“Esta es el agua que da la planta de tratamientos de Aguas de San Isidro” declaró la diputada Viviana Delgado en el Congreso mientras mostraba una botella plástica transparente con un agua amarilla en su interior. En su otra mano, sujetaba una botella con agua transparente, entregada por una Asociación de Agua Potable Rural, para comparar.

La declaración se dio tras el cierre de una comisión investigadora en la Cámara de Diputados, donde en un informe aprobado con unanimidad, dan cuenta de irregularidades constantes de funcionamiento de la empresa sanitaria en las cinco regiones donde opera, y que incluyen turbiedad y salinidad en el agua, contaminación de humedales, malos olores e intoxicaciones.

Esta comisión comenzó tras años de denuncias vecinales de distintos lugares del país donde opera San Isidro, como Limarí, Temuco o Los Molles, y donde vecinas y vecinos han sufrido desde la muerte de peces en los humedales, hasta un fenómeno descrito como “lluvia de caca”.

“Dentro de las conclusiones podemos advertir la fragilidad legislativa que existe en el otorgamiento de concesiones a empresas sanitarias y de lo débil del proceso de aplicación de multas y sanciones, considerando la gran cantidad de multas que figuran en los registros de esta empresa, muchas de ellas impagas”, se comenta en un comunicado emitido por los diputados de la comisión.

Además criticaron que pese al constante mal funcionamiento, la empresa sigue operando y está construyendo una nueva planta a metros del humedal urbano más grande de la Región Metropolitana, en la comuna de Quilicura. Vecinas y vecinos de la zona han protestado contra la aprobación de este proyecto, debido al historial de la empresa.

“Es urgente modificar la legislación sanitaria y de Bases del Medio Ambiente, para que no permitamos tener a empresas negligentes que ponen en peligro la vida y la salud de las personas en la entrega de un servicio tan vital como es el agua potable”, declaró la diputada.