Buenos Aires.- La Confederación General del Trabajo (CGT), la central sindical más grande de Argentina resolvió elevar el tono de sus reclamos al Gobierno de Javier Milei con la convocatoria a un paro general para el próximo 9 de mayo, y una marcha a la emblemática Plaza de Mayo el 1 de Mayo, el Día Internacional de los Trabajadores, según informaron fuentes sindicales.

La CGT decidió además respaldar la gran marcha universitaria prevista para el 23 de abril, convocada por sindicatos, centros de alumnos y autoridades de las casas de altos estudios nacionales en reclamo de mayor presupuesto para las instituciones públicas del tercer nivel educativo.

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La decisión de activar esta segunda medida de fuerza -la primera había sido el 24 de enero- anticipa un enfrentamiento más fuerte entre el Ejecutivo anarcocapitalista y los trabajadores trasandinos, y se produce en momentos en que la Libertad Avanza (LLA), el partido de Milei, expone sus primeras fracturas en el Congreso que podrían complicar la intención presidencial de aprobar una versión reducida de la ley “Bases”, ya rechazada por los legisladores a principios de febrero.

Tras una intensa semana de protestas callejeras y represión a trabajadores estatales, estudiantes, docentes y periodistas, el anuncio se hace eco de las crecientes consignas lanzadas en la movilización del gremio estatal ATE.

Entre las que destacaba "poné la fecha, la p....que te parió", que reclama decisiones de la central sindical frente los continuos ataques del gobierno de Milei.

La cúpula sindical informó su resolución tras un encuentro mantenido en Casa Rosada con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse y el ministro de Interior, Guillermo Franco.

Subida de tono

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La negativa del gobierno a homologar “acuerdos paritarios” (de salarios), entre ellos el del gremio de Camioneros y las cámaras patronales del sector, así como la ola de despidos masivos en varios organismos del Estado lograron finalmente endurecer la postura de un sector de la conducción de la central obrera.

La misma que, aunque había anunciado su disposición a intensificar las medidas de fuerza, no había transformado esa advertencia en hechos concretos hasta ahora.

En el país vecino se llama “paritarias” a la negociación entre los sindicatos y los empleadores para actualizar los salarios en línea con la inflación.

Por lo general suponen un larga negociación y cruce de oferta de lado y lado y que, una vez establecido el consenso, debe ser homologado por la Secretaría del Trabajo.

Un acto administrativo que permite a los trabajadores exigir el cumplimiento de ese acuerdo.

Según la CGT al menos una decena de sindicatos no cuenta con la homologación legal de sus acuerdos, por lo que acusan al gobierno de evadir deliberadamente su rol de contralor en las negociaciones salariales, lo que habilita a los empresarios a retacear los aumentos pactados.

Se suman otros gremios

La Asociación Trabajadores del Estado (ATE), uno de los gremios más golpeados por el plan “licuadora y motosierra” con que Milei intenta profundizar el ajuste fiscal prometido al FMI, valoró la decisión de la CGT pero no descartó lanzar una medida de fuerza propia debido al alto nivel de agresión que recibieron los estatales con despidos masivos, salarios congelados e intento de cierre de organismos en todo el país.

Así lo señaló un comunicado distribuido esta mañana a la prensa por el Secretario General de ese sindicato, Rodolfo Aguiar, que califica el plan de lucha de la CGT como “absolutamente acertado”, tras hacer hincapié en que el mismo “no se puede detener” en el marco del “brutal ataque de gobierno”, que exigen actuar “en legítima defensa”.

En la misma línea, Andrés Rodríguez, el titular de otro gremio estatal, la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), brindó su apoyo al plan y pidió sostener la unidad, el reclamo contra las políticas del gobierno de Milei, sumar adhesiones y acompañar a los sectores que enfrenten las medidas del gobierno.

Reacciones

Si bien se esperaba una reacción del mandatario, muy activo en redes sociales, por ahora las primeras espadas del Gobierno mantienen silencio sobre el anuncio.

El vocero presidencial, cuya reacción era muy esperada, suspendió la conferencia de prensa diaria aduciendo “superposición de actividades con la agenda del Presidente” (que se encuentra en Estados Unidos), y su segundo, Javier Lanari, posteó un escueto mensaje en el que acusó a la conducción de la CGT de sufrir síndrome de abstinencia.

En su cuenta de X escribió que "la CGT está decidida a que (Javier) Milei sea el Presidente con mayor cantidad de paros generales. Sindicalistas con síndrome de abstinencia. Hibernaron 4 años en el periodo de mayor empobrecimiento de los trabajadores. Es un gran honor!", publicó.

Desde el importante gremio de los aeronavegantes, por su parte, su Secretario General Juan Pablo Brey celebró que estas medidas constituyen “una clara respuesta de todo el movimiento obrero y una muestra de unidad ante las medidas que está llevando a cabo el gobierno de Javier Milei, que siguen vulnerando los derechos de todos los trabajadores y trabajadoras de nuestro país".