Mujer relató cómo superó su lesbofobia tras la maternidad de su hija lesbiana: "Mi nieta me enseñó de aceptación y de amor"
Una mujer llamada Teresa, de 62 años, publicó un emocionante testimonio en Mirales.es, una web dedicada en España a visibilizar temas lésbicos y de interés de la comunidad LGBTI. En él, relata cómo superó su lesbofobia a través de la experiencia de maternidad de su hija.
Casada hace 39 años y con tres hijos, Teresa fue la última en enterarse que Andrea, su hija menor, era lesbiana: "Se lo contó a sus hermanos y a su padre. Yo supe casi un año después, y tenía razón porque fui la única que no la apoyó", admitió.
Aunque no entendía por qué y se sentía culpable, Teresa pensó que su hija nunca podría formar una familia y decidió hacer como que nada pasaba. Hasta que un día llegó a la casa con su novia, llamada Isabel.
"Me pareció una chica agradable, guapa, y pronto conquistó a toda la familia. Yo le tenía aprecio, claro, pero aún así prefería que no estuviera con mi hija, mi mayor deseo era que Andrea conociera a un chico y se casara con él", relató Teresa.
Sin embargo, el sueño oculto dejó de ser real porque las mujeres les anunciaron que se iban a casar: "Yo me puse a llorar y no precisamente de la emoción. Mis hijos se enfadaron conmigo y dijeron que ya tenía que superar todo. Para ellos era fácil decirlo, su época es diferente a la época en la que yo nací".
"Como iban a casarse tuve que empezar a contárselo a mis amigas y familiares. Me daba vergüenza, creí que iban a juzgarme, pero todo el mundo se lo tomó mejor que yo. Desde ese día intenté hacer un esfuerzo por aceptarlo, pero secretamente en mi corazón seguía sufriendo porque quería que mi única hija fuera heterosexual", señaló.
En la boda conoció a otras parejas de chicas, amigas de Andrea e Isabel. En la boda, la pareja anunció que apenas regresaran de luna de miel intentarían embarazarse.
"Al principio me dio miedo, por el niño, porque tendría una familia diferente, porque eso podía ser motivo para que lo acosaran en el colegio. Pero además de miedo me ilusionaba la idea de ser abuela", confesó Teresa.
Un día, su hija la invitó a acompañarlas a una cita en la clínica de fertilidad. Llegaron a FIV Madrid, donde muchas mujeres lesbianas llegan a tratar su embarazo. Le explicaron que Andrea se iba a embarazar con el óvulo de Isabel a través del método ROPA.
"Las acompañé durante todo el proceso, en las ecografías para ver los óvulos, en la transferencia, ayudaba a Isa con la hormonación. Cada vez me sentía más feliz e ilusionada. Un día viernes teníamos que hacer el examen de sangre para ver si había embarazo, el jueves vinieron a cenar y me trajeron un regalo. Una taza que decía 'Aquí toma el té la mejor abuela'. Ellas no habían podido esperar y se habían hecho un test de farmacia. Era positivo", consignó.
Desde entonces, acompañó el proceso del embarazo y la preparación de la llegada de su nieta y se emocionó cuando supo que sería una niña.
"Emma, mi nieta, llegó a cambiarlo todo para todos. Yo era una madre homófoba, porque aunque aceptaba a mi hija, lo hacía entre comillas. Me daba vergüenza que la gente supiera que mi hija era lesbiana, en el fondo siempre deseaba que se “convirtiera” mágicamente en heterosexual. Pero mi nieta me enseñó de aceptación y de amor", sentenció Teresa.
Hoy, está convencida de que es lo mejor que les pudo pasar: "Que ella solo está aquí porque es el fruto del amor entre dos mujeres maravillosas. Nada más", cerró.