Embalse Zapallar: El proyecto que inundará bosque nativo y tierras campesinas en el Ñuble, adjudicado a gigante China
Falta agua en el valle central de Chile para todas las actividades humanas y productivas que se realizan, además de para conservar los ecosistemas en buena salud. La región del Ñuble, por ejemplo, ha registrado una disminución en el caudal de sus ríos y a raíz de ello se impulsa la construcción del embalse Zapallar en el río Diguillín, anhelada por algunos y rechazada por otros.
El proyecto es de la Dirección de Obras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas y contempla una inversión de US$ 349 millones para construir un embalse en una angostura del río Diguillín, inundando casi 400 hectáreas entre las que se encuentra bosque nativo, tierras agrícolas y 45 hectáreas de la Reserva de la Biósfera y Corredor Biológico Nevados de Chillán, Laguna del Laja. El proyecto que adjudicado este mes bajo licitación a la gigante china CWE, también ligada a la construcción de la central Rucalhue en el río Biobío.
El fin del embalse es sumar 10 mil hectáreas de riego en las comunas de Pinto y El Carmen, aumentando la productividad y rentabilidad de la producción agropecuaria en la zona. El proyecto está planificado hace décadas y ha sido tildado por autoridades de gobierno como un hito no solo local sino nacional, ya que es de los primeros proyectos que impulsa el MOP bajo la nueva ley que le permite estudiar y licitar la construcción de embalses y desaladoras.
Río Diguillín
Pero familias campesinas de la localidad de San Vicente bajo han levantado la voz en contra del proyecto declarando que, mientras los beneficiados serían grandes regantes, su sector va a sufrir una transformación drástica donde el bosque nativo y las tierras campesinas van a quedar bajo agua y muchos propietarios deberán ser reubicados a otros lugares.
Campesinos que han crecido en la zona declaran un estrecho vínculo con el correr de las aguas del río que se perderá, y otros critican el monto que les están ofreciendo por sus tierras a quienes deben ser desplazados.
“Nosotros nunca mas vamos a ver el río a pesar de que fuimos nacidos y criados acá. Nosotros nos criamos a orillas del río Diguillín. Cuando nos faltaba la comida íbamos a pescar con mi hermano , con el agua hasta el cuello”, relata por ejemplo el vecino Guillermo Hernándo Vázques, en un documental del medio Resumen que recoge los testimonios del sector.
Los campesinos también lamentan la pérdida de vegetación nativa en estado vulnerable de conservación que quedará inundada, como el guindo santo, el naranjillo o el ciprés de la cordillera, así como el impacto a fauna nativa que habita en el sector, como pumas o huillines. Para estos impactos el proyecto presenta medidas de compensación como la reforestación en otros sectores o medidas de vigilancia para el rescate de fauna.
Agrupados bajo el lema “Somos Diguillín”, campesinos y organizaciones locales declaran además que el proyecto está fragmentado, y que aún no se ha presentado un estudio sobre el impacto que tendrá la red de canales que también se debe construir para el funcionamiento del embalse.
Embalses y soluciones naturales
Otra crítica de las comunidades y organizaciones es que existen alternativas de acumulación de agua más sustentables y con menor impacto que no han sido consideradas. Esta observación hace eco de un creciente debate, inclusive entre académicos que estudian la crisis hídrica, sobre cómo se suelen priorizar grandes y costosas obras como embalses y desaladoras que tienen impactos ambientales, sin considerar otras iniciativas que pueden mitigar la crisis hídrica a la vez que restauran ecosistemas.
Desde espacios de estudio y análisis de políticas públicas, como la iniciativa Escenarios Hídricos 2030 de Fundación Chile han impulsado la incorporación de soluciones basadas en la naturaleza para la crisis hídrica, como alternativas económicas, rápidas y sostenibles, como la reforestación de cabeceras y bordes de cuencas con vegetación nativa, la restauración de humedales y otras formas de restauración de paisajes y suelo para aumentar la capacidad de absorber agua y rellenar los acuíferos.