación con una enfermedad clínica.
Sobre la posibilidad de que estos virus sean un verdadero problema para los seres humanos, el profesor lo descarta. "No hay evidencia de que ocasionen algún problema en los seres humanos. Es más, hay una tendencia a estudiar los virus como un potencial terapéutico. Por ejemplo, el avulavirus aviar 1, el Newcastle, se ha ocupado en terapias anticancerígenas. Entonces, puede ser todo lo contrario, que incluso estos virus que nosotros estamos encontrando en la naturaleza tengan cierto potencial para curar algunas enfermedades como el cáncer. Pueden venir cosas muy buenas de un virus, aunque suenen como algo malo", concluye el investigador.