
Experta advierte ante amenaza de "marea roja": “Es un riesgo comprar mariscos en puestos informales"
En el contexto de Semana Santa, período en que aumenta significativamente el consumo de productos del mar en Chile, las floraciones algales nocivas (FAN), comúnmente conocidas como “marea roja”, representan un tema de preocupación para la salud pública. Este fenómeno, causado por la proliferación de ciertas microalgas que pueden producir toxinas, afecta principalmente a los mariscos que filtran estas algas y acumulan dichas toxinas en sus tejidos.
La doctora Catharina Alves-de-Souza, oceanógrafa y experta en el estudio de estos fenómenos, conversó con El Desconcierto sobre los riesgos asociados al consumo de mariscos contaminados, la relación entre la actividad humana, el cambio climático y la proliferación de estas microalgas, así como las medidas que se están implementando para mitigar sus efectos.

-En el lenguaje popular se le conoce como “marea roja”, pero ¿podría explicar específicamente qué son las floraciones algales nocivas?
Las FAN son fenómenos ocasionados por la proliferación de microalgas que pueden tener diferentes efectos nocivos. Puede ser lo que nosotros conocemos más como sociedad: la acumulación de toxinas. Las microalgas producen toxinas, los mariscos se alimentan de ellas y estas se acumulan en su carne. Cuando uno consume esos mariscos contaminados, se enferma.
Pero también puede ser que la microalga no sea tóxica, pero como prolifera bastante y produce mucha biomasa, llega un momento donde ya no hay más nutrientes, mueren y las bacterias degradan esa biomasa, bajando el oxígeno. Esto puede afectar los organismos y ocasionar mortalidades de organismos bentónicos y de peces.
Por último, hay otras microalgas que, si bien son tóxicas, no lo son para nosotros, sino para los peces o los organismos como cangrejos o jaibas. Incluso hay registros en Chile de muertes de pulpos por una de esas floraciones. Son fenómenos muy diversos que dependen del tipo de microalga que está proliferando.
-A la hora de contaminar recursos que son consumidos por las personas, ¿cuáles pueden ser los riesgos o enfermedades que pueden provocar en los humanos tras consumir este tipo de mariscos?
Hay muchos tipos de toxinas porque hay muchos tipos de microalgas. Las microalgas son microscópicas, parecen similares al mirarlas en el microscopio, pero son muy diferentes entre sí, como los animales en un zoológico.
Entre las principales toxinas está la toxina diarreica, que ocasiona síntomas de diarrea muy rápidamente. A diferencia de las bacterias que contaminan mariscos, donde cocinar bien elimina el riesgo, las toxinas de microalgas son termoestables. Aunque cocines lo que quieras, las toxinas siguen estables y activas. Los síntomas aparecen después de media hora aproximadamente. Esta toxina no es fatal a corto plazo, aunque hay estudios que sugieren que el consumo crónico de bajas concentraciones podría ocasionar cáncer de páncreas, pero esto aún no está bien estudiado.
Las otras dos toxinas más complicadas pueden ser fatales. La toxina paralizante hace que la persona sienta una dormencia en los labios y, dependiendo de la cantidad, puede llevar a la parálisis del diafragma, el músculo que permite respirar, provocando la muerte por asfixia.

También está el veneno amnésico, causado por el ácido domoico, que afecta las neuronas y puede ocasionar pérdida de memoria a largo plazo. Actúa como un neurotransmisor que compite con el neurotransmisor que activa la neurona. Si la concentración es muy alta, también podría causar la muerte.
De estas tres toxinas, la paralizante ha sido históricamente la más problemática, con casos de intoxicaciones y muertes registradas, aunque actualmente el control es bastante bueno.
-¿Qué recomendaciones podría compartir para evitar intoxicaciones durante esta época?
En Chile se hace un control muy bueno del monitoreo, tanto de las microalgas en el agua como de las toxinas en la carne de marisco. No hay que entrar en pánico y dejar de comer mariscos, porque son muy importantes en la dieta del chileno, tanto nutricional como culturalmente.
Lo que deben hacer las personas es consumir mariscos en restaurantes, porque son monitoreados y controlados por los servicios correspondientes. Si van a comprar para preparar en casa, deben asegurarse de hacerlo en lugares certificados y controlados. Por ejemplo, algunos supermercados tienen un sello azul, y tengo entendido que en La Vega todo está controlado.
El riesgo aumenta cuando la gente compra a vendedores ambulantes, como esas camionetas que se detienen en la calle vendiendo mariscos de procedencia desconocida. Ahí está el peligro real.
-Respecto a los salmones, ¿cómo les afectan estas microalgas?
Las microalgas tienen espinas en su superficie que, cuando el salmón está dentro de la balsa jaula sin posibilidad de escapar, se meten en sus branquias y las dañan. Esto hace que el pez no pueda respirar adecuadamente y muera.
Sin embargo, a diferencia de los mariscos, los salmones no acumulan estas toxinas. Si un salmón está a la venta es porque pasó por todo el proceso de crecimiento y cosecha correctamente. Para el consumidor, el salmón que está en el supermercado o la feria es seguro, no le afectará.
Las microalgas que afectan a los salmones no son las mismas que nos afectan a nosotros. Pero sí provocan mortalidades masivas que generan pérdidas para la industria, ya que los peces muertos no pueden venderse y requieren un procesamiento especial.
- Qué relación existe entre la actividad humana, el cambio climático y la proliferación de estas microalgas?
Las floraciones algales son un fenómeno natural que siempre ha existido. Hay diarios de exploradores de 1800 que describen personas que comieron mariscos en Chile y se enfermaron con los mismos síntomas que tenemos actualmente.
Sin embargo, factores como la actividad humana están intensificando estos fenómenos. Por ejemplo, la agricultura a veces utiliza demasiado fertilizante, que con la lluvia llega a los ríos y luego a la costa. La industria acuícola también puede generar un exceso de nutrientes, aunque en Chile no se ha verificado una relación directa entre esta industria y el aumento de floraciones algales.
Con el cambio climático, tenemos una "tormenta perfecta": más nutrientes, aumento de temperatura y disminución del pH del agua debido al incremento de CO2. Todos estos factores están correlacionados con el aumento en la frecuencia y distribución geográfica de estos eventos. Las floraciones siempre existieron, pero ahora son más frecuentes y ocurren en áreas más amplias, y la tendencia indica que seguirán aumentando.
-¿Qué prácticas son posibles de realizar en Chile para aminorar el efecto negativo que provocan las microalgas?
Se podrían implementar políticas públicas para disminuir la cantidad de nutrientes en el agua, aunque esto debe estudiarse localmente. En zonas con buena circulación de agua, los nutrientes no afectan tanto, pero en bahías más protegidas sí podrían ser un factor importante.
Respecto al cambio climático, es un problema global que requiere acción coordinada de todos los países. Lamentablemente, con la situación política mundial actual, el clima está volviéndose una prioridad secundaria.
Como científicos, estamos tratando de entender mejor la ecología de estas microalgas y las condiciones bajo las cuales proliferan. También se estudian sistemas de control, como arcillas modificadas que se esparcen en la superficie del agua para adherirse a las células de las microalgas y absorber las toxinas. Otras alternativas incluyen el uso de peróxido de hidrógeno para matar las células o cortinas de burbujas alrededor de las jaulas de salmón para evitar que las microalgas pasen.
Pero nuestra mejor herramienta sigue siendo el monitoreo y la investigación para comprender mejor cómo funcionan estas microalgas y cómo son afectadas por las condiciones ambientales. Si entendemos esto, mejorará nuestra capacidad de predecir estos fenómenos y responder adecuadamente, como reubicar cultivos de mariscos o salmones antes de que ocurra una floración.

- Para terminar, si pudiera darle un consejo a nuestros lectores respecto al consumo de productos marinos esta Semana Santa, ¿cuál sería?
Que por favor sean responsables. Consuman mariscos en supermercados o mercados legales, que paguen sus impuestos, que tengan sus controles y certificaciones. Y no compren en esos puestos informales que a veces se instalan en la calle, cuya procedencia es desconocida.