Olores pestilentes emanados de la planta de residuos orgánicos Rilesur es lo que vienen denunciando hace más de ocho años vecinas y vecinos de la localidad El Llolly, en la comuna de Paillaco cerca de Valdivia.

Tras decenas de denuncias, respaldadas por los sucesivos alcaldes y alcaldesas, además de fiscalizaciones y programas de cumplimiento que no se ejecutaron, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) le impuso esta semana a la empresa una multa de $4 mil millones, y le ordenó someter a evaluación ambiental los aumentos en capacidad de producción, que se hicieron sin contar con permiso ambiental.

Las sanciones que se le imputan a la empresa contemplan por ejemplo la falta de chimeneas para ventilar los gases que se generan que se generan en las zanjas donde se procesan los residuos. Tenían una chimenea por zanja en vez de las cuatro exigidas.

Además, se recordó que la empresa había sido sancionada previamente, y que en dicho momento se aprobó un programa de cumplimiento presentado por los titulares y aprobado por la SMA para abordar las faltas en las que había incurrido. El programa, según la autoridad ambiental, no fue cumplido.

Años de olor

Denuncias ciudadanas interpuestas desde al menos 2016 hasta la fecha, hablan de fuerte olor a estiércol que impregna la ropa, casas y vehículos haciendo la vida “insoportable” en el sector, y también mencionan molestias de salud provocadas por los olores.

En 2016, el ahora alcalde de Paillaco, Miguel Ángel Carrasco, era concejal y expuso un estudio encargado por el Ministerio de Salud donde se constata evidencia de que la exposición crónica o aguda a malos olores puede generar patologías de salud mental debido a los trastornos del ánimo y a cambios en la rutina diaria.

En 2017, la empresa sometió a evaluación ambiental un programa de mejoras a la planta de residuos, donde uno de los cambios propuestos era aumentar la capacidad de producción. El proyecto fue rechazado por la Comisión de Evaluación Ambiental de la región de Los Ríos.