Hito nacional: La primera generación de educadores tradicionales en lenguas originarias inicia su formación en Antofagasta
El año 2019 fue escogido como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, en esta ocasión, la ONU declaró que la protección de las lenguas indígenas implica preservar y promover la cultura de respeto al medio ambiente de los pueblos que las hablan, condición esencial para el desarrollo sostenible.
“Con las lenguas indígenas desaparecen inevitablemente un conjunto de conocimientos ambientales, tecnológicos, sociales, económicos o culturales que sus hablantes han acumulado y codificado a lo largo de milenios”, explicó German Freire, especialista en desarrollo social del Banco Mundial y autor principal de un informe Latinoamérica Indígena en el siglo XXI (2015).
Recientemente, con el objetivo de mantener en el tiempo y transmitir las lenguas y culturas ancestrales, la Universidad Católica del Norte (UCN) y SQM Litio entregaron 25 becas a educadores tradicionales Lickanantay y Quechua de la Región de Antofagasta.
De este modo, los profesores podrán terminar sus estudios en la carrera de Pedagogía en Lengua y Cultura de los Pueblos Originarios Ancestrales, iniciativa precursora en Chile que espera promover la continuidad de las lenguas originarias.
La ceremonia donde se otorgaron las becas suscita un hito para la región y el país, ya que refleja un importante avance para reforzar las identidades culturales y el respeto por las lenguas originarias.
Preservar lo ancestral
"Es una gran alegría poder continuar con esta formación, ya que nos permitirá fortalecer, revitalizar y sensibilizar sobre la lengua Kunza. Este es un trabajo colectivo que estamos llevando a cabo las educadoras dentro de las aulas, con el fin de que nuestros estudiantes se apropien de nuestra lengua y esta tenga un lugar de pertenencia cultural en el territorio Licanantay", sostuvo Claudia Cruz, educadora Licanantay y Atacameña del pueblo de San Pedro de Atacama.
"Agradezco profundamente la oportunidad que se nos brinda. Si bien somos parte activa de la cultura, también necesitamos apoyo para completar nuestra formación docente y seguir promoviendo nuestra lengua", añadió.
Así, el Programa de Profesionalización para Educadores Licanantay y Quechua integra un esfuerzo por difundir una educación intercultural que respete los saberes y derechos de los pueblos originarios.
Esta iniciativa apoyará a los educadores, además de las próximas generaciones, quienes aprenderán y vivirán su cultura originaria, preservando las lenguas ancestrales como el Kunza y el Quechua.
Desarrollo cultural y educativo
Rodrigo Alda, rector de la Universidad Católica del Norte, expresó que "esta es una instancia significativa no solo para el norte de Chile, sino para todo el país, ya que contribuye de manera directa a la preservación de las lenguas y culturas ancestrales. Esta primera generación de alumnos que comienzan el programa, no solo establecerán un precedente en la educación intercultural, sino que también guiarán a las instituciones de educación superior a trabajar de manera más efectiva con los pueblos originarios".
"A través de esta alianza hemos impulsado diversas iniciativas que refuerzan nuestro compromiso con el desarrollo cultural y educativo de la región", agregó.
El programa de formación está diseñado para ofrecer a educadores Licanantay y Quechua herramientas pedagógicas especializadas para enseñar Lengua y Cultura de los Pueblos Originarios en las escuelas de la región.
Este aprendizaje atiende la necesidad de una educación más inclusiva, y también busca crear un vínculo entre el conocimiento ancestral y las metodologías educativas modernas.
Javier Silva, gerente de Sostenibilidad y Relacionamiento Comunitario de SQM Litio, mencionó como fundamental la relación entre la industria y la academia para el desarrollo social y educativo. "Este acuerdo fortalece el compromiso de ambas partes para promover un futuro más inclusivo y sostenible, trabajando por la integración de las lenguas ancestrales en el sistema educativo de la región y el país", afirmó.
Los educadores inscritos en este programa se transformarán en actores fundamentales para garantizar la enseñanza de estas lenguas en las escuelas, cooperando así a su preservación a largo plazo.