Una paciente que se sometió a una cirugía de cataratas perdió la visión de un ojo debido a complicaciones que no fueron tratadas a tiempo por el médico que la operó.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, después de la intervención, comenzó a presentar síntomas de una infección grave en el ojo, pero el especialista no tomó las medidas adecuadas para evitar que la situación empeorara.

En lugar de realizar un procedimiento que podría haber controlado la infección, solo le recetó antibióticos, creyendo que se trataba de una reacción normal al postoperatorio.

Como resultado, la paciente terminó perdiendo la vista en el ojo afectado.

Tras esta situación, decidió presentar una demanda por negligencia médica contra el médico y contra la Asociación Nacional de Prevención de la Ceguera, institución en la que se realizó la operación.

La demanda fue revisada por el Décimo Séptimo Juzgado Civil de Santiago, que determinó que tanto el médico como la institución tenían responsabilidad en lo ocurrido y los condenó a pagar una indemnización de 250 millones de pesos por el daño sufrido por la paciente.

El médico apeló la sentencia y además presentó un recurso para intentar anular el fallo, argumentando que sí había seguido los procedimientos adecuados y que la decisión del tribunal no había tomado en cuenta la evidencia que él presentó.

Sin embargo, la Corte de Apelaciones de Santiago revisó el caso y concluyó que la primera sentencia estaba bien fundamentada, ya que se comprobó que el especialista no actuó según los estándares médicos que correspondían en esta situación.

La Corte señaló que la complicación que sufrió la paciente era un riesgo conocido en este tipo de cirugías y que el médico debió haberla tratado correctamente para evitar que su visión se viera afectada de manera permanente.

Finalmente, la Corte rechazó los intentos del médico por anular el fallo y confirmó la sentencia que lo obliga a él y a la Asociación Nacional de Prevención de la Ceguera a pagar la indemnización.