Una embarcación fue sorprendida pescando ilegalmente en una zona del mar reservada exclusivamente para pequeños pescadores artesanales.

Este incidente, que tuvo lugar en la primera milla marina, un área designada para proteger a los pescadores locales que operan embarcaciones menores de 12 metros, llevó a una sanción inicial por parte de las autoridades de pesca.

Los responsables, el dueño del barco y el capitán, enfrentaron una multa impuesta por realizar actividades de pesca en un lugar donde no tenían permiso.

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El caso fue llevado a la justicia, y la Corte de Apelaciones de Concepción confirmó la multa. Los involucrados en el incidente decidieron apelar esta decisión, esperando que la Corte Suprema les diera la razón y anulara la multa.

Argumentaron que simplemente estaban en el área para hacer reparaciones al barco y no pescando. Sin embargo, la Corte Suprema revisó el caso y decidió mantener la multa.

El tribunal, compuesto por varios jueces y abogados, no encontró errores en cómo se manejó el caso inicialmente y confirmó que las pruebas mostraban claramente que la embarcación estaba pescando en la zona prohibida.

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La decisión final de la Corte Suprema subraya la importancia de respetar las áreas marinas reservadas para los pescadores artesanales.

Estas zonas están diseñadas para proteger los recursos pesqueros y asegurar que los pequeños pescadores puedan continuar con su modo de vida sin competencia desleal de embarcaciones más grandes.

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